cap. 4 - Ya te enomaraste de mi

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Gracias a Dios, la lluvia se detuvo, vamos de camino a casa en el auto de Killiam, ya es pasada la media noche y siento la reacción de levantarme temprano en mi cuerpo.
Si me duermo pueda ser que me despierte varada en alguna parte de la carretera con este tipo nunca se sabe.
Así que optó por ver la agenda de mi celular y apuntar las nuevas ideas para mis clientes estoy tan concentrada que doy un brinco cuando Killiam me habla.

- ¿que haces?

- Estoy planeando como liquidarte y quedarme con tu herencia - digo haciéndome la pensativa.

- Asiente - Asegúrate de hacerlo bien por qué de lo contrario lo pagarás muy caro - dice estallando en carcajadas.

Tamborillea continuamente los dedos en el volante y me observa de reojo, se lo que le inquieta pero decido desviar mi atención poniéndola en mi agenda.

- carraspea, lo observó - Cuando comenzó a llover te note un poco tens...

- Lo interrumpo - Creí que era una tormenta - A mi pesar temo que conteste demasiado rápido, parece que estoy a la defensiva esperando su pregunta, respiro.

- Enarca una ceja - Si no lo quieres hablar conmigo lo entiendo, pero se que hay más tras esa mentira, por esta vez haré caso omiso - asiento de manera distraída.

Pongo música para aligerar el ambiente y comienzo a cantar de manera distraída,  ninguno de los dos vuelve hablar pero no es un silencio incómodo, es un silencio agradable dónde sabes que epuedes estar tranquilo sin temor a que te critiquen o interrumpan, luego de unas cuantas canciones, por fin llegamos a mi destino, detiene el auto y me mira atentamente.

- Gracias - lo miro desconcertada - Agradezco el echo de que hayas sido amable con mi Nana, ella y Andrés representan una parte importante de mi - mira hacía al frente y obtengo el perfil más maravilloso que algúna vez e visto, su mandíbula marcada, nariz perfilada, pómulos ligeramente sonrojados y esos hermosos labios que me incitan a caer en la tentación.

- Le sonrió - No hay de que, son lindas personas, no hay necesidad de demostrar mi verdadero ser con ellos.

- Se gira detallando mi rostro - No creo que hayas ocultado nada Ariadna - estira su mano para tocar mi mejilla y por inercia reclino mi rostro contra su palma, relame sus labios con la vista fija en los mios, inclina su torso hasta estar a milímetros del mio, Dios de todos los dioses, vislumbro el precioso cuerpo de Gianna viéndome desde la entrada del edificio, automáticamente me obligo a conectar mi inteligencia con mis debilidades carnales.

-carraspeo - Ya es tarde, es mejor que entre - me mira desconcertado, regresando a su posición y su vista se clava en Gianna.

- ¿Alguien le a dicho que no es normal caminar con un bate?.

- ¿Que?

- Gianna siempre que la miro tiene un bate, ¿normalmente lo camina? o ¿es para intimidarme?

- Sonrió ampliamente tanto que siento mis ojos achicarse - eso no lo sabrás

-Descansa Kiliam - bajo del auto

- Descansa Ariadna.

Avanzo hasta Gianna que me mira con ojos entrecerrados, me detengo justo frente a ella - ¿Qué haces afuera?

- Me mira detenidamente - Es tarde, te puse mensaje y no respondias - suspiro, veo como el auto de Killiam gira y se detiene a nuestra orilla.

-Hola hermosa Gianna, ¿paseas a tu mascota? - sonríe, señalando al bate.

- Claro, en la noche suele enloquecer y le da por golpear al primero en preguntar por el

- carcajea - Tan dulce como su prima - mira alrededor - Ya es tarde, es mejor que entren, desde aca las estaré viendo.

Mi única opciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora