"I knew you were trouble when you walked in".
Lisa.
Giró la cabeza para observar el lienzo desde otra perspectiva. De repente, todas las líneas le parecían inestables, los colores estridentes y las formas amorfas. Gruñó justo antes de dejar caer el pincel de una esquina a otra del dibujo, enterrándolo bajo una gran equis roja. Menuda mierda. Lisa tiró la paleta al escritorio y se dejó caer en la cama. En junio, había pensado que la libertad del verano la inspiraría para pintar, pero septiembre justo había comenzado y no había hecho ni una buena pintura en todas las vacaciones. Sí que había sacado algunas buenas fotos, con su cámara analógica, a sus amigos mientras estaban de fiesta o simplemente charlando relajados en el sótano de Jisoo, que había revelado en la sala oscura de la universidad, que quedaba abierta para los alumnos de bellas artes durante todo el verano, pero los dibujos parecían resistírsele.
En unos días Lisa comenzaría su segundo curso en Bellas Artes en la universidad de Nueva Jersey, y no sabía si estaba preparada para entrar en clase y oír cómo todos habían aprovechado su verano al máximo y habían pintado más que el puñetero Dalí. Esperaba que el bloqueo artístico se pasase cuando los profesores comenzaran a asignarles tareas. Tal vez una pequeña guía en el camino le sirviera para salir de la falta de inspiración que la había acompañado en los últimos meses.
Por casualidad más que por intención, su mirada cayó en el reloj de la mesilla de noche y se levantó de un salto. Joder, llegaba tarde, para variar. Los iluminados, como los llamaban en el campus. Un grupo de alumnos de las facultades artísticas de Nueva Jersey, los músicos, los poetas, los chicos del teatro, los artistas. Al parecer, las artes dejaban de ser de pringados en el instituto. Lisa se sentía cómoda con ellos, y ayudaba bastante que sus dos mejores amigas desde pequeña, Jisoo y Rosé, formaran parte del grupo.
Lisa se metió en la ducha como una exhalación, frotando los restos de pintura entre sus dedos, aunque sabía que no saldrían tan fácilmente. Se preparó en tiempo récord y bajó las escaleras a la pata coja mientras se amarraba los cordones de las botas. Metió su teléfono y las llaves en los bolsillos de sus shorts vaqueros. Iba a aprovechar su ropa veraniega en los últimos días de vacaciones que le quedaban.
-¿Dónde demonios vas? - oyó una voz a su espalda justo cuando abría la puerta de salida.
Lisa se giró para ver a su padre haciéndose con parsimonia el nudo de la corbata. Pete, su padre, no solía ir tan elegante por la casa, pero Lisa no le dio mayor importancia.
-He quedado con Rosé, Jisoo y los chicos.
-¿Hoy? Ni hablar, Lisa, ¿has olvidado la cena con las Kim?
Lisa cerró los ojos. Mierda. Sí que lo había olvidado. Miró el reloj en su teléfono.
-¿Es hoy?
-Lisa, te dije que vendrían antes de que empezara el curso para que la hija de Shanon tuviera unos días. Y también te dije, y eso está apuntado en la nevera, que vendrían la noche antes a cenar para que nos conozcamos los cuatro.
-Estaré aquí a tiempo - prometió abriendo la puerta, echándole una última mirada al cuadro de encima de la chimenea. Era un tic que tenía cada vez que salía de casa, un adiós mamá.
-¡Lalisa! - exclamó su padre, ya a una puerta cerrada mientras Lisa correteaba hasta su coche, su regalo por sus dieciocho cumpleaños hacía un año y medio. Había habido un tiempo en su adolescencia en el que Pete había intentado llenar un vacío con regalos. Ya estaba mejor, la mayoría del tiempo.
Lisa suspiró en cuanto entró al vehículo. Su salida duraría menos tiempo del que habría querido, al parecer, apenas una hora. Daba igual, no tenía ganas de estar allí viendo cómo su padre se paseaba por el salón nervioso esperando a su nueva novia. Aquello era, en opinión de Lisa, una invasión. Su padre había conocido a una mujer en su viaje de trabajo a Misuri un par de años atrás. Habían estado meses mensajeándose, y después su padre había cogido un vuelo al mes como su tuviera veinte años. A Lisa se le cerraba la garganta. Y por si fuera poco, ahora se mudaban a su casa. Lisa no había dado crédito cuando su padre le había dado la noticia. Y Shanon tiene una hija más pequeña que tú, ¡vas a ser hermana mayor! Como si fuera algo bueno tener a una niña corriendo por la casa y alborotándolo todo. Si su padre esperaba que jugara con ella, o lo que fuera, estaba muy equivocado.

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Trouble - Jenlisa +18 G!P
FanficCuando su padre le dijo que su nueva novia, la que se mudaría a su casa, tenía una hija más pequeña que ella, Lisa jamás se imaginó que se tratara de una joven de diecisiete años. Y mucho menos, que fuera insoportable a la vez que la persona más atr...