Capítulo 2

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KILLIAN

No era mejor que Mi mejor amiga Alysha resolviendo mis problemas, por algo éramos mejores amigas, pero si era muy buena admitiendo en lo que no era buena. Estaba en un bar cerca de casa, luego de lo que había pasado no había otra cosa más que hacer e ir y darse una gran borrachera, era lo que todo mujer que había sido traicionada de cualquier manera hacia, ¿No?

El problema era que ya iba por mí décima ronda de tequila, y no era muy buena para el alcohol para este punto ya no sentía mis pupilas gus...gustativas, ¿cierto?

Meneando las caderas de un lado hacia otro y cantando a todo pulmón la canción de Maluma divisé la pequeña figura embarazada de mi mejor amiga, sonreí hacia ella, y la llame, su...¿novio? ¿esposo?... -para esta altura de juego ya ni sé qué es lo que son, y la verdad me valía madres-, Damián venía detrás de ella.

Ya no me importaba nada solo quería otra ronda de ese líquido claro.

—Otra ronda. —Grite, y Clay el cantinero me miró de mala manera. —¿o no? —Me detuve y trate de imitar su posición.

***

El dolor de cabeza era insoportable, y todo gracias a mi amado tequila. A pesar de que apenas podía abrir un ojo, no me arrepentía, siempre estaba bien darse su borrachera. Suspiré y me recosté en la cama, mirando a mi mejor amiga. Ya le había contado todo lo que había pasado.

—¡Tengo que hablar con ella!

¡Mierda!

—Ni lo pienses. —escuché la voz de Damián, el cual se encontraba al otro lado de la puerta cerrada, su tono era algo intimidante.

El tipo era bien, debía admitirlo, él estaba tratando de proteger mi corazón herido, sabía que no era por mi linda cara, si no que yo era importante para mí mejor amiga, y si yo era importante para ella, era importante para él.

—¿Quieres hablar con él? —pregunto Alysha, negué con la cabeza y desaparecí debajo de la manta.

—No quiero verlo. —mi voz sonó ahogada.

Ella se levanto con un suspiro, escuché la puerta cerrándose detrás de ella.

Pasaron unos minutos antes de que Jess no soportará más, el chico no tenía mucha fuerza de voluntad, y la ira empezó a fluir en mí, estaba cansada, y estaba herida si él quería pelea se la iba a dar.

Salí de debajo de la manta, y me prepare para la guerra. Jess entró en la habitación cerrando la puerta detrás de él.

—Tenemos que hablar.

Enamorada de un mafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora