can we begin again?

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Volví al cuarto donde Conway estaba acostado, extrañamente verlo me daba una sensación de paz algo rara, algo que no había sentido antes.
Le miré por unos segundos desde el marco de su puerta para después dejar las llaves de su casa en su mesa de noche.
—Espera...— escuché cuando salí del cuarto en dirección a la puerta.— No te vayas, por favor.— me dijo, se le escuchaba la voz entrecortada.
—Vale, vale. No me voy, pero ahora duerme.— le dije desde el marco de la puerta nuevamente.
Después de eso todo fue silencio, total y completamente.
~

—¿Qué coño pasa aquí?— sin darme cuenta me había quedado dormida en la sala de Conway y ahora era él quien me estaba despertando. —¿Qué haces aquí?— me miró confundido, de pie frente a mí.
—Pero si has sido tú quien me ha pedido que no me vaya.— le dije y me levanté del sillón, había dormido increíblemente incómoda.
—¿Que yo he hecho qué?— dijo mientras me miraba aún mas confundido que antes. — ¿Y cómo ha pasado eso?—
—Pues que ayer usted se ha puesto a tomar como loco y tal vez ya no lo recuerde, pero yo le he traído a su casa.— le dije mientras tomaba mi móvil de la mesa de la sala.— Pero no hay problema, hombre. Que yo puedo hacer como que aquí no ha pasado nada y punto, ya está.— dije mientras me acercaba a la puerta para salir.
—Lo siento, es solo que no recuerdo nada...— me dijo y bajó la mirada.— Solo recuerdo a Ivanov y a Gonetti...— dijo con la mirada triste.— Te juro que cuando enganche a un miembro de aquella banda, me voy a asegurar de que sufra, hasta que me pida que le de un turo.— sentí un hoyo en el estómago, como si me estuviera amenazando.
Si supieras que también formé parte de aquello.
—Súper, lo siento. Pero me tengo que ir.— eso no era mentira. Apenas tomé mi móvil y este estaba lleno de llamadas perdidas y SMS, solo quería salir para poder ver quién había sido.
—Claro, venga.— se acercó a mí y me abrió la puerta.— Es seguro que haya un funeral para los dos agentes, los mantendremos informados por cualquier cosa.— dijo antes de que me fuera.
—Claro, y ahí estaré.— le dije y antes de escuchar alguna respuesta por su parte caminé lejos de su casa.

Miré mi móvil, la mayoría de llamadas perdidas eran de Nadando.
Pensé un momento en llamarle, hasta que me decidí a hacerlo.
—Joder, me va a matar.— dije mientras escuchaba el móvil sonar, indicandome que ya estaba marcando al número.
—¿Y bien?— contestó a los pocos segundos.
—Necesito que pases por mí.— le dije.
—Ah vale, perfecto. Te desapareces toda la puta noche y me llamas para decirme solamente esto. ¿Sabes qué aquí todos estábamos preocupados por ti?—
—Ya... lo sien..—
—Mándame tu ubicación. Pero que quede claro que no soy tu puto chófer. —
—Vale. —
—Espero tengas algo de información, lo más mínimo. Ya hablaremos.—  Nadando me colgó el móvil.
Me alejé un poco de aquella zona para mandarle mi ubicación, no quería que sospechara y descubriera que Conway vivía ahí, ya me inventaría una excusa para explicarle porque pasé la noche fuera.

Me acerqué a un badulaque y esperé a Nadando, él llegó a los pocos minutos.
—Gracias por recogerme.— le dije cuando entré al coche.
—¿Y bien?— me dijo sin siquiera voltear a verme.
—Hoy será el entierro de los agentes, es importante que vaya.— le dije intentando cambiar un poco el tema.
—Corazón, ¿puedes decirme dónde has pasado la noche?— me preguntó sin quitar la vista de la calle.
—Pues en el hospital, en dónde más. Esperando con los demás agentes.— le dije mirando por la ventana.
—Ya... espero que estés diciendo la verdad.—
—Sabes que nunca te mentiría.— le dije y lo miré. Aproveché que estábamos en un semáforo rojo y coloqué mi mano sobre la suya.— Lo sabes, ¿no?—
~

