No-Face || VMinKook

XXV. Confianza inexistente

—Sé que duele un poco, pero precisamente por eso te di los calmantes. Intenta no tocarte la cara o se va a desprender.

Respira por la boca, con el pulso alborotado al mismo tiempo que se siente dopado. Jungkook palpa con cuidado su rostro, presionando apenas un poco el área de los ojos, los pómulos y la nariz. Hasta la fecha, Jimin no había entendido a que se debían las cicatrices de Jungkook. Porque las habían dejado sanar abiertas y bueno, ya lo entiende.

Así es como se permite variar de formas de cara: Si rellenaba los agujeros, su rostro podía verse más grueso, si los hundía, más delgado; la textura de la máscara es una muy suave y Lisa, como un trozo de seda directamente pegado a la cara. Puesto que no tiene apenas material, se limitó a hacer un ligerísimo cambio de pómulos y nariz, además de incluir lentillas de color azul.

Aunque sus labios son muy distintivos, no va a haber nadie que lo reconozca allá. Lo tiene sin cuidado. Deben creer que está muerto. Después de todo, dejó la mancha en la pared. Tuvo que dispararle en el brazo para dar el aspecto de salpicadura enorme, al mismo tiempo que si lo examinan, quedará que es la sangre de Jimin y no la de otra persona.

Quemó un cadáver de un vecino de otro piso, dejándolo tirado con apenas distancia para que lo noten y se demoren en concluir que no es Jimin, pero lo tengan que dar por muerto debido a la sangre y falta de cadáver. Le da un beso en la frente, habiéndole puesto algunos mechones rubios para despistar más.

—En Rusia todo estará mejor, te lo prometo, no te angusties por nada.

Los labios le tiemblan y es que no entiende por qué mierda está tan empeñado a llevarlo. No obstante, ahora que ve lo que se puso, apenas un cobertor para sus cicatrices, da cuenta que, por una vez, No-Face si tiene un rostro. Uno propio.

Que le sienta igual de ajeno que todos los demás.

~ * * * ~

—Poco me importan los retrasos. Quiero a todos los vuelos detenidos en este instante. Tanto los que estaban por salir como los entrantes. Gente en cada puerta y revisando los pasaportes. — Acaba de amarrar el chaleco antibalas y chequea que el cartucho de su arma este lleno. Solo por precaución.

Una vez no la tenía y fue un auténtico desastre. Nadie acabó muerto de puro milagro.

—Cualquier persona que intente salir debe ser examinada de la cara. De otra forma no sale ¿Entendido? —Namjoon recibe afirmativa de los demás agentes. Yoongi se frota el entrecejo—. ¿Quieres quedarte aquí? No has dormido nada estos días.

—Estoy estresado. Acabémoslo de una vez. —Levanta de dónde está, bosteza y se estira. Ya han cerrado el aeropuerto Gimpo en su totalidad. Por lo que si No-Face ya está dentro como debería, lo tienen encerrado.

Tiene imposible entrar sin que lo noten. Cubren todas las entradas y si forma un alboroto, es hombre muerto. Ya lo es en realidad. Toma un profundo respiro, entrando para iniciar la búsqueda del criminal y su pareja. Si compró dos boletos de avión, quiere decir que lo lleva de forma "pacifica" o mínimamente tranquila. Como un acompañante.

Que tan confiado debe estar para ir de esa manera.

. . .

—Parece que el vuelo se va a retrasar.

Jimin no dice nada, sentado al lado de Jungkook y recostado de este por la cabeza embotada. Entiende que llegaron al aeropuerto, más no como pasaron para estar justo junto a la puerta de embarque. Que documentación presentó Jungkook, como lo hizo pasar. Es un misterio que no tiene cabeza suficiente para descubrir. Ve los tatuajes del otro, las manos con algunas cicatrices similares a las de su rostro.

Piensa en mil cosas y al mismo tiempo, en ninguno. Teniendo música en unos audífonos enormes que Jungkook le colocó cuando venían en el taxi. Fingiendo que son amigos, que Jimin estuvo borracho y ahora sufre una resaca del demonio, por eso no reacciona en lo absoluto. Mueve los labios, entrecerrando los ojos. Puede caminar. Lo hizo todo este tiempo. El único problema son sus manos.

—Vamos a estar muy bien ¿Sabes? Si a uno le importa el otro, si uno quiere al otro, estaremos bien—sonríe, girando hacia él—. Estar solo es muy frío, también hace que muchas cosas pierdan sentido—Recuesta la mejilla en la cabeza de Jimin—. También sé que debes odiarme... Al menos un poquito por lo que te hice, pero ¡No lo haré más! ¡te lo prometo! —Le da un beso en la coronilla—. Yo no soy un mentiroso, tú tampoco y nos haremos buena compañía—Suspira aliviado—. La mejor de todas.

Jimin apenas escuchó lo que dijo. La música está un poco fuerte. Jungkook aparta a un lado, dormido. No pudo dormir demasiado por tener que prepararlo todo y salir temprano hasta aquí. Jimin levanta de su sitio, lo mira un instante y empieza a caminar. Es capaz de notar a muchos policías. Toma un respiro profundo.

¿A dónde se supone que voy? Gira por donde vino, Jungkook se mueve en su asiento, quizá despertando y notando que Jimin no está. Un agarre en el hombro lo crispa. Encoge los hombros y baja la cabeza, intimidado y asustado.

—Disculpe, pero estamos haciendo chequeo a todos en el aeropuerto, necesito que-

—¿Yoongi?

Voltea, girando un poco la cabeza, los auriculares caen, quedando en torno a su cuello. Entrecierra los ojos, entre confuso y aturdido. Yoongi se muestra sorprendido por reconocerlo. Los cambios apenas notables en él.

— ¡Jimin-ssi! —Se junta a Yoongi, queriendo esconderse en este.

—Ayúdame...

El pedido sale como un quejido, exhalando aire con deje desesperado y quebrado. Yoongi lo toma de la mano, sintiéndola demasiado rígida. Yoongi se apura a avisar donde esta mientras tira de él para llevarlo consigo. Topándose con rapidez con Taehyung.

—Hay que sa-

—Jiiiiiimiiiiiiiinnnnnnnn-ssiiiiiiiiiii

Hay gritos y el caos se desatada instantáneamente por el disparo que mata a una persona. Jimin se paraliza, sin saber si andar hacia adelante y estando a mitad de un fuego cruzado. Yoongi es tirado a un lado de una patada, Jimin sujeto por el pecho y un arma apuntando directamente a su cabeza.

—Ayúdame. —balbucea, lloriqueando y sin saber cómo moverse tan siquiera. Taehyung y los demás agentes presentes apuntan a Jungkook, quien da lentos y cuidadosos pasos atrás.

— ¿Cuántas veces tengo que repetir...? —Junta más el arma—. Que no le importas.