Aunque Plan no estaba muy convencido de ello, finalmente acudió nuevamente al entrenamiento, después de haberlo evitado por una semana.Sabía que debía afrontar los reproches y miradas del entrenador por el plantón de aquella tarde y las posteriores llamadas y mensajes que nunca contestó.
Además estaban sus compañeros de equipo los cuales había dejado de lado cuando tenían próximo un encuentro muy importante.
—Hey, te ves radiante... Mira esa sonrisa—dijo uno de sus compañeros acercándose—…supongo que te lo habrás pasado muy bien para no venir.
—Lo si-siento, es que me surgió un imprevisto y buen...
—Anda ve a cambiarte—le interrumpió su guardaespaldas mirando fijamente al otro chico—… no tienes porque dar tantas explicaciones.
Este asintió y caminó rápidamente hacia los vestuarios, mientras que Mean se quedó mirando al chico hasta que regresó al campo y entonces, el policía caminó también hasta los vestuarios.
—Hola.
—Hey ¿Donde has estado te extrañamos en el campo?
—No pude venir—contestó este escuetamente mientras se cambiaba.
Al terminar este volvió a salir, encontrándose a su guardaespaldas
—¿Me extrañarás?.
Phiravich y no pudo evitar aguantarse las ganas de besar su frente.
—Yo siempre te extraño, precioso—le susurró.
La felicidad del más bajo se vio cortada por la acusadora mirada del entrenador, el cual apareció tras ellos.
—¡Rathavit!, ¡al campo ya!, ¡tus compañeros te esperan!— le gritó notoriamente molesto.
—Pero todavía hay gente dentro sin cambiarse entrenador—Dijo este asintiendo cabizbajo.
—¡Esto no es un parvulario!, ¡Aquí se viene a trabajar!— gritó nuevamente, por lo que todos echaron a correr fuera.
Mean le miró fijamente mientras apretaba sus puños pues sabía porqué este le hablaba así a los pobres chicos.
—Maldito capullo fracasado—susurró molesto mientras le aguantó la mirada.
Finalmente el entrenador se fue al campo donde Plan junto con sus compañeros hacían los primeros ejercicios de calentamiento.
—¡Vamos!... ¡vamos!...¡arriba y abajo!...¿Acaso estáis dormidos?...¡venga!... ¡venga!, ¡Otra vez!—gritaba el entrenador sin parar de tocar las palmas apurándolos.
—Pero ¿Qué le pasa a éste hoy?—preguntó en un susurró el capitán del equipo.
Plan se encogió de hombros y miró hacia donde estaba su guardaespaldas, entonces este le guiñó un ojo y luego le hizo un gesto de complicidad.
—¡Rathavit ven aquí!—le llamó Gun.
Este obedeció y se acercó nervioso, este rápidamente lo agarró y tiró de él
—¡Bien!, ¡Ahora poneros por parejas—gritó este—¡uno en el suelo y el otro le sujeta los pies!, ¡Abdominales!, ¡Venga!, ¡Venga!.
El más bajo se tumbó y este le sujetó los pies, mientras hacía las abdominales.
Plan evitó mirarle a la cara en todo momento, entonces este lo agarró fuerte del brazo para no permitirle bajarse nuevamente.
—Me haces daño—dijo el pequeño.
—Es lo que te mereces por plantarme. ¿Acaso no me porte bien contigo?—susurró Gun muy molesto.
—Lo siento pero es qu....
—Es por él ¿verdad?—le interrumpió su entrenador mirando a un molesto Mean —...él no te deja en paz.
Plan negó con la cabeza.
—No, he sido yo...es que lo pensé mejor y decidí no salir con nadie.
Gun lo miró fijamente y apretó más el agarre pues esa respuesta lo había molestado más pero entonces uno de los jugadores chilló de dolor y este soltó al chico rápidamente.
El guardaespaldas cada vez estaba más convencido de que el tal Gun no era quien aparentaba y rara vez solía equivocarse con alguien.
No había encontrado nada sobre él en los archivos policiales pero eso no quitaba que el tipo tuviese una especie de extraña obsesión con su protegido y que por eso resultaba peligroso.
Cuando el entrenamiento finalmente terminó, Plan y sus compañeros volvieron a los vestuarios, entre risas y quejas de cansancio.
Antes de regresar con su guardaespaldas e irse a casa, este se cruzó nuevamente con el entrenador en los pasillos.
—Siento haberte tratado así pero es que en serio me gustaría que saliesemos—se aproximó este acorralandole contra la pared.
—N-No, no puede ser pe-pero gra-gracias por t-todo—dijo este escapándose.
Tras verlo alejarse corriendo, Gun golpeó la pared con el puño.
—Te juro que serás mío, pequeño...Te lo juro.
Muy apurado y nervioso, el menor llegó junto al policía encubierto, el cual le sonrió ampliamente.
—¿Listo para irnos, precioso?.
—S-Si v-vámonos—contestó rápidamente.
Este le miró extrañado.
—¿Estás bien, pequeño?.
Plan no quería que Mean se enfadara, acabase a golpes con su entrenador delante de todos y lo despidiesen, así que asintió sonriente y mintió.
—Si, claro estoy perfectamente.
La pareja subió al coche y puso rumbo a casa pero en el trayecto el más bajo no dijo nada, tan solo agarró la mano de su guardaespaldas y se perdió en sus pensamientos.
Al llegar a su hogar, Plan subió rápidamente, se cambió y luego bajó a la piscina pues nadar lo despejaba y tranquilizaba, ya que no quería pensar más en el raro entrenamiento de esa tarde, ni en el extraño comportamiento de su entrenador.
Finalmente no le resultó de mucho pues realmente estaba muy preocupado y no sabía que hacer, de nuevo se estaba planteando dejar el equipo aunque no quería pues le encantaba jugar al fútbol.
En la parte delantera de la piscina, el policía caminaba nervioso de un lado a otro, observando en silencio la actitud de su protegido.
Sabía que este le estaba mintiendo pues lo conocía y por lo tanto, notaba que algo no estaba bien y eso le reventaba, ya que este no confiaba en él para contárselo.
—¿Qué ocurre, pequeño?, ¿Qué es lo que te preocupa?—susurró muerto de la preocupación, cuanto vio que este salió del agua y se tendió en una de las tumbonas sin siquiera mirarle—...Cuéntamelo, por favor.
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5. Mi nuevo guardaespaldas -Meanplan-Zaintsee//Terminada
FanfictionPlan es una chico rico, mimado y caprichoso de dieciocho años e hijo del multimillonario matrimonio Rathavit.Tras sufrir un robo en el que resulta muerto su último guardaespaldas, el empresario Joong Rathavit, contratará a otro hombre para el cuida...