1. ERIN

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Miro el reloj que tengo colgado en la pared: las 8:30 de la mañana. Me queda SOLO media hora para desayunar, ducharme y terminar de hacer la maleta. Debería haberme despertado mucho antes y no dejar las cosas para el último momento como siempre me pasa, pero la cama es irresistible para mí (y más contando con que me duermo muy tarde).


Intento hacer todo lo que tenía pendiente muy rápido, tan rápido que hemos salido de casa y tengo la sensación de que me olvido algo. No sería ninguna novedad porque cualquier día pierdo la cabeza.

Ya en el coche, doy toquecitos al asiento del copiloto, donde está sentada mi madre.

—Mamá, tengo la sensación de que me he dejado algo...— Escucho una risa y miro hacia mi izquierda, desafiando a mi hermano con la mirada. —¿A ti que te pasa?

—¿Qué me pasa? Que siempre te pasa lo mismo. Si dejases las cosas preparaditas no te comerías tanto la cabeza con "¡Ay, que me he dejado esto! ¡Ay, que me he dejado lo otro!"—, me dice con voz burlona.

Evito contestarle porque sé que si le respondo terminaremos discutiendo. Adam es mayor que yo 3 años. Vamos por etapas. Hay veces que nos llevamos genial y veces que no nos podemos ni ver. Pero eso sí, como alguien se meta con alguno de los dos sacamos las garras que solemos tener escondidas.

El viaje se hace relativamente corto. Hemos venido al pueblo de mis abuelos, como todos los veranos. Me gusta ésta época del año porque se junta aquí toda la familia y, aunque hay mucha felicidad, también hay discusiones. Muchas. Es lo que tiene convivir 3 meses con las mismas personas.

Como ya he dicho, ésta época del año es especial ya que nos juntamos toda la familia pero hay un problema. Y bien gordo.

¿A quién me voy a encontrar en el pueblo? A mi ex. Sí, exacto. Veraneamos en el mismo sitio. Nos conocimos aquí y cuando oficializamos la relación nos veíamos cuando podíamos ya que él vive en otra ciudad no muy lejos de la mía.

Estuvimos saliendo juntos 2 años. O eso creo. Al cabo del tiempo de dejarlo me enteré que me había estado engañando con otra chica: su actual novia que, por casualidades de la vida, vive en el pueblo y con la que me llevaba muy bien. Vamos, doble traición.

Dejando atrás que tenga que volver a ver a esos dos, lo que más feliz me hace es que mi mejor amiga Juls y yo pasaremos el verano de nuestras vidas. Ella estaba deseando que volviese esa Erin fiestera.

Juls vive en mi ciudad. Decidió estudiar allí, y yo encantada de tenerla cerca. Al igual que se alegró de que Chris y yo lo dejáramos; ahí estuvo ella apoyándome en todo e insultando a esos dos y diciéndome que cuando los viese sería capaz hasta de escupirles en la cara.

Fue llegar al pueblo y entrarme unos nervios que me mataban. Sabía perfectamente a lo que me tenía que enfrentar pero saber que ese momento estaba por llegar no me dejaba ni respirar.

Mi hermano pareció notar mi cambio de estado. Sabiendo que no le iba a decir nada porque le conocía y sabía que se iba a cabrear, solamente me abrazó.

—Tranquila, Erin; se que te va a costar, pero tiene que verte fuerte y feliz.

—Parece que aún piensas que sigo colada por él.— salté a la defensiva.

—No te engañes, hermanita. Te conozco a la perfección.—me dijo guiñando un ojo.

—Vamos a ver: no sigo coladita por él, eso tenlo muy claro.— le respondí, recalcando el "muy".— Lo que siento es rabia y ya sabes como soy. Me hizo sufrir, eso es imposible de olvidar.

—No sé, si tu lo dices...— Ya estaba dudando de lo que le decía. Cuando se pone así no se ni lo que le haría. Mi respuesta fue una cara de asco. —Vale, vale, tranquila. Te creo.

No sonó muy convincente, pero me da igual. Yo sé mis sentimientos. Soy vengativa, lo reconozco. Y como dice el dicho: "La venganza es un plato que se sirve frío".

Aquí está el primer capítulo de "Intercambiando favores". Es la primera novela que escribo y la verdad es que tengo muchísima ilusión.
Espero que llegue a mucha gente y que os guste. ❤️

Intercambiando favoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora