Número 17

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Escuchaba su nombre a lo lejos.

No sabía si era un recuerdo o en verdad estaba sucediendo.
¿Acaso esto era estar muerto?
Sinceramente Nico nunca había pensando en ello, supuso que algún día moriría pero nunca pensó en que pasaría cuando lo hiciera.

No se sentía vivo pero... tampoco sentía que estuvieses muerto.
¿Había llegado al limbo? ¿Eso si quiera existía?
No, no podía estar muerto si fuera así lo sabría. La cosa es que tampoco estaba vivo, al menos no del todo.
Trató de recapitular, había caído de un Pegaso y una bomba le había explotado de lleno en la cara, vale parecen razones por las que uno moriría.

Se dio cuenta que tenía los ojos cerrados, intento abrirlos pero falló.
De pronto se dio cuenta que en realidad estaba en un estado mental.
Debía encontrar algo a lo que aferrarse para mantenerse vivo.
No le costó mucho.

<<Will>>.

Pensó en el, en todo de el.
Sus bellos ojos azules que transportaban a otro mundo, sus miles de pecas que asemejaban constealciones, su hermoso cabello rubio que siempre olía a verano.

También pensó en más que lo superficial.
Pensó en esa forma que tenía de llamarlo "Di Angelo", lo único que quería era escucharlo decir su apellido por la eternidad, hasta el fin de los tiempos.
Pensó también en la manera que siempre lo ayudaba a salir adelante, en como era tan paciente y empatizaba con todos.
No fue muy lejos y pensó en su forma de preocuparse <<Di Angelo ¿Quieres morirte? Por que te estás matando a ti mismo y de paso me estás matando a mi también>> debía admitir que le causaba gracia su comentario "Que irónico que lo digas, Solace" pensó.

De pronto encontró algo aún más fuerte por lo que aferrarse.
La profecía.

"Junto al príncipe del inframundo triunfarás o morirás"

Si Nico moría... ¿Will también?
No podía dejar que eso pasara.
No iba a dejar que eso pasara.

- Mi nombre es Nico di Angelo -dijo- Rey de los fantasmas, embajador de Plutón, soy el hijo de Hades. Una bomba y una caída de 60 metros no son suficientes para acabar conmigo.

Volvió a intentar abrir sus ojos, ese día no sería el día de su muerte.

🦋

En un momento dado puede ser que haya perdido el conocimiento.
Dejo de pensar, fue como quedarse dormido.

Cuando despertó, en efecto pudo abrir sus ojos.
Le costó adaptar su visión.
Estaba en algún lugar de un bosque, supuso por el ruido del ecosistema.
Veía todo borroso y con manchas, su estómago le dolía, apenas y podía sentir sus piernas, su mano izquierda le quemaba de dolor... Pero vivía.

Estaba vivo, respiraba y por sus venas corría sangre.

Frente a él vio a dos manchas amarillas y una verde.
Las manchas lo vieron a él y comenzaron a ¿bailar?
Okey, sin duda no estaba viendo con claridad.
Una de las manchas se acercó corriendo y lo abrazó para después darle dos besos en las mejillas ¿la mancha era francesa?
Una olor le llegó, olía a verano, a un hogar, a amor y comodidad.

Entendió entonces que la mancha amarilla-francesa era en realidad Will
Estaba hablando pero Nico no podía escuchar con claridad, captó pequeñas cosas como "¡Dioses!" O "Como se te ocurre" y "sabia que aún vivías".

Nico se froto los ojos con su mano no dolorida y la imagen se aclaró.
Will estaba ahí vestido con una camiseta del campamento un poco manchada de tierra y un líquido rojo que Nico esperaba que no fuese sangre. Apolo estaba a su lado, cualquiera diría que parecían hermanos. El dios estaba increíblemente callado como si evaluará la situación, cosa que a Nico le provocó escalofríos.
Kayla se encontraba del otro lado llevaba un arco y una flecha junto a una enorme sonrisa.
Le preocupó no ver a Reyna pero trato de concentrarse, un paso a la vez.

Mariposas Esqueléticas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora