—Bueno, cara de lombriz. Regreso al rato —fue lo último que Valentina escuchó antes de que su padre cerrara la puerta del cuarto del hostal, dejando a la joven con su cámara y la soledad.
—Necio —murmuró entre dientes-. Se va a quemar por salir sin protector solar.
Se encontraban en una ciudad costera, a miles de kilómetros de su ciudad natal, Guanajuato. Padre e hija habían tomado la decisión de darse un merecido descanso, después de todo, los últimos meses fueron caóticos. La madre de Valentina había muerto de una larga enfermedad que la aquejaba, por lo que don Gaspar tuvo que trabajar más horas como minero, mientras que a la chica se le dividió el tiempo entre ir a la escuela y trabajar en la tienda de disfraces del padre de su amiga Beatriz. Ninguno de los dos tomaba un respiro, hasta que llegaron las vacaciones de fin de año y don Gaspar le ordenó a su hija que empacara suficiente ropa para unas semanas y partieron a sus primeras vacaciones en mucho tiempo.
Valentina no era muy fanática de la playa. Le molestaba ver como su piel pasaba de ser color crema a un poco atractivo color camarón, aun con diez capas de bloqueador encima. Tampoco disfrutaba de estar rodeada de mucha gente que inmediatamente dejaba sus trabajos, se volvían totalmente locos y borrachos. Y mucho menos le gustaba no tener nada que hacer. Intentó colar su tarea entre su equipaje, pero su padre se dio cuenta y la hizo dejarla. Por no tener tiempo libre, nunca desarrolló un hobbie. Sin embargo, viendo la necesidad de ocuparse en algo, decidió dar una vuelta.
Se vistió con una blusa blanca, suelta y de manga corta, un short de mezclilla, zapatillas negras y recogió su cabello ondulado con un listón rojo. Se aplicó el protector solar en las extremidades y, con un bolsito de forma de tejón en que guardaba su celular, la llave de la habitación, audífonos y un poco de dinero, y salió del cuarto y del hostal. El picante sol de las tres de la tarde la recibió con toda su intensidad.
Caminó entre cientos de personas, todas turistas y comprando cuanta cosa veían. Valentina rodó los ojos y siguió por su camino hasta la playa, donde trató de apartarse de otra aglomeración de viajeros y se ubicó en una zona, detrás de unas rocas grandes y que a simple vista se veían mortíferas. Perfecto, espacio para estar sola. Se sentó en la arena y sacó su celular del bolso. Tenía dos llamadas perdidas de Beatriz, 398 mensajes de WhatsApp de Teodora sin leer y unos tres de Messenger de Xóchitl.
Quería a sus amigas, pero ese día era para ella, así que los pasó de largo, fue a su reproductor de música y seleccionó la primera canción en la lista. Conectó los audífonos y se sumergió en su paz interior.
Observaba el mar. Las olas chocaban contra la arena violentamente, tanto que algunos peces terminaban en la superficie y no alcanzaban a volver al mar, que luego los arrastraba cuando ya estaban a puertas de la muerte. También percibió el vuelo de las gaviotas y los pelícanos buscando comida sobre el mar. Y por si no fuera poco, vio como un chico, más o menos de su misma edad, 1.65m aproximadamente, delgado, de tez morena y cabello castaño y desordenado, vestido con una camiseta blanca y una pantaloneta rojas, se adentraba al agua. Al parecer él no se había dado cuenta de su presencia.
Ella le habría restado importancia, si no fuese porque vio como las prendas resultaron flotando en el agua.
¿Qué demonios?
Valentina se retiró los audífonos y guardó todo en el bolso, para luego esconderlo todo con unas rocas pequeñas (nunca se sabe con los ladrones) y se acercó a la orilla. La prenda seguía ahí. La agarró al mismo tiempo que otro ser lo hacía. El chico ese, que no dejó ver ni un cabello.
Empezó una guerra de jaloneos que la guanajuatense estaba dispuesta a ganar, pero de un momento a otro, el brazo contrario la resultó tirando al mar. Ella quedó sorprendida porque aquel chico se veía bastante debilucho y al parecer era todo lo contrario. No obstante, cayó en cuenta de un pequeño detallito: ella no sabía nadar.
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Valeo Week 2020.
Fiksi PenggemarPorque Leo y Valentina estaban unidos, unidos por un cariño inmenso que ni la distancia tuvo poder para atacar. Te presento la Week Valeo, primera actividad de este carácter para esta hermosa pareja. *Todos los derechos reservados. *La portada es la...