Anne miró a sus hermanos una última vez antes de que su padre llegara hasta ella y negara rotundamente con la cabeza.
-- Ocho, has fallado de nuevo --- exclamó con un tono neutro de voz. Y aunque carecía de emoción alguna, Anne podía sentir que sus palabras estaban impregnadas en decepción ---. Tú, el sujeto más prometedor, has resultado un fracaso. Tu llama es débil. Vete, ya no mereces estar en los entrenamientos mientras seas un estorbo.
Tenía la cabeza agachada pero la levantó sólo al oír lo último, profundamente herida por las palabras de su padre. Sus hermanos observaban la escena en silencio, sin protestar ni poder hacer nada aunque quisieran, porque de hacerlo correrían la misma suerte que Ocho. A la chica le quemaba la cara de vergüenza y no soportó las miradas de sus hermanos, en especial la de Cinco.
Se dió la vuelta y salió corriendo de la mansión.
Entre lágrimas, las puertas de la Academia se abrieron de par en par y salió corriendo, sin importarle a dónde la llevasen sus pies. El mundo parecíacerrarse sobre ella, intentando ahogarla con los sonidos de la vida citadina. El fuego necesita de oxígeno para mantenerse ardiendo, pero a cada paso en el exterior, Anne sentía que se estaba ahogando.
Sin darse cuenta, llegó a un parque que se asemejaba más a un bosque pequeño. Era del tamaño de una manzana completa e incluso tenía una pequeña laguna, a la que Anne se dirigió sin dudarlo.
Recordaba aquel lugar a la perfección, pues exactamente un año atrás había sido el recinto responsable del único momento más cercano a la felicidad que alguna vez tuvo. Mamá y Pogo sacaron a toda a la Academia de paseo, como un pequeño premio a escondidas de Padre por haber rescatado a varias personas de un edificio en llamas.
Anne se agachó para ver su reflejo en el agua verdosa. Su cabello negro caía por sus hombros y las puntas rozaban delicadamente la superficie acuosa. Como le maravilla el agua... Casi consideraba una lástima que su poder fuera manipular las llamas. Era un arma viviente, capaz de reducir a cenizas todo a su paso, mientras que el agua podía traer tanta paz cuando su mente era un embrollo.
Después de pasar algunos minutos frente a su reflejo, se sentó y respiró profundamente el aire puro que los árboles le regalaban. Calmada, bajó la vista hasta su dedo índice, del cuál nacía una pequeña llama de color naranja, constante y en movimiento.
--- Papá te castigará si se entera de que estás aquí --- en cuanto escuchó la voz de Cinco a sus espaldas, la llama explotó y se esfumó tan rápido como había llegado. Anne se dio la vuelta con rapidez, ruborizada.
--- ¿Podría tener un castigo peor?
--- Es un hombre creativo --- murmuró elevando una ceja, con ambas manos en los bolsillos ---, no lo dudes.
--- ¿Qué haces aquí? --- Anne se negaba a elevar la vista, se sentía demasiado avergonzada de que Cinco observara todoel show de hace rato. Seguramente pensaba que ella era una inútil, por lo competitivo y perfecto que era él.
--- Te trataron como una mierda --- exclamó sin rodeos, haciendo que la chica de ojos rojos lo observara un poco sorprendida.
--- Gracias, no lo había notado.
--- No es necesario que te comportes como yo, Anne. No vengo aquí para hacerte sentir peor.
--- Vaya, que buen trabajo estás haciendo.
Cinco resopló y rodó los ojos. Se sentó junto a ella, sin quitarle la vista de encima por ningún momento.
--- Eres excepcional, Anne --- la tomó de las manos. La chica podía sentir que sus palabras eran sinceras, cargadas de emoción ---. Lo que diga Reginald es una blasfemia. No te tiene que importar lo que digan de ti, sea quien sea, ¡porque cada parte de ti es lo quete hace maravillosa y quien no aprecie eso no merece estar en tu vida! No sabes lo mucho que anhelo que tus ojos solo me miren a mí, porque eres la persona más fascinante que he conocido. Reginald se equivoca, porque haces arder a mi corazón.
Lo último lo dijo agitado, controlado por sus emociones. Antes de haber acabado su discurso ya tenía a Anne tomada por los hombros y se había acercado demasiado a ella, así que cuando Cinco se dio cuenta de ello, quedó petrificado.
La pelinegra sólo lo veía impresionada, sin lograr articular palabra.
Y aunque no era intención de Anne lastimar a Cinco, él no era un niño paciente. Al no recibir respuesta, soltó un suspiro y desvió la vista, cerrando los ojos y apretando los labios con fuerza. La señal era clara.
--- Olvida todo lo que dije, por favor, Número ocho.
Se levantó con rapidez, intentando recoger a su paso toda la dignidad que se le había caído al suelo. Fue estúpido, un niño estúpido que se dejó llevar por su corazón, se cegó, le había dolido tanto la forma en que su padre le habló a Anne que creyó que revelando sus sentimientos por ella, Anne se sentiría mejor.
--- Cinco...
El nombrado no la escuchó por estar sumido en sus pensamientos, incluso empezó a caminar en dirección a la Academia en vez de simplemente teletransportarse. Anne lo siguió hasta lograr tomar su mano, haciendo que él volteara a su dirección con fuerza. Las mejillas de Cinco se tornaron rosadas, puesto que sus pensamientos se centraron en lo cálida que se sentía la mano de Anne.
Tan cálido como un hogar...
--- Maldita sea, Cinco --- exclamó con pequeñas lágrimas corriendo por sus mejillas, antes de jalarlo hacia él y estamparle un beso como lo había querido hacer desde hace mucho.
Cinco reaccionó de inmediato y terminó de acercarla, deslizando una de sus manos por su cintura y haciendo un pequeño hueco ñara la mejilla de Anne con la otra mano. Ella subió sus brazos, rodeandole el cuello.
Y a Anne no le importaba que fueran "hermanos" o que la gente del parque pudiera verlos, tomarles fotos y después presumir de una relación incestuosa en The Umbrella Academy, sólo le importaba lo bien que la hacía sentir Cinco y lo mucho que no se había dado cuenta de que lo necesitaba.
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| Number Five | One Shots
Fiksi PenggemarTodas amamos a Número Cinco y su obsesión por el café, así que si ambas cosas te gustan tanto coml a mí, eres bienvenida a este lugar que será dedicado a historias de él. Pedidos abiertos;)