Soul: La loba de la Luna

Capítulo 7: Traición

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Despierto algo adolorida, pero mucho mejor. Por la ventana veo a la Luna que ya está en el cielo estrellado. No sé cuanto tiempo ha pasado ¿Dónde está Blake?

-¿Cómo te sientes Soul?- Blue se acerca a mí con una cálida sonrisa. Me alegro que ella este aquí. Es lo más cercano que tengo a una amiga después de la muerte de mi manada.

-Estoy bien, solo un poco cansada ¿Cuánto tiempo he estado durmiendo?- El rostro de Blue se ensombrce de pronto.

-¿Qué pasa?- Pregunto asustada.

-Has estado durmiendo por dos años.- No es posible ¿He estado en coma por una simple herida? Blue al ver mi rostro de miedo y asombro comienza a reírse a carcajadas.

-Solo bromeaba. El accidente fue ayer en la mañana. Han pasado casi dos días, solamente.- Sonrío un poco.

-Ja ja. Muy graciosa Blue.- Digo con sarcasmo. Ambas reímos un rato. Hans entra rápidamente en la habitación con una bandeja blanca en manos. En ella hay un plato de cordero asado acompañado de arroz (el cual podemos comer cuando somos humanos) y un vaso con jugo de manzana. Mi estómago gruñe hambriento y se me hace agua la boca cuando veo la carne.

-Te he traído algo de comida ya que no has comido nada en horas.- Me entrega la bandeja y yo la acepto con gusto. La apoyo entre mis piernas procurando que no se caiga. Cuando estoy segura, comienzo a comer. El cordero está buenísimo, muy sabroso y suave, algo de esperar de los hermanos Forest y Fox. 

-¿Y qué ha pasado estos últimos días que he descansado?- Pregunto mientras me meto un trozo de carne a la boca.

-Bueno, tu accidente nos mantuvo ocupados y muy preocupados. Maximus dijo que no te fracturaste nada y que, por suerte, no te cortaste el tendón, por tanto, volverás a caminar muy pronto. El único problema es que casi te desangras y probablemente te sientas extremadamente débil, por eso debes descansar.- Termino mi plato y comienzo a beberme el resto del jugo que queda en el vaso. Me alegro de que al final no haya sido nada demasiado grave, pero también me preocupa el hecho de que no me haya regenerado con tanta rapidez. Es como si me estuviera curando como una humana.

Observo la desconocida habitación en la que estoy. Las paredes son blancas, sin nada especial. Hay solo tres muebles, que incluyen un armario, un baúl y un velador. Se ven antiguos y elegantes. La cama en que estoy es demasiado grande para mí, ya que de por sí, soy bajita y delgada, pero es muy linda y cómoda. En el velador veo que han dejado mi morral. Solo ruego que Blake no haya visto lo que adentro.

-¿Dónde estoy?- Pregunto al fin.

-Te trajimos a tu nueva habitación, como vas a estar una temporada con nosotros. Es la que está al lado de la biblioteca en el segundo piso.- Asiento, sonriente. Al fin tengo una habitación propia. Así puedo evitar problemas como el que pasó después de la cacería... Recuerdo a Blake, nuevamente,  de golpe y no puedo evitar preguntar:

-¿Dondé están los demás?-

-Ayer por la noche cuando fuimos a cazar las ovejas oímos los aullidos del clan Colmillos. Se escuchaban demasiado cerca para haber viajado por solo dos días. Blake nos dijo que nos estaban avisando que iban a llegar mañana de madrugada. Hace unos minutos el resto de la manada partió para esperarlos en el bosque, pues Blake no quería recibirlos aquí. En la mansión solo nos quedamos tú, yo, Hans y Lindsey.- Mi pecho me duele. De alguna forma yo y mi loba queremos verlo, pero también está resentida porque no nos vino a ver para despertar. Tal vez me equivoque y no es mi Mate; y las corrientes que recibo son porque ambos tenemos estos símbolos en el cuerpo. Aún así... debo comprobarlo.