Capítulo diez

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Esa mañana, Plan salió de su casa hacia el garaje donde su guardaespaldas ya le esperaba en el coche.

Este se subió y entonces escuchó sonar su móvil, lo miró y vio que era Gun Napat, su entrenador.

-¿Si?, ¿Diga?.

-Hola chiquito, ¿Te acuerdas de mí?.-se oyó en el auricular.

-¡Hola.entrenadorl!, ¡Claro que me acuerdo de ti!, ¿Que tal estás?-exclamó este emocionado.

Mean que estaba sentado al volante, frunció el ceño ante eso pues él no tenía constancia de que su protegido recibía llamadas tan personales de su entrenador.

-Si, si lo siento-Habló este tras unos minutos escuchando-... es que he estado bajo de ánimo para volver....Bueno me lo pensaré, gracias por preocuparte, eres lo más.

Finalmente el chico colgó la llamada y suspiró con una amplia sonrisa en su rostro, la cual no pasó desapercibida para el guardaespaldas que lo miró detenidamente.

-¿Se puede saber por qué diablos ese entrenador que te llama con tanta confianza?-preguntó molesto.

-Oh vamos, no me digas que estás celoso.

Mean chasqueó la lengua con fastidio.

-Contéstame, ¿Por qué te llama?, ¿Qué quería?

Plan suspiró.

-Gun tiene el número de todos nosotros y bueno quería saber como estaba del brazo y cuándo volveré a los entrenamientos.

El policía asintió.

-¿Y cuándo volverás?

-No lo sé, jugar al fútbol me gusta mucho y bueno el brazo ya no me duele pero...

-¿Qué ocurre?

-El robo y la muerte de Tay han sido muy traumáticas y la verdad me asusta.

El guardaespaldas suspiró.

-Pequeño, hace semanas ya de eso...debes seguir con tu vida y dejarlo atrás.

-¿Crees entonces que debería volver a entrenar?

Este asintió.

-Si es lo que te gusta si, aunque ese entrenador no me gusta.

-Pero si no le conoces.

Mean chasqueó la lengua de nuevo mientras encendía el motor.

-No me hace falta para saber que no me gusta.

Plan sonrió.

-Estás celoso, eso es lo que pasa.

El mayor arrancó el coche y puso rumbo a la Universidad y en todo el recorrido no se saco al tal gun Napat de la mente, odiaba no tener toda la información, además de los cabos sueltos.

-Debiste hablarme de él... todo tu entorno es importante, todos tus movimientos y todo el que se te acerca debe ser identificado, sino no podré protegerte al cien por luego dijo luego de un rato-...Tus padres y tú debisteis hablarme de él.

-Ok lo siento-dijo el chico mirando por la ventanilla.

El guardaespaldas apretó las manos en el volante.

-Un lo siento no es suficiente, ¿Acaso no ves lo importante que es que yo lo sep...

El más joven resopló ya molesto.

-Perdona ¿vale?, Supongo que se nos pasó.... Además el entrenador es un encanto, jamás me lastimaria, eres un paranoico.

Un gran silencio se hizo en el interior del coche, tan sólo la fuerte respiración de Mean se escuchaba pues realmente estaba muy molesto y muy celoso.

5. Mi nuevo guardaespaldas -Meanplan-Zaintsee//TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora