❝See You on the Dark Night❞『MinJoong』

O9

A Mingi no le gustaba asistir a la Universidad, su carrera de Veterinaria si, pero el ambiente y los demás elementos que la conformaban no. Para empezar, ir en bus siempre resultaba complicado de una u otra manera, a veces no alcanzaba a tomar el de las seis y quince de la mañana que lo dejaba a tiempo para la primera clase, y debía tomar el de las seis y cuarenta para luego correr a toda prisa para la segunda.

Otras veces tenía que soportar a maleducados y odiosos chiquillos pateando su asiento o mirándole con intensidad como si le hubiera crecido otra cabeza, era incomodísimo y molesto en partes iguales, y los tutores de estos no hacían nada aún cuando Mingi hacía evidente su disconformidad a través de distintas expresiones.

También sucedía que señoras de una avanzada edad se sentaban a su lado y comenzaban alguna conversación random que, aunque muchas veces era agradable, resultaban extremadamente largas a tal punto en que él se sentía mal de detenerlas (incluso en algunas ocasiones se había pasado la parada por ir escuchando a las viejecitas).

Cuando entraba a las instalaciones de la Universidad, Mingi ya llegaba agotado por la más de media hora en bus soportando algo de lo anterior y su humor empeoraba al darse cuenta que ahí estaba completamente solo.

A ver, tenía escasos compañeros que le saludaban de vez en cuando en los pasillos y clases, claro que sí, Mingi tampoco era un asocial que evitaba al mundo, pero vamos, amigos verdaderos o al menos alguien con quién pasar el rato en los recesos, eso no tenía.

¿Por qué? Fácil, fue por lo ocurrido en su primer día con Yunho.

Éste, al ser una persona carismática y atractiva, se volvió bastante popular en poco tiempo y la mayoría de los alumnos tenía puesta su mirada en él quisieran o no (midiendo más del metro ochenta y con un cabello multicolor, era imposible no girar la vista hacia él). Entonces, no pasó mucho para que las personas notaran que el de mejillas esponjosas tenía ciertos comportamientos raros con Mingi, como evitarlo en cualquier sitio o mirarlo de mala manera sin siquiera ocultarlo, y gracias a eso es que escasas personas se acercaban a Mingi.

El castaño no podía explicar nada de la situación aunque así lo quisiera, nadie se sentaba a conversar normalmente con él por lo que nunca tuvo la oportunidad de arreglar algo, la mayoría de las veces que había entablado conversación con alguien fue por cosas meramente escolares y una que otra muy trivial. Y si era sincero, sí se sentía mal por todo aquello, pero especialmente sentía coraje hacia sí mismo por ser tan impulsivo y estúpido.

Se había rendido en arreglar su situación social en ese lugar hace ya varios días, pero con Yunho aún mantenía esperanzas de que las cosas cambiaran para bien. Después de lo sucedido con Hongjoong y luego de haber ayudado al multicolor a calmarse, lo acompañó hasta la parada del bus para que se marchara a su propia casa con la esperanza de que al menos ahora no lo mirara tan mal, aunque con el paso de los días, esa esperanza fue flaqueando al no verlo aparecerse por la Universidad.

Ese mañana otoñal era otra más en donde se sentía desesperanzado al no ver la cabellera multicolor de su enamorado atravesar por la puerta del aula, ni siquiera cuando la campana de la primera hora sonó, llevaba casi un mes sin verlo y no se fiaba de los rumores que andaban de boca en boca diciendo que se había transferido ya que la mayoría eran solo chismes maliciosos.

Más tarde en el comedor escolar, el estado de ánimo del castaño bajó considerablemente al darse cuenta que tampoco tenía a nadie a quién apreciar a la distancia en ese lugar, por lo que cabizbajo simplemente se concentró en picar (y de vez en cuando comer) lo que tenía servido en su bandeja.

Mingi en ninguna ocasión, en casi el medio año que llevaba asistiendo a la Universidad, se había sentido tan solitario y triste como en esos momentos. Mejor dicho, nunca se había puesto a pensar en lo deprimente que era su vida en ese sitio por estar al pendiente de una sola persona, y apestaba darse cuenta de ello.