Pasó un día desde el entierro de mis ex-compañeros, lamentablemente la policía no tenía oportunidad de faltar al trabajo, no podíamos lamentarnos para siempre.
Desde el día de la muerte de Ivanov noté a Conway más abierto conmigo, incluso algunas veces se acercaba a hablar conmigo.
—Vale, todo mundo, formad binomios y salid a patrullar en Z.— se escuchó a Conway por radio.
–10-4— respondimos todos.
—Charli, tú conmigo. Te espero fuera.— dijo finalmente.
Cogí un chaleco y fui por armas lo más rápido que pude para salir con el super intendente.
—Vale, lista. — dije cuando me subí al coche.
—Venga, vámonos.– dijo y arrancó el coche.
En el camino todo era silencio, solo se escuchaba a gente hablar por la radio.
—Volkov me habló maravillas del trabajo que hiciste en aquel código 3.— dijo rompiendo el silencio.
—Ya, tal vez exageró un poco. Tampoco fue para tanto. — le dije.
—No hagas menos tu trabajo, te felicito por tu primer código 3 con éxito.— me dijo mirándome de reojo.
—Gracias, hombre.— sentí su mirada sobre mí, estaba nerviosa.
Cada que me veía así sentía que sabía todo, que me había descubierto, me intimidaba bastante.

Estuvimos dando vueltas por la ciudad, nada importante. Hasta que nos llegó una alerta de unos tíos enmascarados secuestrando gente.
—¿Quieres ir a por ellos? ¿O esperamos a que salte el código 3?— me preguntó, era obvio que esos estaban cogiendo  rehenes para atracar algún lugar.
—Vayamos a por ellos, qué más da.— le respondí.
—A ello.— aceleró el coche y llegamos increíblemente rápido al lugar.
—Joder, al parecer se han ido.— dije bajando del coche, volteando a todos lado.
—No te fíes, puede que aún estén aquí.— me dijo Conway.
Fue en ese momento cuando me concentré. Tenía el oído muy fino, y eso estaba a mi favor. Escuché algo moverse tras unos arbustos, fue ahí cuando lo entendí.
—¡Al piso!— sabía que Conway no actuaría al momento, así que me tiré sobre él para evitar que recibiera un disparo, como respuesta lo recibí yo, pero solo fue un pequeño rozón.—Venga, ¡levanta!—
—Solicito 10-32 en mi 10-20, ¡ya!— dijo Conway por radio.— Te han dado, ¿estás bien?— me preguntó.
—No es nada, venga, a cubierto.
Me levanté con algo de trabajo, pero al lograrlo ya había alguien apuntándome a la cabeza.
—S-si me haces caso to-todo saldrá bien.— el tío estaba temblando, se notaba que era novato.
—Vaaaale, vale. Tranquilo.— le dije mientras levantaba las manos.
—Le-levanta, tú vienes conmigo.— me dijo y yo accedí.
El tío usaba mal hasta la pistola, por un momento pensé en hacerle caso e ir con él, pero me era más fácil desarmarlo y tomarlo de rehén, para que sus compañeros no nos hicieran daño.
Con un movimiento rápido le di un golpe en el brazo, haciendo que soltara su arma, lo tomé del cuello y le apunté con mi pistola.
—Perfecto, ahora vas a decirle a tus putos compañeros de mierda que salgan con las manos en alto o les meto un tiro, ¿entiendes?— le dije, Conway estaba frente a nosotros, cubriéndose en el coche patrulla.
Los refuerzos no tardaron en llegar, en un momento habían otros dos Z en nuestra posición.
Fue cuestión de segundos para que todos sus compañeros salieran con las manos en alto.

Había una ambulancia en el lugar, la cual me atendió una vez se llevaron a los detenidos.
—Vale, ya está.— me dijo el médico terminando de curarme el brazo.— ¿no te duele algo más?— me preguntó, guardando sus cosas en la ambulancia.
—No, así está bien.— le dije y miré a Conway, estaba dentro del patrulla y tenía un golpe en la cabeza.— ¿lo han revisado a él ya?— le pregunté al médico.
—Qué va, señorita. Es muy terco, dijo que está bien. — yo seguí mirando a Conway.— Vale, si es todo me retiro. Si tiene alguna molestia no dude en acudir al hospital.— me dijo y se metió en la ambulancia.
—Claro, gracias. —

Me metí con Conway en el patrulla.
—Súper, déjeme ver eso. — le dije refiriéndome al golpe en su cabeza.
—¿Cómo coño los has escuchado?— me dijo mirándome fijamente.
—No lo sé, súper. Solo pasó.— le dije.
Cuando pequeña mis padres eran muy estrictos, así que aprendí a agudizar el oído fácilmente.
—Venga, regresemos a comisaría.— le dije poniéndome el cinturón de seguridad.
—Agente.— dijo llamando mi atención.
—¿Sí? ¿Qué pasa?— pregunté.
—Veo que Volkov no se equivocaba.— dijo sonriendo medio de lado. — Buen trabajo.—
Yo solo sonreí tímidamente.
¿Qué cojones me está pasando?

Conway x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora