Capitulo LI

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Después de hablar con el mismo ministro de magia, un poco sorprendido de que haya ocupado el puesto Kingsley Shacklebolt, en su propio criterio no sabía lo que planeaba en realidad Tom o mejor dicho, lo que pensaba hacer en realidad en el ministerio.

Kingsley era partidario de la orden, sabía de ello por un comentario que hizo sin querer su padrino, no lo hizo adrede.

Su niño lo miro un poco confundido.

Por desgracia, vio a un horrible sapo rosa venir y le desagrado ver de nuevo a la mujer, que de por sí no poseía su puesto anterior con la caída de Fudge, nadie la quería y ya no era sorpresa que esa mujer dejara de ser la encantadora dama, si eso era antes, para ser más desagradable y casi siempre se le veía de mal humor.

Su niño se asusto mucho para mirarll y sonreírle muy tranquilo, oculto su desagrado y comenzó a caminar muy tranquilo, la vieja bruja lo empujó para tratar de entrar a ver al ministro, por desgracia tenía muy buen equilibrio para solo aguantar las ganas de hechizarla en esos momentos, evito una escena porque llamaría la atención de varias personas y eso no quería ahora.

Así que camino directo hacia el departamento de edición, busco con la mirada a cierta mujer que en su cuarto año lo hizo ver mal, pero está vez la necesitaría y solo pidió a una bruja que corría que si la podía llamar al verla ocupada con alguna nueva edición posible o no, hasta que la pobre bruja fue y espero un poco, la mujer se dio la vuelta, dejo lo que hacía y fue directo a el.

➖¿En qué puedo ayudarlo?—con esa típica sonrisa.

➖Al parecer ya no es fácil reconocerme—tampoco la culpaba.—Soy el mismo niño de doce años que participó en el torneo de los tres magos.

➖Potter—su cara fue un poema.

➖El mismo—su niño lo miro y solo mantuvo su seriedad como su padre le enseño.—Este es mi hijo.

➖¡Esto es una gran sorpresa!—necesitaba recuperase del shock.

➖Vine a verte porque necesito que me hagas un pequeño favor especial—no daría vueltas al asunto.—Eres la única que conozco con el mayor interés en hacer que la reputación de Dumbledore caiga por los suelos.

➖Es interesante que hayas venido a mi, muy tentador—no lo negaba.—¿Por que yo precisamente?.

➖Necesito que me ayudes, de ese modo ese viejo dejara de meterse conmigo y también se que le tienes buena estima a Lord Graunt—no era nada difícil de saber que ella tenía un interés por así decirlo como fan de su pareja.

➖Así que si lo conoces—tuvo es pequeña duda.

➖Lo conozco porque el es mi...era mi prometido—bajo la cabeza.—Lo que te diré será un gran verdad que nadie sabe. No quiero que cambies nada, necesito que pongas la verdad y de paso puede que yo te ayude con esa nota tan exclusiva que buscas contra Umbridge.

➖Te ayudaré Potter—esto sería muy bueno y con esa clásica sonrisa suya tan característico de ella.

El sabía que ella caería con eso.

Su plan en acción comenzaba ahora.

Detendría con eso a la maldita orden y de paso a los Diggory.

También le dejaría claro a Dumbledore que nada de lo que hiciera lograría alejarlo de Tom.

Su niño seguiría con su padre, con su único padre.

Ahora mismo les demostraría quien era el en realidad.

Por otro lado, en otra parte del ministerio de magia, un hombre de cabellos castaños y ojos azules, de tez pálida solo caminaba muy tranquilo dejando su oficina, su típica máscara de ser un gentil hombre, pero, ahora solo deseaba ver qué estaba haciendo su bello chico de ojos Avada, con esa elfa diciéndole lo que su pareja le ordenó decirle y de paso la pequeña intrusión de parte de ese viejo en casa de una liberada Black, no hacía mas que mejorar su humor.

Extraña familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora