𝘛𝘞𝘌𝘕𝘛𝘠-𝘖𝘕𝘌

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Brandon había llegado hace un rato y los dos se habían vuelto a encontrar delante de la camioneta. — No lo encuentro— dice Brandon todavía mirando a sus alrededores

— Hay que llamarlo — dice Tyler refiriéndose a Demian

— No, no puedes. Sabes que te va a ir mal. — dice Brandon caminando hacia su camioneta y Tyler siguiéndole para adentrarse al lado del pasajero. Estaban los dos allí adentro cuando en su camioneta comienza a sonar una pitido. Tyler desesperado pensando que era una bomba abre la puerta para tirase al suelo pero Brandon lo toma de su chaqueta y lo pega al asiento. Toca un botón y de ahí se ve en la pantalla como una de sus camionetas habían sido tomadas. Se miran extrañados así que deciden ir hacia la mansión al llegar ahí pueden ver que el auto de Demian se encontraba y les pareció raro, más a Brandon, que Demian no había llamado dando el aviso de que faltaba una camioneta le parecía extraño pero Tyler solo se imaginaba su final.

Que inresponsable — pensó de sí mismo bajándose de la camioneta.

Se estaban dirigiendo a la oficina de Demian pero al abrirla vieron que no se encontraba— Que rayos — dice Brandon pasando a la oficina Tyler iba a su lado inspeccionando todo el lugar

Su vista se clava en el escritorio y camina hacia allí — Ya se donde puede estar —dice mirando las maletas de las armas abiertas y algunos papeles. Brandon camina hacia él con curiosidad y al ver a que se refería se fueron hacia la misma dirección que Demian había tomado.

Mientras tanto Rosé a pesar que las personas que entraban allí pensaban que había muerto ella seguía ahí. Había escucho lo que Demian le había dicho por lo que tomó eso como una fuerza

Te amo y te necesito —

—Hay que desactivarla — escucho como la enfermera que venia cada hora hablaba nuevamente

— Solo espere — dijo aquella voz masculina

— Le daré hasta las 12 de la noche sino hablaré con el Doctor Rivera — dice ella y se escuchó como la puerta cerraba

Blake miraba a la chica todavía sin reaccionar al medicamento que él había puesta en su sistema. Optó por irse ya que no quería sentirse impotente mientras la miraba dejar su vida poco a poco.

Demian caminaba decidido hacia aquella puerta que no pisaba desde que Karim nació. En su mano tenía un arma y en su cintura otra más. Solo se dejaba llevar por el enojo así que sin importarle qué uno de sus hombres del enemigo le disparara siguió caminando.

— ¡Edgar! — gritó rápido que entró por la puerta. Extrañamente ese lugar estaba silenciosos pero eso se fue cuando pudo escuchar algunos movimientos y voces en la parte de afuera. Camino hacia allí y desde la puerta de cristal diviso a Edgar con uno de sus hombres.
Sin perder tiempo le disparó al hombre y Edgar se levantó de su silla y se dio la vuelta para ver que era Demian quien le estaba apuntando.

Dándole una sonrisa sarcástica le hablo — Vaya , otra ves Demian — dice Edgar con tanta tranquilidad que enojaba a Demian.

— Vas a pagar, por todo— dice entre dientes caminando lentamente con el arma en alto — dos veces me lastimaste pero esta ves no saldrás con vida — dice Demian

— No, creo que el que no saldrá con vida serás tú — dice Edgar mirando a su espaldas, Demian se gira y podía ver como un hombre arrastraba a su hijo

— Papá — dice el chico llorando. Sus mejillas y nariz rojizas hacían que el enojo de Demian fuera más fuerte. Al darse vuelta Edgar aprovechó y lo golpeó haciendo que Demian cayera al suelo. Edgar apuntándole con el arma que le había quitado dijo

— Y ahora, quien morirá— dice y por un momento para Karim todo fue cámara lenta ver a su padre a punto de ser asesinado no era algo que un niño de su edad tendría que ver.

Karim solo lloraba mientras ese hombre lo obligaba ver y cuando escucho el arma ser disparada solo gritó— ¡papá! —

El Mafioso y La MaestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora