KILLIAN
—¿Qué demonio es esto?
—Una cabra. —Respondió Jess mientras acariciaba al animal.
—Eso lo sé, hablaba del animal más grande.
—Oh, es una Yama.
Una persona normal regalaría un perro o un gato, pero no Jess.
—Jessie Patrick Donohoe ¿Qué haz hecho?
—¿Comprarle una Yama y una Cabra a mi mujer?
—No soy tu mujer. —Dije entre dientes.
—Si lo eres. —Sonrío y luego miro a los animales. —No estarán aquí, van a estar en nuestra casa.
Mire a Jess y negué con la cabeza, ¿se estaba volviendo loco?
—No los quiero, vete. —Dije mientras me daba la vuelta y volvía hacia el vestíbulo de mi edificio.
No era verdad me moría por los animales, pero era imposible tenerlos conmigo.
-Killian. -escuche como suspiro y luego pasos. Cuando me di la vuelta ya estaba detrás de mi.
-Solo, vete, Jess.
-Sabes que no puedo hacerlo, así que no me lo digas.
-Jess...
-Mírame. -Eso hice. Me miro por unos largos minutos y sonrió -Claro que no.
Se acerco lentamente y me abrazo antes de dejar un beso en mi frente y apartarse.
¿Y saben que fue lo peor de todo?
En ningún momento me paso por la mente apartarme de Jess.
***
No veía.
O si lo veía, pero estaba viendo doble.
¿Así se llamaba cuando estabas viendo tres sofás?
Y juro por Dios que solo tengo uno.
Supongo que la culpable de todo era la botella media vacía de tequila que tenia a mi lado, y aun así tomé mis llaves y salí a rastras al vestíbulo. Alce mis ojos cuando un hombre con tatuajes se paro enfrente de mi.
-¿A donde cree que va, señorita?
-A donde no te importa. -Me arrebato las llaves que tenia en la manos, y luego se dio la vuelta. -Devuélveme mis llaves, ¡Hijo de puta!
-Son ordenes del patrón.
-Al diablo con tu maldito patrón. -Iba a darle un golpe y me caí, me acosté en el suelo, se sentía muy cómodo. El hombre me miro desde arriba y tomo su teléfono, lo vi diciendo algunas palabras y supe que estaría jodida en todo el sentido de la palabra.
JESS
Killian estaba haciendo ángeles con sus manos y pies en el suelo. Me enseñaron la botella que se tomo y pensé que se desmayaría, pero al parecer no.
-Killian es hora de levantarse. -Intente de nuevo.
-No.
Me agache y la levante en brazos, ella se acurruco contra mi, asentí al chico que toco el botón del ascensor para subir.
-Killian no puedes seguir bebiendo de esa manera.
Ella no dijo nada, la mire pensando que se había quedado dormida, pero no era así, sus hermosos ojos estaban abiertos.
Luego de dos minutos ambos estábamos dentro de su apartamento La deje en la cama y busque un pijama para ponerle, cuando termine las siguientes palabras que canto me rompieron el corazon.
-Tú me dejaste de querer cuando te necesitaba, cuando más falta hacía tú me diste la espalda. Tú me dejaste de querer cuando menos lo esperaba, cuando más te quería se te fueron las ganas. Eso hiciste, Jess.
Espere a que siguiera cantando, pero cuando me acerque ya sus ojos hermosos estaban cerrados. Me senté a su lado y pase mi mano por su cabello.
-Nunca te he dejado de querer, yo siempre pienso en ti.
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Enamorada de un mafioso
AksiHola, mi nombre es Jessie Patrick Donohue y esta es mi historia. Tercer y ultimo libro de la serie: Mafia Todos los derechos reservados. Código de registro: 2008074964127 Esta totalmente prohibida la copia o adaptación de la historia. En caso de p...