Long Horse

VIII

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Abrí los ojos de golpe, no había nada, sin razón alguna tenía la sensación de haber despertado, como si algo hubiese interrumpido mi sueño, sin embargo, de lleno sabía que realmente mi sueño proseguía, que yo estaba en él, que ahora mismo estaba viviendo en un sueño.

Con mi vista algo perpleja intenté divisar mis alrededores, en busca de algo, pero no había nada, todo lo que se podía apreciar era la profunda oscuridad en todo y nada, un único y diferente negro.

—¿Qué rayos...? —fue lo que pronuncié sin saber que podía pensar sobre lo que parecía estar viendo: nada.

Por donde sea que intentara ver mi intento de divisar algo siempre fallaba, realmente parecía no haber nada. Bajé la vista en señal de alguna maraca o algo en el "suelo", pero me dí cuenta de que era lo mismo que el alrededor, al instante se me fue el sentido de seguridad en tener los pies la tierra, en realidad no tenía idea del sobre qué tenía mis pies, mi mente solo me lograba decir "Estás flotando".

Entre tanta confusión terminé cayendo hacia atrás, mi equilibrio se había ido, un jadeo de dolor había salido de mí y con fuerza cerré los ojos. Al abrirlos volví a intentar levantarme con sumo cuidado, lo logré y nuevamente intenté ver qué había a mi alrededor.

Al voltear pude notar que ahora sí había una luz, desde el fondo de la nada hasta mí, era muy tenue, y en realidad se trataba de una luz provocada por las estrellas de una noche. Anonadada seguí buscando por algo nuevo más, y sí, viendo otra vez abajo había un pasto, largo pero casi invisible, parecido al por el cual corrí en el otro sueño. Entre todo eso pasto ví que se desenvolvía un camino, parecía estar para que yo lo encaminara.

Dí un paso y al parecer mis pies estaban bajo agua, lo ignoré y seguí caminando, aún extrañada por todo.

Mi campo de visión estaba limitado, una espesa niebla cubría todo el horizonte, apenas podía ver cómo aparecían árboles cerca.

Entre algunos troncos noté un brillo, enseguida quise alcanzar ese lugar, pero me paralicé al momento de escuchar nuevamente el golpe que había escuchado en otros momentos, sabía de qué se trataba, pero sabía en qué situación estaba, se supone que realmente nada pasaba. Así que a pesar del ruido con fuerza seguí caminando. Al final el ruido no parecía acercarse, oscilaba entre cierta distancia y una lejanía.

Intentaba calmarme alzando la vista hacia el cielo, y sí funcionaba, apreciaba ver las estrellas.

Terminé llegando a un conjunto de árboles, intentando pasar uno tras otro ya la luz tomaba forma.

Se trataba de una fogata, parecía extraño, como si se tratase de algo más que mi propia mente.

El calor me ayudaba, todo el ambiente me enfriaba hasta los huesos.

Buscaba alrededor en busca de algo, y sólamente encontraba papeles tirados, algunos doblados, otros envueltos, y muchos otros hasta quemados en sus bordes. Los recogí uno a uno y me senté en un tronco de alrededor y quise leerlos, pero nada más permanecía alerta por lo que pudiese aparecer.

Suspiré, intenté calmarme y después de estar más serena, uno a uno fui acomodando las hojas y comencé a analizarlas.

La primera se trataba de un dibujo, con trazado rápido y de grafito grueso, perfectamente reconocible para mí. Era aquella criatura extraña, aquella que sentía cerca en el mismo preciso momento.

Pasé a la siguiente hoja, al principio de ella tenía un gran encabezado.

«LONG HORSE»

Proseguí y lo primero que noté en el párrafo fue la narración del texto, parecía que alguien más lo hubiese escrito.

«Es una criatura extraña, y que al primer encuentro que tuve con el ser fue simplemente de lo más aterrador, tiene unas características extrañas. Todo lo que he vivido me ha parecido una locura, muchas veces he pensado seriamente que estoy loco o que sufro de algún tipo de esquizofrenia.»

Pasé hoja.

«Esta especie de caballo fantasmal produce un fuerte e insoportable ruido, unos huesos chocando unos con otros que parecen estar destrozándose, realmente no tiene sentido, no parece siquiera tener cuerpo, es solo un montón de huesos.»

«No tiene patas, no tiene pezuñas, no ojos, no tiene cola, solo es un montón de huesos flotante, es solo cabeza y cuello, y siquiera parece tener mandíbula inferior, su cuello parece nunca acabar, ni siquiera empezar o terminar.»

Todo lo que leía me daba de que pensar.

«Lo que parecía ser su cuerpo estaba poblado pobremente de un pelaje seco cayendo desde el hueso, lucía más tenebroso de esa forma. Por alguna razón olía fuertemente a canela y me llegó a irritar la nariz y ojos más de una vez.»

Simplemente me parecía increíble lo que estaba leyendo, no parecía venir mi mente o subconsciente, era sumamente extraño.

«Lo peor de todo es que por más que intentes huir de Long Horse no lo perderás, solo hay una manera de que se vaya, y es como una especie de bomba de tiempo, al final de todo resulta ser una contradicción extraña, en realidad no es malo, es una buena criatura, por lo que sé de él, se encarga de cuidar a las personas-»

Ese párrafo me estaba dejando demasiado extrañada, no lo entendía, solo comencé a leer más rápido.

«La aparición de Long Horse tiene un significado, y ese es que algo malo pasará pronto, ya sea a la persona que lo vea, o un ser cercano. Después del suceso, la criatura jamás aparecerá cerca de esa persona...»

Solo me quedé impactada al leerlo, no tenía ni idea de que pensar, si antes o después, o ahora, estaba muy confundida.

Sólo quedaba un papel, quizás no me di cuenta de que estaba, pero el último aún seguía doblado, lo abrí.

«Bernadette, Long Horse cuidaba a tu madre, él fue tu mensajero.»

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