No sabes lo que quieres (acortar y editar)

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Lúan se da la vuelta de inmediato y se pasa la mano por el alborotado cabello.

La luz se enciende de repente y entrecierro los ojos para que se adapten a la nueva claridad.

Lo primero que veo es a un chico. Evan. Va entrando por la puerta y quitándose el saco cuando me ve y se queda congelado.

Pone una cara de confusión cuando me ve y luego pasa su mirada a Lúan quién solo se lame los labios y baja la mirada. Está incómodo.

Quiero salir de aquí ya.

-¡No olvides ponerle el seguro!- dice una señora de vestido negro formal que va entrando a la casa dando instrucciones por encima de su hombro. Aún no ha reparado en mi- Evan, no te quedes ahí, camina- lo empuja por la espalda la mujer siguiendo su vista.

-Lúan, no creí que estuvieras en casa- dice sin mirarlo. Me está mirando a mí.

-Verónica, ella es Kiara. Una amiga.

La señora está muy consternada- Hola- dice muy bajo.

Debe ser la esposa del señor Alcázar. 

-¿Pueden moverse de la puerta?- dice un hombre de traje y alto mientras pasa por en medio de ellos.

Su vista da conmigo y luego a Lúan. Es como si me vieran e inmediatamente pidieran una explicación con la mirada al chico.

-Hola- digo en general a todos con mis manos nerviosas juntas.

-No sabía que tendríamos visitas- dice la señora mirando al chico a mi lado.

-La lluvia la atrapó y le dije que podía pasar la noche aquí- explica Lúan.

Un momento ¿Pasar la noche?

-Sí, está muy bien. Solo que, la casa está hecha un desastre. Qué pena- sonríe nerviosa mirando todo el lugar.

Evan se adelanta y me tiende una mano- Hola de nuevo, Kiara- estrecho su mano y me sonríe.

-Verónica- dice la señora acercándose.

Le tiendo la mano pero ella me da un abrazo que yo le sigo. Huele a lavanda. Tiene unos ojos cafés oscuros y una sonrisa muy linda. Se ve que es de esas mujeres en las que la edad no hace efecto sobre ellas. Además tiene un cuerpo delgado y ese vestido se le ve genial.

-Siéntete como en casa, linda- dice mientras se despega de mí- Espero y Lúan no haya olvidado sus modales- mira por encima de mi hombro al chico.

-Si no fuera por él, ya hubiera atrapado un resfriado hoy. Es muy atento- suelto.

Ella sonríe- ¿Tienes hambre? No es por presumir pero la cena me ha quedado deliciosa.

-Apuesto a que si pero de hecho tal vez sea hora de irme. La lluvia ya ha pasado.

Se le borra un poco la sonrisa- ¿No es muy tarde para irte a casa?- mira por las ventanas la oscuridad y luego se dirige a Lúan- Pensé que te quedarías a dormir.

Miro a Lúan que se ha puesto a mi derecha. Abre la boca para contestar pero no sabe qué y me mira.

-Vivo cerca- hablo por él.

La señora hace un gesto de compresión y vuelve a su lugar. Junto a su esposo.

-Lúan no nos había hablado de ti, soy Sebastián- me estrecha la mano el hombre de traje. Apenas y se le ven algunas canas y tiene los mismos ojos miel de Lúan-. No sabía que tenía una novia.

Evan se muerde los labios y mira a otro lado ocultando una sonrisa. Incluso su madre alarga la esquina de su labio inferior en gesto de incomodidad.

-Es su amiga, cielo- Verónica le pone una mano en el hombro y lo jala despacio a su lugar de nuevo.

Running MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora