Cap.O4

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Decir que las cosas no se habían puesto incómodas entre ambos luego de aquella noche sería mentira, una enorme mentira. JungKook ponía de pretexto cualquier estupidez para no irse juntos a la escuela por la mañana y JiMin hacia lo mismo a la hora de salida, ninguno de los dos se quejó, nadie se reclamó o intentó remediar aquella distancia que era evidente para todas las personas del colegio. 

Pero sobre todo para ellos.

Aunque no todo estaba perdido para los mejores amigos, el pelirosa era demasiado sentimental cuando se trataba de JungKook y llevar dos semanas sin dirigirse la palabra lo estaba matando; fue por eso que decidió ir al entrenamiento del día de hoy, el castaño llevaba ya tres semanas apoyando a los chicos del equipo y JiMin sabía que un partido importante se estaba acercando, mismo donde su mejor amigo se vería obligado a participar ya que Mark no estaba listo para volver al campo. El menor sabía la angustia que JungKook podía estar sintiendo en ese momento aunque no se lo comunicara, lo conocía demasiado bien y verle con el ceño fruncido y la mandíbula tensa mientras seguía el balón con la mirada, era una clara afirmación a su suposición. 

— ¡Tú puedes, Kookie! —gritó el menor desde las gradas, logrando que todos girarán la mirada hacia aquel pequeño chico pelirosa que sonreía con alegría. 

— ¿JiMin? —el castaño susurró manteniendo una mirada confundida, su corazón estúpidamente se acelero a tal grado de que la idea de tener un paro cardio le invadió de pronto.

¿Por qué esta aquí?, ¿qué acaso no era bastante obvio que le estaba evitando y que lo menos que quería ahora era estar cerca de él?

Y no, no porque no lo extrañará, sino porque desde aquella noche no podía arrebatar aquellos impulsos tan grandes que tenía por besarlo. Si antes se sentía ansioso, luego de esa noche ya no había ni un gramo de cordura en su sistema. 

Necesitaba estar lejos de JiMin.

Así que sin más se giró prestando atención a la nada, ni siquiera seguía el balón con la mirada, solamente pretendía que lo hacía para poder darle la espalda al pelirosa, y nadie más que él sabe cuanto le dolió hacer eso.

— ¿Por qué tu novio no te anima a ti Nae? —pregunto una divertida Chaeyoung viendo al pequeño con ternura.

— ¿No es obvio? —pronuncia una pelinegra de cabello corto— No viene a verla a ella, sino a Kook. Y no lo culpo.

— Cierren la boca. —gruñó la castaña con molestia mirando a su novio desde las gradas, notando como este observaba triste todo movimiento tope del mayor— No necesito que nadie venga a animarme cuando yo soy animadora.

— Que pretexto tan pobre. —murmuró Joy por lo bajo, rodando los ojos.

— Ahora pónganse a practicar, a eso vinieron.

Los oscuros orbes de la castaña se fijaron en el futbolista, notando la torpeza tan evidente a la hora de seguir el balón, no era estúpida, el notorio cambio de ánimo que JungKook tuvo al ver a JiMin era tan obvio. Pero al menos por ahora, no realizaría ningún movimiento... esperaría la ocasión perfecta para joderlo.

Por otra parte, un hermoso y adorable puchero se formó en los labios del pequeño pelirosa cuando su mejor amigo prácticamente le ignoró, había venido con toda la intención de solucionar los problemas con él, pero al parecer no iba a recibir lo mismo.

Aún así no iba a desistir, ya tenía dos semanas sin estar junto a él, incluso el mayor de ambos se había cambiado de lugar para no sentarse al lado de JiMin. Poniendo el estúpido pretexto de que no veía bien desde su posición, sentándose ahora tres filas más adelante.

Ya era demasiado.

— ¡Excelente el trabajo de hoy, chicos! —elogió el entrenador del equipo, batiendo sus manos para que los jugadores se acercaran a él— Recuerden que el partido se acerca, así que por favor quiero este ánimo para esa jugada tan importante.

— Por supuesto que sí, entrenador. Pasaremos a la final y la copa será nuestra, ya lo vera—  un sonriente HyunWoo hablo, y el resto del equipo asintió.

— Pueden ir a las duchas y después a descansar.

El entrenador se alejó, y el equipo comenzó a esparcirse, en cambio JungKook intentaba esconderse entre sus compañeros.

¿Qué rayos estoy haciendo?

WooSeok le miro confundido, pero al notar como una pequeña bola rosada se acercaba a ellos comprendió perfectamente la actitud tan infantil e inmadura de su amigo, negó con la cabeza, riendo un poco incluso, burlándose por la situación tan aniñada por parte de ambos, ya que JiMin venia con un puchero, su ceño fruncido y los brazos cruzados pegados a su pecho, como si viniera apuntó de regañar a su amigo por estar jugando con otros.

Tan tontos.

Pero todo berrinche e intento de esconderse resultó interrumpido por una sorprendente llegada.

— ¡JungKookie! — se escuchó una voz gruesa pero tierna y el castaño levantó la mirada.

Sus ojos no podían creer lo que estaba viendo, un brillo despampanante que hizo a JiMin detenerse adorno sus precioso ojos, y una sonrisa tan radiante como el ardiente sol pinto sus mejillas, el pelirosa no comprendía aquellas facciones alegres, así que desvió su mirada, buscando al dueño de aquella voz —como todos en la cancha— sus ojitos divisaron a un pelinegro, casi del mismo ras de su altura, jodidamente bonito viendo a su mejor amigo, extendiendo sus brazos hacia su dirección.

Qué diablos...

— Chanie... — musitó el mayor con un hilo de voz, corriendo desde el otro lado de la cancha hasta aquella persona, curiosamente desconocida para todos.

— JungKook... — la voz rota de JiMin cuando el chico le pasó de largo para atrapar a aquel desconocido en un abrazo, alzándole en aire incluso, fue percibido por todos. Menos por él.

Menos por su JungKookie...

perdón por actualizar hasta ahora, les prometo que intentaré ser más constante

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perdón por actualizar hasta ahora, les prometo que intentaré ser más constante.
¿quieres drama o?

-Dannaé.

Confundido [KookMin Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora