1. Piloto.

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Era una noche fría y oscura, la luna se escondía detrás de las nubes y las estrellas pedían ser vistas.
Emily leía su libro reciente: El Jinete Sin Cabeza. Los ojos empezaron a pesarles así que dejó el libro en la mesita de noche y se dispuso a dormir.

A la mañana siguiente Emily despertó temprano, o al menos eso creía ella. Se levanto de la cama y caminó escaleras abajo a la cocina donde su madre estaba disfrutando de una taza de chocolate caliente.

- Buenos días mamá - saludo la chica frotándose los ojos.

- Buenos días cariño - respondio Emma abrazando a su hija - ¿Quieres que te preparé un café?

- No, esta bien, yo me encargo - se ofreció Emily preparándose la bebida - ¿Donde esta papá? - pregunto la chica mientras se sentaba junto a su madre con una taza de café en la mano.

- Debe estar durmiendo - aseguró Emma - ayer trabajó hasta tarde y estaba muy cansado, dejemoslo dormir.

Emily asintió y cuando termino su café puso la taza sobre la mesera y subio a su cuarto para cambiarse.
Se quitó el pijama y se puso unos jeans negros, botas de cuero negras, una playera gris y un suéter blanco.

- Me voy a la biblioteca - dijo Emily bajando las escaleras ya preparada. Se ató el cabello con un simple rodete y se dispuso a salir.

- ¡Saluda a Bella de mi parte! - le gritó Emma mientras su hija salía al exterior.

- ¡Lo haré! - se escuchó decir de la menor desde el otro lado de la puerta.

Emily se encaminó a la biblioteca donde Bella ordenaba unos libros en los estantes del fondo.

- Hola Bella! - saludo Emily mirando donde se encontraba su amiga.

- ¡Emily! - dijo la mujer saliendo de entre los estantes - ¿como estas querida? - la mujer se acercó a la chica y las dos se dieron un fuerte abrazo.

- ¿Como estás tu? - preguntó en su lugar mirando el rostro cansando de su amiga.

- He estado mejor - respondió Bella dando un suspiro de cansancio mientras se apoyaba de la repisa - estoy muy cansada, no sabía que cuidar bebés desde Gideon sería muy complicado -

- Estarás bien, eres una mujer fuerte - le dijo Emily levantado el ánimo de la Bibliotecaria - Rumple esta bien con la bebe Jane? -

- Él tiene magia para arreglar las cosas y calmar a Jane, yo en cambio tengo que hacerlo a la antigua - contestó Bella.

- Te ves terrible - Emily miró las ojeras y los ojos medio cerrados de la mujer - ve y descansa, te hará bien -

Bella aceptó y tuvo que cerrar la biblioteca, se dirigió a su casa para tomar una merecida siesta. Espero que la bebé no se digne a llorar mientras su madre duerme.
En ese momento Emily olvidó preguntarle algo a Bella, quería saber si tenía libros sobre hechizos y conjuros, había leído sobre ese tema en otros libros y le interesaron, pero no queria molestar a su amiga, así que fue con una de las pocas personas que sabía sobre hechizos y conjuros.

- Buenos dias Gold - saludo entrando a la tienda.

- ¿Como estas Emily? - preguntó gentilmente el hombre detrás del mostrador - normalmente a esta hora estas con Bella - dijo el hombre mirando su reloj.

- La envíe a casa, parecía cansada por la bebé Jane, así que le dije que tomará una siesta -

Gold asintió dándole razón a la joven.

- ¿Que te trae aquí? - preguntó el hombre mirando a Emily.

- Me preguntaba si usted tendría libros sobre hechizos y conjuros reales, es que leí un libro que hablaba sobre ese tema y me interesó averiguar más.

- Hechizos y conjuros - repitió Gold pensativo - creo que tengo uno por aquí - se dirigio a la parte trasera de la tienda y volvió con un libro negro y gris, pero además tenía un diamante rojo en el medio.

- Espera ¿ese libro no es de Regina? - preguntó Emily recordando haber visto ese libro en la mansión de la alcaldesa.

- Pero me lo dio a mi, y yo te lo estoy dando a ti - respondió Gold con tono amistoso extendiendo la mano con el libro.

- Pero sólo soy una chica de 15 años, un libro así de poderoso no debe estar en mis torpes manos - siguió diciendo Emily.

- Tu querías un libro sobre hechizos y conjuros, aquí está - dijo Gold - ¿Lo quieres o no? -

- Bueno, si - Emily tomó el objeto y lo examinó, jamás lo había tenido en las manos, Regina decía que era peligroso y no dejaba que nadie lo tocará.

- Que tengas un buen día - la saludó el hombre mientras Emily se acercaba a la puerta.

- Si, igualmente - 

Emily dejó la tienda y pensaba irse directo a su casa. No dejaba de mirar el libro cuando veía que Regina se acercaba, rapidamente escondió el libro detras de su espalda.

- Buenos días - saludó la alcaldesa.

- Buenos días Regina - respondió la joven sin tratar de sonar culpable.

- ¿Que tienes ahí detrás? - preguntó la mujer intentando mirar lo que Emily traía.

- Nada - contestó ella nerviosa.

Regina la miró extrañada pero luego se relajó.

- Bien, no me entrometere. Que tengas un buen día cariño - dijo Regina siguiendo su camino.

- ¡Igual usted! -

Eso estuvo cerca pensó Emily suspirando de alivio.

Niña Perdida.  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora