Entre Youtubers ♡ (El Rubius Y Tú) LEMON

Cap 28

Desperté en una habitación blanca, desperecé mis ojos, vi una intravenosa en mi mano izquierda, la cual era sostenida por Dany, mi mejor amiga.

-Preciosa, al fin despertaste -me dijo con una sonrisa apagada-

-¿Qué pasó? -pregunté aún atontada-

-Te desmayaste, dijo el doctor que fue por la impresión y estrés en tan poco tiempo, pero que con ese suero estarías mejor en un par de horas.

-Dany... ¿Y mi... h-hermano? -temí por la respuesta que la chica a mi lado pudiese darme-

-Él está bien, se encuentra en la UCI, sigue delicado, pero el médico dice que es un milagro.

Sonreí y agradecí en mis adentros, la vida me daba una nueva oportunidad para estar con mi pequeño hermano.

Alguien tocó a la puerta, eran Rubén, Mangel, Vegetta y Willy, que querían saber lo que pasó. No di muchos detalles, y ellos no preguntaron más, lo cual agradecí.

Una vez acabado el suero, me dieron de alta, fui apenas pude a la habitación de mi hermano. Entré, y noté un semblante lúgubre en ese cuarto de hospital, y lo vi, pálido, con su cabello alborotado y sus ojitos cerrados, conectado a un respirador y pude ver el monitor de sus signos vitales. Me acerqué a él, tomé su mano, con una devoción que no sabía que tenía, pedí para que lograra recuperarse por completo, besé su mano, acaricié su rostro, y quedé dormida junto con él.

*P.O.V RUBIUS*

El día no podía ir a peor, Irina embarazada, el hermano de _______ al borde de la muerte, ella decaída, con sus problemas, y yo como un puto egoísta pensando en Irina.

Una voz me sacó de mis pensamientos, era Willy, que junto a Vegetta no me habían dejado ni un instante solo en esa sala de espera tan agonizante.

-¿Rubén? -me preguntó el menor de ellos-
¿Cómo estás?

Sabía a lo que se refería, me conocía bien, pero ni yo entendía cómo me sentía.

-No lo sé -bufé- ha sido un mal día, cada vez peor, y me desespera no saber qué tengo que hacer.

Y esto era cierto, sabía que quería a ______ como a ninguna otra, pero si el bebé que Irina estaba esperando era mío, lo cambiaría todo.

-Macho, si me permites darte un consejo -habló esta vez Vegetta- escucha a tu corazón, sí, aunque suene cliché, haz lo que sientas, si no vas a lastimar a alguien.

Tenía razón, vaya que la tenía, necesitaba pensar, y aquí no podía hacerlo.

-Chicos, les voy a pedir algo, no dejen a _____ sola, debo irme.

No esperé respuesta, sí o sí tenía que saber lo que haría, y no iba a esperar más.