Soy agnóstico, ya puedes tú buscar qué implica ser uno, pero en mi caso, es una persona que no cree en Dios, pero que tampoco asegura su inexistencia. Y déjenme decirles que no he llegado a esa conclusión de un momento a otro, ni que fue fácil. Cuando era menor rezaba todas las noches, creía en un Dios, pero con el tiempo, y más que con el tiempo, con la humanidad y las cosas que suceden, me di cuenta de que mi fe se iba rompiendo cada vez más, hasta el punto de sentirme mal conmigo mismo, ¿Quién no quiere un Dios? ¿Quién no quiere tener la certeza de que existe un Dios benevolente, cariñoso, que guíe por el buen camino? ¿Quién no quiere un Dios que en lugar de amenazar, enseñe el camino a seguir para no ir hacia el vacío?
Pero bueno, por supuesto, respeto las decisiones de todos, todos tenemos una conclusión y una manera de ver la realidad. Y no hay que decir, por favor, que por ser ateo eres más inteligente que alguien que cree en un Dios, no hagas eso, solo demuestras tu ignorancia, maldad y egocentrismo. Pero si quieres saber más sobre qué pienso sobre este tema de la existencia de Dios, lee mi pequeño, pero pequeño relato llamado Nuestros deseos.
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Sobre uno más
De TodoSupongo, se trata de una especie de Blog, o de curiosidades de mí, y cosas en las que me inspiré para crear mis historias. Quizá no le importe a nadie, pero si estás leyendo esto, te lo agradezco bastante, tampoco es que sea muy conocido, pero prefi...
