what have you done?

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Era un día normal y corriente de trabajo, habían entrado nuevos alumnos y los veía desde el mostrador, todos se veían nerviosos. Incluso podía sentir la emoción que seguro sentían, recordé mi primer día aquí, tal vez si todos los días fueran como el primero jamás me aburriría de esto.
—¡Ey!— escuché, era Conway, venía hacia mí.— Escúchame, tal vez lo que te voy a pedir sea algo raro, pero necesito que lo hagas.— se le veía algo preocupado.
—Claro, súper. Dígame.— dije poniéndole atención.
—Horacio y Gustabo traen algo raro entre ellos, lo noto. Necesito que nobles quites el ojo de encima, por nada del mundo.—
—Está bien, ¿pero eso a qué viene?— le pregunté, estaba confundida.
—Sólo hazlo, si ves algo raro no dudes en avisarme.— me dijo.—Cuento contigo, Clark.— dicho esto salió de comisaría.
Joder, ahora tengo que hacer de puta niñera.

—Aquí Gustabo y Horacio, nos dirigimos al código 3 del badulaque.— dijeron por radio.
—10-4, ¿alguien más disponible?— preguntó el súper por la radio.
—Oficial Clark, voy hacia allá.— dije.
—10-4, aquí esperamos.—
No tardé mucho en llegar, en el lugar ya estaban Gustabo y Horacio esperándome para poder comenzar a negociar con el atracador.
—Tío, que Emilio me está llamando.— le dijo Gustabo a Horacio mientras le mostraba el móvil.— Quiere que vaya a hablar con él, pero dice que vaya solo.— yo escuchaba todo mientras cacheaba a un rehén.
—Dile que en cuanto termines con esto vas.— le dijo Gustabo.
Me alejé un poco de ellos dos y fui con el súper discretamente.
—¿Quién es Emilio?— le dije mientras cacheaba a otro rehén y él vigilaba que lo hiciera bien.
—¿Están hablando de él?— me preguntó.
—Sí, sí. Dice Horacio que Emilio le quiere ver a solas.—
—Mmmm...— el súper solo soltó un pequeño gruñido.— Vale, sigue cerca de ellos.— dijo y se marchó.
Después de un rato de negociar al fin el atracador salió del badulaque, y después de dos segundos todos salimos tras él.
Yo iba en moto muy cerca de él, pero a los pocos segundos se pegó con la moto y terminó cayendo.
—Informo, se ha caído de la moto.— dije por radio y todos se acercaron a él.
—Pidan una ambulancia.— dijo el súper por radio.

Gustabo y Horacio seguían comportándose mi extraño.
—Compi, ¿le puede procesar usted?— le dijeron a otro agente, este último solo asintió. Y después de eso ellos se fueron del lugar, sin más.
Busqué a Conway con la mirada y lo encontré rápidamente.
—Súper, se han ido.— le dije esperando que me dijera qué hacer.—¿Quiere que les siga?—
—Sí, pero no en un coche patrulla, mejor lleva tu moto, y no tan de cerca.—
Corrí hacia la moto y la puse en marcha, tenía visual de su coche pero no planeaba acercarme.
El final del destino fue en unas casas del norte, bastante lejos de la ciudad. Los observé de lejos, ambos bajaron del coche y fueron en diferentes direcciones.
Puse mi atención en Horacio pero no lograba ver que estaba sucediendo desde mi posición, así que saqué mi móvil para verlos por la cámara. Pensé que había sido porque no veía bien, pero cuando vi con el móvil comprobé que Horacio tenía ambas manos arriba, y que Emilio lo estaba amenazando. Obviamente no entendía qué era lo que decian, pero era obvio que lo estaba amenazando.
No fue hasta que Emilio le dio un culatazo con la pistola que decidí actuar.
—¡QRR!¡QRR EN MI 10-20!— dije saliendo de los arbustos en dirección a Horacio, noté que Gustabo también salió y ambos comenzamos a dispararle al coche de Emilio, pero este escapó.
—¡Le han disparado a Horacio!— dijo Gustabo por radio.
—Levantalo, mételo en el coche. Yo conduzco, vamos al hospital hospital.— conduje lo más rápido que pude hasta que llegamos, Conway ya se encontraba en el lugar.
—¿Pero qué le ha pasado?¿Quién le ha disparado?— me preguntó Conway.
—¿Por qué no le pregunta a Gustabo? Él estaba ahí y no hizo nada para impedirlo.—le dije, mirando mal a Gustabo.
—Bien, haz un 10-8 Charli.— me dijo Conway.
—10-4— le dije y decidí caminar hasta comisaría, ya que el coche de fuera era de Gustabo.
Cuando llegué estuve un rato en los vestidores, la verdad es que me encontraba algo agotada.

Después de un rato, decidí salir y vi a Conway llegar a comisaría, este subió a su despacho. Yo subí tras él.
—¿Cómo se encuentra Horacio?— le pregunté.
—Bien, ya está fuera de peligro. Gustabo lo ha llevado a su casa.— me dijo, se le veía muy agobiado.
—¿Cómo sabia usted que algo les iba a pasar?— le pregunté, por algo me había mandado a vigilarles.
—No lo sé... solo lo supe.—
—¿Si los quería proteger por qué los dejó entrar en el cuerpo?— tardó en contestarme, pensé que había sido una pregunta algo pasada de tono.
—Así están más cerca de mí. Así tengo más posibilidad de protegerlos.— me dijo recargando su espalda en el respaldo de su silla.
—¿Y por qué tanta necesidad de protegerles?— como no me ponía un alto, decidí seguir preguntando.
—Ellos me recuerdan a los dos hijos que perdí.— fue lo último que dijo, yo no planeaba preguntar más cosas.
Estaba en shock, no me imaginaba que fuera a decir algo así
¿Dos hijos?¿Qué coño está diciendo?

Conway x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora