Mingi nunca había destacado en nada más que su estatura pues pasaba el metro ochenta, y en una comunidad donde la mayoría es estatura promedio, era muy sorprendente ver a alguien de su tamaño andar por ahí. Fuera de eso, Mingi pasaba desapercibido para cualquiera, tenía una personalidad bastante tímida dependiendo con quién se relacionara y la mayoría del tiempo prefería no salir de su zona de confort, además su apariencia tampoco lo ayudaba; Mingi era delgado, con marquitas que el acné dejó en su piel morena, cabello castaño sin mucho volumen y unas gafas alrededor de sus pequeños ojos marrones.
¿Y eso realmente le importaba? ¡Claro que no! No había necesidad de cambiar nada, Mingi se sentía muy a gusto en su pequeña burbuja donde vivía a gustísimo con su señora madre.
Él prefería evitar cambios bruscos en su vida, nunca eran gratos si llegaban tan de sorpresa o si afectaban a largo plazo su vida.Aunque eso solo ocurría la mínima de las veces.
Mingi, a pesar de todos sus ideales, era una persona muy curiosa e impulsiva. Por eso mismo se había impuesto esas ideas, pero vamos, su naturaleza era ser lo contrario y llevarse algunas experiencias raras y aún más gracias a la ayuda de Internet.
Cuando Mingi estaba a punto de entrar en la adolescencia, el Internet tomó una popularidad increíble entre los jóvenes de ese entonces pues estaba lleno de información, y Mingi como el curioso que era, lo usaba para investigar todo lo que su cabeza alocada de pre-adolescente quería. Muchas veces (bastantes si era sincero) aquellas curiosidades terminaban realmente mal, como la vez en que por cumplir sus fantasías locas hizo una pasta rara que vio en una página y la untó en sus partes nobles, había leído que aquello ayudaba a que el miembro creciera hasta trece centímetros... lamentablemente lo único que consiguió fueron unas ronchas y ardor horribles, tanto que su madre lo tuvo que llevar a un hospital y de la manera más vergonzosa le contó al doctor (y hasta a su madre) por qué ocurrió todo.
Mingi ese día ganó un golpe en la cabeza (no demasiado duro) por parte de su madre y una experiencia vergonzosa que nunca sería revelada.
¿Y aún así se detuvo de ser como era? ¡Obvio no, Mingi era Mingi!
A lo largo de su adolescencia hubo muchos accidentes y momentos incómodos, pero por más que quería evitar que eso sucediera, no lo lograba. Su curiosidad e impulsiva cabezota siempre lo metían en distintos líos que su pobre y tímida persona muchas veces no podía manejar y terminaba yendo como un niño pequeño a llorar en las faldas de su madre. Bastante patético, aunque lograba calmarlo.
Una desgracia para Mingi tener que independizarse y asistir a una universidad bastante retirada de la comodidad del hogar que lo vio crecer, era una de las muchas desventajas de comenzar a ser un adulto. No tener la protección y seguridad que le brindaba su madre ante sus varios errores lo hacía sentirse expuesto, aún más cuando inició sus actividades universitarias.
Mingi el primer día se había vuelto a imponer sus ideales; sin cambios bruscos y sin sorpresas, pero ¡oh vaya! La vida no parecía cooperar a ello.
No cuando un bonito cabello multicolor llamó su atención, quedando prendado al momento y siguiéndolo con la mirada hasta tres asientos más atrás, donde el joven de mejillas esponjosas notó su insistente mirada y por cortesía le sonrió. Mingi se sintió en una nubecita esponjosa de amor y mil mariposas revolotearon por su estómago ante tan bonito gesto y, sin pensarlo en lo absoluto, se levantó de su asiento y caminó unos pasos hasta estar frente al de cabello bonito.
ㅡ¿Eres gay?
¡Oh tonto, tonto Mingi! Nuevamente lo había hecho, no había analizado lo que le dijo hasta después de soltarlo y fue la peor sensación desde lo ocurrido con la pasta rara aumenta-penes.
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❝See You on the Dark Night❞『MinJoong』
Fanfiction"Nunca hagas caso a lo que veas en Internet". Su madre se lo repetía en el pasado a cada momento, y Mingi, a pesar de sus ya pasados veinte años, jamás lo tomó en cuenta. Él era un tonto sin remedio, uno enamorado y desesperado por atención, pero t...