Mi dulce cuñada [+18] (Corrigiendo)

Capitulo XII. Crei que eramos amigos

Serena

Hace al menos un mes que habíamos vuelto de las vacaciones, Darien volvió a ser el mismo distante y frío aún no entiendo como puede cambiar su manera de ser conmigo tan abruptamente. Y lo peor del caso es que ni siquiera me dejo preguntar acerca de aquella llamada siempre que intentaba tocar ese tema me besaba o tocaba y terminábamos haciendo el amor antes de que pudiera realizar cualquier cuestionamiento, si no era así se excusaba en su madre o con Serenity quien no tenía ni una mísera idea de que estaba pasando pero era totalmente feliz de que su padre pasara más tiempo con ella me sentía muy frustrada al respecto pero no podía hacer mucho más ya que de nueva cuenta pasaba todo el día en la oficina regresando a altas horas de la noche y sinceramente yo prefería dormir a sacrificar mis horas de sueño en una charla en la que probablemente no obtendría las respuestas que deseaba, habíamos regresado al mismo punto donde comenzamos.

Además no era el único que volvía a sus mismos hábitos. Seiya también volvió a ser distante conmigo igual o aún más que en el viaje a la playa, me sentía algo tonta al creer que cambiarían un poco, extrañamente me siento más sola que antes, aquellas pocas interacciones más cercanas me hicieron sentirme llena de un amor familiar tan cálido y ahora me siento completamente vacía, como si algo me hiciera falta en mi día a día.

La próxima semana terminan las clases de Serenity y comienzan formalmente las vacaciones de verano. Ella no pasa demasiado tiempo conmigo ahora, gusta de estar en casa de Adeline jugando con Sammy o con su mejor amiga que vive a dos casas de la nuestra, observe a la ventana mientras bebía una taza de té manzanilla para aliviar un poco mi malestar por la menstruación, era un día perfectamente soleado, suspire de manera pesada, adolorida y de cierto modo también triste.

—Tal vez... tal vez debería decirles algo es extraño que se comporten así conmigo... ¿qué hice mal? -me reproche- al diablo! Yo no hice nada malo, fueron ellos los que se comportaron mal, me dejaron de lado... Seiya tendrá sus motivos, de los cuales no tengo porque saber. Pero Darien... Darien es mi esposo y aún así me evita, no llama, no me envía algún mensaje, ni siquiera llega a dormir ¿qué le pasa? ¿Soy una mala mujer? ¿Pido demasiado? -No pude más y rompí en llanto haciéndome ovillo en el sola y dejando la taza de té en la mesita de noche, en cada sollozo y espasmo involuntario que mi cuerpo sufría susurraba un ¿porque? En este preciso momento deseaba hundirme en el terciopelo del sofá y no volver a salir, no quería saber de nada ni de nadie, justo en este momento aborrecía mi vida, aborrecía mi casa, a mi esposo, a su familia, a mi familia, aborrecía mi matrimonio, un maldito matrimonio aburrido, cruel y monótono. Solo había una cosa que no odiaba justo ahora y esa era mi pequeña hija a ella la amo con todo mi corazón y jamás bajo ninguna circunstancia la aborreceria, ella es mi todo. Me lamenté y maldecí por mucho tiempo hasta que escuche que la puerta principal se abría, no presté atención suficiente crei que seria mi niña pero no fue así, el escucharla solo provocó que me encogiera aún más en mi misma.

—Serena... estas en casa..? Serena... ¿qué haces ahí recostada? -el se sentó en el sofá justo al lado de mi cabeza, no dije nada solo espere en silencio a que se marchara- ¿Te sientes mal? Si es así llamaré a mamá y... -yo negué a lo que el callo, sentí su mirada en mi, después su mano acariciar mi cabello peinandolo lentamente dicha acción provocó el llanto una vez más- Oye! ¿Porque lloras? ¿Dije algo malo o te incomodo que te tocara? -volvi a negar mientras sollozaba, Seiya me tomo por los hombros y me cargo hasta dejarme en su regazo, me abrazo con mucho cariño.- Tranquila Serena, no digas nada si no quieres, aquí estaré hasta que te sientas mejor...

Esa noche, Seiya hizo lo que anhelaba que Darien hiciera, que me consolara y entendiera un poco, que me mostrara amor sin tener que llegar a intimar, me sentía totalmente cálida en sus brazos, me sentía amada y protegida. Me sentia a salvo...