Capitulo Uno

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Alrededor de las 3:00 pm, horario habitual para la comida en la casa de Hyungwon, era un horario sumamente especial para la unida familia, pues era el único momento en que podían hablar de ellos, convivir y compartir ciertas opiniones, mismas pláticas que no podían ser llevadas a cabo debido al trabajo de su padre, quién se la pasaba trabajando desde casa en su oficina sin poder dar atención suficiente a su familia.

Hyungwon desde pequeño fue criado en una familia bastante conservadora y firme, pero fuera de eso, también muy comprensiva con él, y muy unida a pesar de la poca atención que sus padres podían darle, siempre le tuvieron presente que él contaba con ellos, y los trabajos eran para darle una buena educación, y una vida plena que cubriera muy bien sus necesidades principales.

Él desde pequeño fue educado por sus abuelos, quienes lo cuidaban cuando sus padres se encontraban trabajando, y como recompensa, siempre le traían regalos, platicaban a la hora de la cena sobre su día, lo malo de éste, y lo bueno, siempre acompañado de los sabios consejos de sus abuelos maternos... Tristemente ésto no duraría, pues en la adolescencia, su abuela materna, quién padecía diabetes, a pesar de los cuidados, iba de mal en peor, causando su muerte; y para su desfortuna, meses después falleció su abuelo materno debido a un paro cardíaco por la depresión que le cargó desde el fallecimiento de su querida esposa.

Esta situación le trajo mucha tristeza, y más en la edad en la que estaba, dónde los cambios de humor eran los más habituales, por lo que sus padres turnaban tiempos de trabajo para darle atención y no permitir que el pequeño jovencito sufriera algún tipo de depresión, o recayera descuidando sus estudios que era lo segundo más importante después de la felicidad de su hijo.

Ésta etapa le fue muy difícil, pues Hyungwon no era el niño más extrovertido de su escuela, y con este bache, se cerró aún más a tener nuevas amistades, o, siquiera tener amistades.

Terminó el primer año de lo que vendría siendo la escuela secundaria, sin amigos, solo compañeros con los que rara vez entablaba conversación. Él simplemente quería terminar bien sus estudios, sin distracciones, y ser la felicidad de sus difuntos abuelos quienes lo cuidaban desde el cielo.

Al pasar al segundo año, como en todos los pasados años y por venir, nuevos chicos se inscribían a las instituciones educativas, y ésta no iba a ser la excepción.

—Aunque suene muy infantil para todos, quienes ya están en segundo grado nivel secundaria —daba indicaciones el maestro— ésto para conocerlos, y que conozcan a sus nuevos compañeros que se han incorporado. Soy su maestro tutor, quien imparte la materia de Matemáticas, mi nombre, Ignacio —Se recargó en el escritorio— ahora ustedes dirán su nombre, edad, y algo que les guste— tomó una hoja que contenía a todos los alumnos— empezamos por número de lista...

Los alumnos se empezaron a presentar, y en ese lapso de tiempo, Hyungwon, nervioso, solo podía pensar que diría, su edad y nombre lo sabía, sería muy inquietante si no, pero él en lo particular no tenía nada que le gustará, bueno, eso en cuanto a general, pero en lo profundo el disfrutaba mucho de un grupo de K-pop masculino, Monsta X. Pero sabía que si lo decía sería molestado, o se burlarían de él, pues en ese entonces eso solo era para chicas, además, chicas poco populares.

—23...

"Ese soy yo..."

Tragó saliva, y se levantó de su asientos.

—M-me llamo Hyungwon, Chae Hyungwon —dijo casi temblando— tengo 15 años, y no me gusta nada—concluyó con un suspiro de relajación sentándose.

—Bien, ya encontrarás algo que de verdad te guste — dijo amablemente el maestro al notar el nerviosismo del chico, y prosiguió.

Después de un rato todos los alumnos de su lista habían pasado.

—¿Alguien falté de mencionar?

Y una voz tímida se escuchó de entre algunas risas de los chicos que ya se conocían o iban conociendo compartiendo gustos.

—Y-yo falto, profesor.

—¿A penas te has inscrito? —el menor asintió— tal vez sea la causa por la que no estás enlistando, Puedes darme tu nombre, y de paso presentarte cómo los demás.

—Mi nombre es Lee Hoseok, tengo 16  años —tragó saliva y dijo firme —Y me gusta el K-pop

En ese momento unas risas se escucharon por el salón.

—Así que un grupo de K-pop, ¿Por qué no también dices que te gustan los hombres? —un chico atrevido se levantó haciendo burla al nuevo chico.

—A ver, en esta institución no se permiten insultos —metió orden el profesor— Gracias, Hoseok, puedes tomar asiento.

Sonó el timbre que indicaba la hora del receso, todos los chicos salían rápido para alcanzar unas deliciosas brochetas que vendían en la cooperativa escolar. Mientras ellos salían, Hyungwon acostumbraba a salir hasta al final, y ya acomodadas sus cosas miró al chico solitario que, por su expresión corporal, no parecía querer despegarse de ese lugar, así que de acercó a él, pues le llamó la atención que le gustara un grupo de K-pop y la valentía en que lo dijo.

Se iba acercando hasta quedar frente a su asiento, y el chico solo lo miro esperando lo peor, o alguna burla.

"¡Quita tu pena y háblale!"

—Ho-hola... —saludó tímidamente.

Aquella acción llamo la atención del chico sentado, pues no creía que alguien se hablara amable después de tal comentario "raro".

—Hola —regresó el saludo con una sonrisa, y mucha confianza— ¿Por qué te has acercado?

—Tambien me gusta un grupo de K-pop— rió tímido.

—¿En serio? —su expresión pasó de agradecimiento a aquél chico que se le había acercado luego del rechazó de todos, a una cara de asombro, incredulidad y comprensión. —¿Y por qué dijiste que no te gustaba nada?

—Oh, ¿Lo recuerdas?...

—Claro... Bueno, nadie dijo que nada, así que eso es fácil de recordar.

—Tienes razón... Pues por pena, no quiero ser más aislado de lo que ya soy.

—No te fijes en eso, pero bueno, me intriga —Se levantó de su asiento— ¿Qué grupo es tu favorito?.

—Bueno... Monsta X, no sé si los conozcas.

—¿¡Qué!? —pegó un grito que causó los nervios de Hyungwon, pues por su mente pasó que al contrario no le gustaba por la reacción que tuvo.

—S-sí.. —respondió algo desanimado.

Hoseok tapo su boca con ambas manos, se agachó tirándose al piso, para después brincar gritando.

—¿Estás loco?, ¿Eres un maldito psicópata?, Más bien... ¿Eres un bendito Dios?, ¡O cómo es que pueden gustarte también, jamás había conocido a alguien que gustara de ellos!

Esto último alivio al mayor, sonriendo, y soltando más su actitud.

—¿Qué fue esa reacción?, Me asustaste —dijo riendo un poco.

—Es la reacción más natural que he tenido en años. Vamos a fuera, faltan unos minutos, quiero comer ramen.

Find You [2Won]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora