La melatonina está viniendo por ti,
nene, ¿no cerrarás la puerta?
estoy cansado de esto,
se está haciendo tarde, así que cierra los ojos, duerme durante díasMiró la fecha. 16 de octubre*. Ese iba a ser el día. Se incorporó en el incómodo sofá en el que había dormido, y miró a la cama de Luna. Aún dormida, ignorante del destino que le deparaba.
Ella lo había elegido, y, sin embargo, parecía no importarle. Parecía que realmente quería irse. Harry se levantó del sofá y caminó hacia ella. En ese instante, los ojos de Luna se abrieron, y ella le dedicó una sonrisa.
Harry intentó devolvérsela, pero no lo logró.
―Hola, cariño― dijo Luna, como si no fuera la última vez que lo saludaba.
―Hola, Luna― repitió Harry, besando su afilada mejilla― ¿Cómo dormiste?― ambos pensaban solo en una cosa, pero ninguno se atrevía a decirlo en voz alta.
―Perfecto― respondió Luna, y esas palabras fueron suficientes para cristalizar los ojos de Harry. Sin embargo, se había prometido no llorar frente a Luna, así que retuvo las lágrimas.
Silencio, bebito, bebe tu leche cortada,
estoy jodidamente loco, necesito mi prescripción rellenada,
¿te gustan mis galletas? Están hechas solo para ti,
un poco de azúcar, pero montones de veneno tambiénUna enfermera entró, con una bandeja de leche y galletas. Si bien Luna no las tenía permitidas, por ese día podían hacer una excepción.
Luna bebió de la leche, firmando así su sentencia de muerte. Ambos eran consientes de eso, pero ninguno dijo nada.
Le quedaban una hora.
Luna comió las galletas en silencio, y sonrió cuando Harry le sacó una. Él le devolvió la sonrisa, aunque parecía una mueca, gracias a sus ojos rojos y sus mejillas hinchadas. Iba a llorar otra vez, estaba seguro. Respiró profundo, y logró evitarlo, solo que no sabía hasta cuando.
Cenizas, cenizas, hora de bajar,
ooh, cariño, ¿me quieres ahora?
no puedo soportarlo más, necesito dejarte en cama,
para cantarte una canción de cuna en la que mueras al finalLuna tomó otro sorbo de leche, y lo sintió bajar por su garganta. Nunca había sido tan importante.
Por una parte, Luna estaba segura de su decisión. Tras casi un año de sufrimiento, por fin sería libre. Y eso era lo que ella quería, liberarse de una vez. Pero, por otra parte, no quería dejar este mundo tan rápido. No quería dejar a su padre, ni a Harry, ni a Lily.
Sin embargo, no se había arrepentido.
En ese momento, Harry quería irse y dejar a Luna en esa cama, no podía soportar verla ir. Pero había prometido acompañarla hasta el final, e iba a cumplir esa promesa.
Nunca quiero verte otra vez,
me saco el negro tan bien,
mierda, detrás de la cortina que estoy harta de endulzar,
la próxima vez que estés solo, piensa rápido cuando tomes el teléfonoHabía pasado media hora, media hora en la que ninguno había dicho nada. De repente, Luna habló:
―Harry, cariño, necesito que me escuches― Harry la miró con tristeza, pero asintió.― No podemos fingir que no pasa nada, porque sí pasa algo. Perdóname por irme, Harry, pero no tengo otra opción. ¿Entiendes eso?― Harry volvió a asentir― Lo siento.― Luna respiró profundo― Dile a Lily que la amo, con todo mi corazón la amo. Dile que si llegué hasta aquí, que si luché, que si no me rendí, fue por ella. Dile a papá que lo extrañaré. Díselo a Ginny, a Neville, a Ron, a Hermione. Diles que los quiero mucho, que lamento tener que hacerles esto.
Luna estaba rota, pero eso no podía notarse a simple vista. Sin embargo, Harry lo sabí, porque él también lo estaba.
No estaba preparado para verla partir.
Cenizas, cenizas, hora de bajar,
ooh, cariño, ¿me quieres ahora?
no puedo soportarlo más, necesito dejarte en cama,
para cantarte una canción de cuna en la que mueras al finalLuna siguió:
―¿Puedes prometerme una cosa, Harry?
―Sí, Lu― dijo Harry, quién sabía lo que Luna iba a pedirle, y también sabía que no podría cumplirlo. Pero el haría lo que fuera para verla feliz, sin importar lo eso implicara.
―Por favor, prométeme que vas a vivir. Que vas seguir luchando cada día. Que vas a permitirte explorar, y crecer, aunque yo ya no pueda acompañarte. Que vas a poder salir con otra persona sin sentirte culpable, porque no me estás traicionando. Que vas a dedicarle a Lily una sonrisa todas las mañanas, por todas las que no podré dedicarle yo. ¡Dios! Eres un padre increíble, no tengo dudas de eso. Simplemente, prométeme que seguirás. No podría perdonarme si no lo hicieras.
Mientras que Luna estaba tranquila y calmada, Harry estaba llorando, simplemente no había podido evitarlo. Ella extendió una mano débil, y le secó las lágrimas, con una sonrisa de tristeza.
―Te lo prometo, Luna― dijo él, entre sollozos.― Te extrañaré, ¡te extrañaré tanto!
―Yo también, Harry, también te voy a extrañar.
Cenizas, cenizas, hora de bajar,
ooh, cariño, ¿me quieres ahora?
no puedo soportarlo más, necesito dejarte en cama,
para cantarte una canción de cuna en la que mueras al finalLes quedaban diez minutos.
Harry tomó la guitarra, y comenzó a cantar Perfect, de Ed Sheeran, su canción. Luna lo acompañó en un susurro. Cuando terminó, Harry se acercó a Luna para compartir un último beso.
―Te amo, Luna― dijo él.
―Te amo, Harry― dijo ella, y, tras un último aliento, su corazón de latir. Harry se acercó a su cuerpo, y susurró:
―Te amo.
*Nota medio rara: estoy editando esto casi a casi un año de su publicación, específicamente el 13/10/21. Nada, datazo.
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OCEAN EYES | harry potter one-shots
Fiksi PenggemarSolo pequeñas historias del mundo mágico inspiradas en canciones que me gustan. Multiship. Volume 2. arcticloki | 2021.