El Mafioso y La Maestra

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POV Demian

—Ya sabes el trato — dije pasando dinero y ellos dándome las armas. Mire las armas y ellos contaron el dinero asintieron hacia mi al terminar y yo igual. Salí de ahí con la maleta y les hice una seña a mis hombres para salir de ahí . El silencio de esa habitación me estaba matando.

Iba llegando a la mansión deseando ver a Karim y a Rosé y yo increíblemente andaba con buen humor. Al estacionarme mi celular suena veo que dice número desconocido por lo que dudo si aceptarlo o no, elegí la segunda opción.
Camino a la entrada para después entrar a casa, solo silencio otra ves. No veía a nadie por ningún lado; mi celular vuelve a sonar y es el mismo número lo miro para ver si me viene algún recuerdo sobre ese número vuelvo a ignorarlo y caminar a la cocina. Los chicos no se encontraba ahí así que decidí subir e ir a mi habitación.

— Hola chica se...— quedé callado al ver que ella no se encontraba ahí mi confusión y las peores ideas de que algo le había pasado acumularon mi mente. Salí de ahí y caminé a la habitación de Karim, él tampoco se encontraba ahí. Decido pensar que ambos salieron así que prefiero relajarme

Me adentro a mi oficina para ver algunos asuntos que me quedaban cuando vuelve a sonar mi celular, cansado decido contestar

— ¿Qué quieres? — pregunto a la persona desconocida y solo había silencio iba a colgar cuando por fin habla

— Murió, ella murió — dijo y colgó. Solo me quedé con el celular en el oído y solo una chica vino a mi mente al decir ella.

Rosé

•••

Narrador Pov

Demian se encontraba mirando un punto lejano, ¿será verdad? ¿Está muerta? Esas preguntas le rondaban la mente pero en vez de quedarse ahí sin averiguarlo inmediatamente se levanta de su silla y salió de ahí sin perder tiempo.

Por otra parte Rosé la llevaban en una camilla con varios enfermeros a los lados. Y aunque estuviera con ojos cerrados podía sentir la presencia de ellos y escuchar sus voces pero, cada vez se le había más difícil. Se sentía cansada y adolorida, estaba apunto de dejarse llevar por los brazos de la oscuridad

Los médicos pensando que este es el peor caso que habían recibido en esta ciudad trabajaban con miedo.
Solo tenían una cosa en mente, mantener viva a esta chica. Y así iba hasta que escucharon el sonido que tanto detestaban.

— ¡Con más fuerza! — gritaba un doctor tratando de salvarle la vida — ¡De nuevo! — grita y aún así no consiguieron lo deseado. Él suspira y hace el llamado — hora de muerte, 5:45 pm — dice el hombre tirando sus cosas al suelo e irse con decepción hacia afuera.

— Llamen a un pariente — dijo el doctor a la enfermera pero ella suspira decepcionada

— Lo siento, no encontramos a nadie — dijo ella

De la habitación de Rosé salió un enfermero — Doctor, pudimos reanimarla pero no sé cuánto tiempo tenemos. Su corazón está muy lento y cada segundo se vuelva más pálida y fría —

Pasando su mano por el cabello con frustración miró a ambos enfermeros — Sigan intentando y encuentren a un familiar, ¡de inmediato! — se dio la vuelta y se dirigió a su oficina