Aclaraciones y prefacio.

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Hacia finales de 1812, Valentina recibió la noticia de que se iría a vivir a Puebla con una de sus tías. La familia Trejo era dueña de una hacienda abandonada en la ciudad, y como los demás familiares tenían que responder por los otros terrenos en Vallaloid, la dama, una mujer de carácter fuerte pero simpático, decidió que ella y la joven de ahora quince años podían hacerse cargo.

Así que, una fría mañana del 23 septiembre, una carreta abandonó la capital del estado y partieron a una nueva vida. Fueron días de miedo; cada dos por tres se encontraban con caras poco amigables y el frío por poco y las congelaba, pero al final, cuando una semana después llegaron a Puebla, se dieron cuenta de que lo peor ya había pasado.

Fueron recibidas por un funcionario de gobierno, que tenía cierta amistad con la señora. Él les dijo todo lo básico que tenían que saber de Puebla: clima, su gente, su cultura y cómo orientarse.

—Se lo agradecemos mucho, don Luis, pero mi sobrina y yo tenemos mucha hambre. ¿Sabe de un lugar al cual podamos comer algo?

—¡Pero por supuesto! A dos calles de acá hay una panadería que tiene al pueblo rendido a su puerta. Va por el nombre "San Juan". Todo lo que venden es hecho por Dios, comadre. Aproveche.

A Valentina el apellido le sonaba. San Juan, San Juan. ¿Dónde lo había escuchado?

—¡Ándele, 'mija! —su tía la agarró de la mano y juntas caminaron hasta el lugar, dejando al hombre a cargo de sus cosas—. Yo no sé usted, pero me comería el local entero si tan bueno dicen que es.

—Tía, no exageres.

Llegaron a una edificación de paredes amarillas y balcones y puertas azules, con un letrero con el mismo apellido que les dijo el funcionario. La mayor empujó y entraron al local, hundiéndose en el aroma de pan recién salido del horno.

—Buenas, denme un momento—una voz se escuchó desde el mostrador. Poco después, apareció un chico alto y delgado de cabello y ojos castaños, piel morena, y que vestía una camisa blanca, chaleco negro y pantalón café— ¿En qué les puedo servii-i-r? —sus orbes se posaron sobre la guanajuatense, que también lo había reconocido—. ¿V-Vale? ¿Valen...tina?

—¿Leo? —ella se acercó un poco más hacia el muchacho, olvidando por completo a su tía y a una nueva persona que estaba detrás del poblano—. ¿Leo San Juan?

Una dulce sonrisa se formó en los labios del menor, quien en menos de dos segundos había saltado sobre el mostrador y la envolvió en un abrazo.

—¡Dios mio, Vale! ¿Qué...? ¿Qué haces aquí?

La chica se quedó inmóvil. Era él. Era Leo.

Su Leo.

"Siempre te recordaré como alguien... Muy especial".

—Vale... ¿Valentina? ¿Me escuchas? —la voz del chico sonó.

Ella sonrió, y pasó sus brazos sobre los hombros del contrario.

—Me lleva... Eres tú. Después de todo este tiempo... No inventes. Creí que yo...

—Cállate. Me alegro que estés aquí, Luis.

Guanajuato, su padre, las momias, la mina, el beso. Todo eso pasó por la mente de Valentina, cada uno guiándola al recuerdo del chico que dejó una marca en su vida.

Varias lágrimas escaparon de sus ojos. Eran de felicidad. Las dejó caer sobre el pecho de Leo, quien a su vez liberó las suyas sobre el cabello de la chica.

Valentina no podía estar más feliz que en ese preciso instante.

—Yo también.

A escasos metros, la señora y otro muchacho, más alto que Leo y con camisa y paliacate blanco y pantalón crema, miraban extrañados la escena.

—¿Lo/la conoce? —se preguntaron, asintiendo casi al instante en forma de respuesta.

—Rosa Trejo, tía de Valentina —le dio la mano.

—Nando San Juan, hermano de Leo —la aceptó—. Creo que la estaré viendo por aquí seguido, ¿no?

—Ya lo creo...

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¡Buenas!

¡Bienvenidos a la Valeo Week 2020! ¡Donde escribimos sobre la bella parejita que conforman nuestro cazafantasmas favorito y la chiquita valiente que nos robó el corazón!

Pero antes que nada, vamos a aclarar unas cosas:

* Se ambienta casi dos años después de los eventos del Charro Negro, exceptuando el día 6.

* Leo tiene catorce años y Valentina quince.

* Todos los personajes son parte de la misma franquicia. No habrán crossovers.

*Como personajes recurrentes estarán la familia de Leo y Valentina. El equipo de Leo, tal y como ustedes saben, no aparecerá.

Sin más que decir, espero que disfrutes de estos One-Shots de una parejita que merecía más de lo que la mayoría del fandom le da.

Cabe resaltar que si a ti no te agrada esta pareja, te pediré que por favor no dejes comentarios groseros, ya que hay personas que sí la disfrutan. "Shipea y deja shipear".

Dentro de unas horas publicaré el Día Uno.

¡Que tengas un excelente día!

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Zeallouscollect.

Valeo Week 2020.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora