— Así que realmente cumpliste tu meta, ¿Eh? — Bebió de su copa. — Impresionante, Jungkook.
En sus manos tenía el periódico del diario, una noticia publicada en el papel en donde decía que el grandísimo Jeon Jungkook había abierto su segunda empresa con mejores financias.
Su plan marchaba a la perfección, lo tenía absolutamente todo calculado, uno de sus fines principales era hacerlo sufrir y era más que claro que lo conseguiría.
Todo ocultando su identidad, claro.
Se preguntarán, ¿Cómo lo hará? Por Dios, es Park Jimin, él todo lo puede. Trabajó por 7 años en su apariencia y economía y era ahora uno de los mejores diseñadores gráficos en anonimato. Más aún, se consideraba el estereotipo de modelo para representar la belleza en todo Corea, pero solo lo podían conocer aquellas personas que él deseaba, por lo que su persona era perfectamente cubierta.
— Hoy inicia mi plan, manos a la obra Mimi — Se habló así mismo mientras ladeaba su cuello de un lado a otro tronando sus huesos.
Actualmente vivía en una casa lujosa, hogar que a varias personas les gustaría tener pues lo tenía absolutamente todo. Pero si quería que todo saliera a la perfección, tenía que pasar una que otra pertenencia a un departamento, para verse más común y llamar menos la atención.
— Esta noche te encuentras en el antro más grande... Veamos... — Pasó su dedo en su tableta buscando más información. — ¡Perfecto! Queda cerca, podré pasearme por ahí un rato — Esbozó una sonrisa.
♠ Are you ready? Baby ♠
— Brindemos — Todos levantaron su vaso cargado de licor. — ¡Por Jeon Jungkook y su empresa! — Todos soltaron un alardeo.
— Gracias, gracias... Esta noche pago yo — Nuevamente todos gritaron de emoción, tenían al mejor. — Hey, todo a mi black card — Le dijo al mesero que pasaba por ahí.
— Sin duda, el mejor — Namjoon hizo un gesto con sus manos haciéndolos reír a todos.
Disfrutaban sin más del ambiente, las luces neón dando vueltas en todo el lugar más aparte el humo ficticio en el suelo. Todos bailando sin descansar, personas de distintos lugares reunidas en ese lugar tan plácido.
— ¿A quién te echas hoy? Gran maestro. — Murmura Jackson.
— Aún no sé, que el alcohol me guíe — Por algo no tenía esposa, no quería tener a alguien detrás suyo gozando su dinero solo por conveniencia, aún era joven, necesitaba vivir su vida en las noches y pasarla bien.
— Regresen a ver discretamente a aquel hermoso ser en la mesa — Después de que Namjoon dijera eso, Hoseok volteó rápidamente buscando con su mirada a dicha persona, pocos segundos después recibió un zape — Les dije discretamente, idiota.
Nuevamente todos rieron, parecían adolescentes aún.
— Es cierto, es sumamente hermoso — Levantó sus cejas después de sobarse su hombro.
— ¿Qué tal él, Jungkook? — Este negó con una sonrisa tomando de jalón lo que le quedaba en el vaso.
— Si no vas tú, voy yo... — Hoseok se levantó de la mesa recibiendo piropos por parte de sus amigos.
— Ese es mi hijo — Por primera vez, habló Sehun.
— No es tu hijo — Todos soltaron una carcajada.
Los minutos pasaron y Hoseok logró salirse con la suya llevándose al chico alto con cabello rojizo y cuerpo delgado; los demás comenzaron a bailar con desconocidos en la pista hasta que la mirada un poco ida del pelinegro recayó en una persona tomando en una esquina, su cabello dorado partido en dos y su vestimenta algo atrevida que consistía en una camisa blanca desabrochada de los tres botones superiores y un pantalón de cuero negro que marcaba sus muslos cruzados, más aparte todos esos accesorios de más en sus manos y cuello como anillos y cadenas, y esas esclavas en sus muñecas. Sin contar su rostro que parecía el mismo ángel con esos ojos grises oscuros y su sombra negra haciéndolos ver más profundos, sus labios carnosos levemente rojos con un brillo de por medio que le daban ganas de besarlos.
Había encontrado a su presa.
Y Jimin claramente lo sabía, tenía una sonrisa ladeada, pidió otro vaso más y una vez que lo tenía en sus manos hizo una leve invitación, Jungkook por su parte sonrió acercándose con pasos seguros.
— Eres hermoso — Le dijo una vez que llegó a su lado, tomó el vaso y le dió un largo sorbo.
— Lo sé — Levantó su mentón con superioridad. — Lo mismo digo.
— ¿Cuál es tu nombre? — Preguntó acariciando su pierna con un dedo para después abrir su mano y apretar.
— ¿Es necesario? — Intentó cambiar de conversación.
— Claro, necesito saber con quién me voy a acostar esta noche — Su voz salió ronca.
— Mmm, me gusta, directo. — Lo halagó.
— A lo que vamos — Lo besó ferozmente sin apartar su mano. — ¿En tu casa o en la mía? — Lo intentó jalar siendo detenido.
— La cuenta — Dijo regresando.
— Yo pago — Jimin soltó una pequeña risa.
— No es necesario, puedo cubrir mis gastos — De su bolsillo trasero sacó una tarjeta de oro — Park Jimin — Le Susurró al mesero en su oído, este se sorprendió e iba a decir algo pero fue callado con una mano en su boca — Shh, secreto. — Le guiñó un ojo, este asintió reiteradamente.
— Así que el nene tiene una tarjeta de oro — Lo tomó de su cintura una vez que se desocupó.
— Así es, ahora cierra el pico que te hablan — Le señaló a otro mesero que lo estaba esperando en recepción. Jungkook no dijo nada y solo pasó por su tarjeta para después salir recibiendo el aire fresco.
— Espera un momento — Caminó al mesero anterior para darle unas llaves que al parecer eran de su propio auto, en un papel escribió una dirección y este asintió haciendo una reverencia. — ¿Nos vamos? — Jungkook asintió con una sonrisa.
El alcohol estaba un poco presente pero trataba de concentrarse en la carretera para poder llegar a su casa lo más pronto posible y follar con el lindo chico a su lado. Mientras tanto, Jimin tenía en mente solo su plan y pasarla bien esa noche, disfrutar de un buen desliz y del comienzo de su venganza.
— ¿Listo, Bebé?
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Venganza ~Kookmin~
Fiksi PenggemarAre you ready? "Bien dicen que todo en esta vida se paga, y tú, Jeon Jungkook, pagarás muy caro" • Historia 100% original. • No copiar ni adaptar sin mi permiso. • Contenido +18, leer bajo su propia responsabilidad. • Todo es ficción.