Mi única opción

cap. 11

Killiam.

No sé que Diablos me pasa.
Me molestó que se expresará también, de León y mostrará esa expresión tan amable en su rostro cuando se refiere a el.

Me preocupo por qué tengo que cuidar mi imagen y sobre todo la de ella eso es todo, y se que León aspira ser más que un amigo incondicional, se que es una mujer demasiado bella y cualquier hombre perdería la cabeza por ella, En ocasiones siento que no merece estar atada a un contrato pero lo hecho, hecho está y no hay vuelta atrás.

Coloco todo en su lugar y salgo de la oficina para que nos vayamos a casa, hay que descansar ya que me imagino lo que nos espera mañana se que no va hacer fácil lidiar con los Bennett.
Y con lo enfadada que está conmigo, me va a dar problemas para irse a casa con mi compañía.

Miro a todos los trabajadores en sus puestos otros atendiendo a parejas, Camino hasta su oficina y me detengo en el marco de la puerta miro como está guardando todo, se desplaza con total elegancia por el espacio, miro que levanta sus rostro y me mira con asombró.

-¿vas a salir? - pregunto observando su bolso, coloco mis manos en mis bolsillos.

- No, en realidad voy para la casa ya terminé todos los pendientes.- dice aferrándose al bolso

- está bien, vamos justamente te venía a buscar para que nos fuéramos a casa - no menciona palabra alguna solo me dedica una mirada asesina.

- no pienso irme con vos.- sisea, intenta pasar por mi lado

- ¿por qué no? -  por inercia la tomo del brazo, su cara es un poema total de confusión .

- Killiam soltame, nos están viendo - murmura con una sonrisa tensa.
Acerco mi rostro al suyo para hablarle sin que nadie nos escuche, miro como cierra sus ojos dejándome ver su rostro relajado, mis ojos viajan desde sus pestañas hasta sus labios rojos, que insitan a mis ojos a observar ese parte en específico de su rostro.

Miro como abre sus ojos de apoco, cuando no recibe el contacto de mis labios sobre los suyos, dejándome ver en detalle el azul de sus ojos, y como se sonrojan sus mejillas, me causa gracia ver su expresión de disgusto que contrasta totalmente con su anterior expresión.

- quítate baboso - murmura esquivando mi mirada

- ¿por qué?

- por qué, invades mi espacio personal.- miro como pasa saliva y su respiración comienza agitarse.

- te pone nerviosa mi presencia - susurro sobre su piel acariciando con mi respiración, desde sus labios hasta llegar a su oído.

- para nada - se sonroja.

- tu respiración demuestra lo contrario. - digo en un arrebato tomando esos labios que tanto hipnotizan mi mirada, delineó su labio inferior y lo muerdo para que reaccione y me corresponda ya que la eh tomado por sorpresa, no tarda en seguirme el ritmo y aprovecho su impresión para invadir con mi lengua su cavidad bucal.
Cuando separamos nuestros labios, la tomo de la muñeca y la llevo hasta la salida ya que los trabajadores estaban muy entretenidos con nuestro pequeño show. La observó de medio lado y trae la cabeza gacha y los labios rojos un poco hinchados.

Salgo al estacionamiento y le abro la puerta del carro, se monta sin objetar palabra alguna rodeo el auto y me monto para emprender marcha.
Llevamos varios minutos de camino y por el rabillo del ojo miro como lleva la cabeza puesta en la ventana del auto viendo el camino.

- que fue eso tan repentino - dice sorprendiendome ya que no esperaba oir palabra alguna de ella, pero que espero esta mujer siempre hace todo lo contrario a lo que tengo previsto.
Se perfectamente que me está preguntando sobre lo del beso pero me hago el desorientado.