93 days of souvenir. (PAUSADA)

9. La galería

Capítulo 9.

—¡Corre, Lía!

—¡Es lo que estoy haciendo!

—¡Apresúrate o no llegaremos a tiempo!

—¡¿Qué crees que estoy haciendo?!

Fran me jala por las escaleras del museo y corremos hasta la entrada, el tour que reservamos esta apunto de comenzar así que tenemos unos minutos para llegar.

Mi respiración es caótica, tengo que ponerme en forma.

—Es tú culpa que llegáramos tarde.

Nos detenemos al entrar a la galería y empezamos a caminar rápido ya que está mal visto correr dentro de una galería de arte tan importante como esta, con la respiración agitada, hablo —Fue tu idea que me cambiara de ropa.

—Porque pensabas venir con unos horribles jeans, parecías vagabunda.

—Solo estaban algo holgados y con un poco de pintura.

—Es una galería de arte, tenemos que vernos—

—Despampanantes— termino por ella.

—Al fin lo entendiste— me da un apretón en mi hombro.

Mi pelo está amarrado en una media coleta con dos mechones enmarcando mi rostro, bajo la falda del vestido que Fran me eligió porque siento que está muy arriba y acomodo el pequeño bolso que traje conmigo, al igual que la cámara.

Fran tira de mí para pasar rápidamente por seguridad —Ese vestido fue una gran elección.

—Prefiero mis jeans— le digo en tono sarcástico.

Ella me mira mal —Estas muy pálida, debes dejar que el sol te dé un ligero bronceado.

—Vinimos a una galería de arte, no a la semana de la moda.

«Quería usar mis jeans, son muy artísticos»

La Galería de la Academia es uno de los museos que no te puedes perder, es casi una ley visitarlo cuando viajas a Florencia. Debido a que, es un museo dedicado a la pintura y escultura. Desde que era pequeña siempre soñé con visitarlo y poder admirar con mis propios ojos la famosa estatua de David.

—Bueno, ahí está nuestro grupo— Fran dice frente a un pequeño grupo de personas frente a nosotras —Amo venir a los museos, siempre hay turistas sexys.

Negando, comenzamos a acercarnos al grupo frente a nosotras ¿Por qué no podemos ver el museo a nuestro ritmo? Quiero admirar todo a mi tiempo ¿Es realmente necesario que alguien me lo muestre?

El brazo de Fran se atraviesa en mi camino, y salto del susto.

Sigo la mirada asombrada de Fran hacía un pequeño grupo a unos metros de nosotras, mirándonos y son las últimas personas que esperaba ver aquí.

—¿Paolo? — habla Fran.

—Hola— nos dice con una sonrisa tierna.

—¿Qué están haciendo aquí? — Fran le pregunta mirando sobre su hombro a los chicos de la fiesta en la cabaña.

—Los traje a conocer el museo— su mirada se centra en mí —Hola, Lía.

—Hola, Paolo.

Su mirada regresa a Fran —¿Van a recorrer el museo solas?

Fran negó con la cabeza —No, en realidad reservamos un tour.

—¿Por qué no vienen con nosotros? Total, yo estuve trabajando un tiempo aquí el verano pasado, soy un buen guía y podemos tener un tour más divertido que el que le dará uno de esos amargados.