—¿Como van las cosas en casa? —Pregunto Adam mientras jugaba con los pies del bebé.
—Extraño —Respondió ella mientras comía su helado, decidieron salir al parque por lo menos unas horas para despejar su mente de tantos problemas. Madison estaba viviendo con ella, las cosas se habían calmado con aquella mafia logrando que estuviera mas tranquila por ese tema.
—¿Es Antonio?
—¿Crees que lloverá? —Pregunto esquivando por completo la pregunta.
—Estoy aquí para ti —La miro a los ojos -Siempre lo estaré.
—Eres muy cursi, Adam —Lo golpeó. El rubio le había tomado demasiado cariño al bebé, le había comprado demasiados juguetes al igual que ropa, era tan tierno junto a Ben.
Cuando termino el día Adam la llevo hasta casa, despidiéndose del bebé y de ella "¡Los extrañare!" Grito provocando que algunos vecinos los miraran raro.
—Tu tío Adam esta loco, amor —Le dijo Lena a Ben quien empezó a sonreír, era un bebé bastante risueño, lo amaba. Entro a casa, grande fue su sorpresa al ver a Madison en ropa interior en plena sala.
—Lena —Saludo.
—¡¿Que demonios haces?!
—¿Por que? —Preguntó con una sonrisa en su rostro.
—Ponte ropa, ¡ahora! —Ordeno.
—Bien, señorita enojona —Respondió, entonces fue hasta la habitación para ponerse un vestido blanco —¿Como esta el bebé mas lindo del mundo? —Se acerco a Ben quien estaba en su cochesito.
—¿Conseguiste un lugar donde quedarte?
—Creí que te agradaba vivir conmigo.
—Eres mi hermana, te amo, pero no puedes quedarte.
—¿Por que no? —Preguntó —Podría cuidar a Ben por ti.
—Madi... —Alargó, no quería ser mala con ella pero Madison no podía quedarse. Sabia que estaba siendo egoísta con la persona que siempre la defendió pero no tenia otra opción.
—No te preocupes, buscaré un lugar. Solo dame tiempo —Respondió desanimada -Solo te diré algo. Jamas encontraras a alguien mejor que yo para que cuide a tu hijo —Se fue a su habitación, con tan solo escuchar a Madison sabía que se había molestado. Llevo al bebé a la habitación para cambiarlo de ropa para que durmiera un poco. Pero a los minutos la puerta se abrió y dos niños entraron.
—Hola Lena —Saludo Diego mientras corría hasta quedar al lado de su hermano.
—¿Como están? —Preguntó la morena atenta a cualquier movimiento brusco que podría lastimar al bebé.
—¿Puedo cargarlo? —Pregunto Eva.
—Claro —Llegó Antonio junto a su hermana Gaby —Solo con cuidado —Se acerco a Lena para depositar un beso en sus labios.
ESTÁS LEYENDO
Solo Un Recuerdo | Chicago PD
RandomDonde el pasado y los recuerdos son un problema. Olvidar no es nada fácil, menos si la vida te vuelve a poner en el mismo camino, en el mismo lugar donde antes solías ser feliz e infeliz al mismo tiempo.