V.

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"Pero el tiempo acabó, ha
llegado al final".

Kakashi lleva dos días sin dormir

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Kakashi lleva dos días sin dormir. Iruka sabe que está enamorado y conociéndolo -sí, le gusta decir que lo conoce-, querrá saber detalles. Es un romántico pero también es tan reservado y nervioso, que no le preguntará directamente quién es la persona. Solo se quedará en silencio, mirándolo fijamente, sonriendo y soltando indirectas más o menos sutiles.

Parpadea, mirando la plata que Iruka le había regalado, sigue tendido en su cama y no sabe qué hacer. Posiblemente a sido la cosa más cobarde que hizo, esconder su enamoramiento por tantos años, también considera que es algo tonto, pese a todo ese tiempo, su corazón sigue latiendo ansioso, cuando Iruka sin querer apoya su hombro con el suyo o cuando con su manos finas de profesor, le quita pelusas del cabello.
Detalles, y Kakashi sabe que por ellos es que está totalmente atrapado en el asunto. Porque esos detalles son los que significan amor, incluso bromea sobre como parecen un matrimonio.

-¿Y si le pedido a Sasuke que use su Sharingan? -preguntó para si mismo. De alguna forma, tiene miedo a la reacción del profesor.

Tenía esperanzas fuertes, pero cuando las cosas se salen de su plan siempre se pone nervioso. Suspiró con cansancio llevando sus manos a los ojos, quejándose bajo.
Si Iruka había notado de forma obvia que había alguien especial en su vida, quizás ni siquiera necesitaría preguntar para darse cuenta quién era esa persona especial.
Caminó hacia uno de los muebles, abriendo con fuerza un cajón buscando con desesperó un pedazo de papel. Necesitaba escribirle una carta a Kahyo. Quería desahogar su nerviosismo con alguien, esta vez no podía confiar en Gai, temía que el hombre fuerte lo tomaron de un brazo y lo lanzará hacía Iruka de una buena vez.

Eso era demasiado intenso, quería algo sutil. Para que al menos terminarán siendo amigos si es que las cosas no acababan bien. Que masoquista.

Su letra, que no solía ser exactamente muy legible, estaba algo chueca, escrita con rapidez y con la presión marcada, con la que se sostuvo el lápiz.

Al momento de llegar a la torre, dónde le esperaba un pila de trabajo que hacer, solo pudo sentarse, volver a suspirar y arrastrar sus manos para leer los documentos. Cómo le gustaría que la gente dejará de hacer peticiones, que las Naciones se quedarán quietas por un segundo, para que no pareciera que el mundo se estaba burlando de su tragedia.

Shikamaru no hizo ningún comentario, se detuvo solo a mirar. No tenía la menor idea de que Kakashi Hatake pudiera murmurar citas de amor mientras leía cosas de construcción. Le extraño su acción, pero respetaba la vida privada del resto, además era demasiado flojo para querer iniciar algún chisme.
El Hokage hizo lo que debía hacer, después de tanto debates mentales de por medio, decidió que no podía escapar dos días seguidos de Iruka. El hombre lo había estado buscando preocupado, y escaparse en bombas de humo ya era demasiado sospechoso.

-¡Hokage - Sama!

Aquel grito lo hizo saltar en su lugar y tirar un libro al piso. Miró a la persona que había llegado tan eufórica. Era Shizune, sosteniendo entre sus brazos a TonTon. Alzó una ceja confundido, sin entender claramente que estaba haciendo ella ahí, quizás se trataba de alguna emergencia. La mujer tan ansiosa, suspiró para calmarse un poco. Estaba mirando con ojos brillantes al hombre, estaba que quería soltar lo que fuera a decir, pero debía ser cortes, y esperar que el Hokage se encontrará totalmente en sus sentidos.

-¿Qué pasa? -preguntó, enfocando su vista en el cerdito que movía su nariz.

-¡Ha venido por fin el representante de la nueva aldea! -exclamó emocionada.

Kakashi solo pensó que se trataba de más trabajo agregado a su lista. Volteó su vista a la hoja olvidaba entre el montón. Incluso había olvidado de qué iba esa visita.
Miro con ojitos brillantes a la mujer.

-¡Shizune! ¡Felicidades! Tú misión será acompañar al representante en su visita. ¡Has que sepa que siendo parte de un trato sus exportaciones serán maravillosas!

Shizune asintió, haciendo una reverencia rápida. Corriendo nuevamente pero esta vez para salir de la oficina. Kakashi suspiró de pronto, sintió una sutil presencia subiendo por un montón de libros a su costado, ahí moviendo su nariz, estaba TonTon. No sabía si era por emoción o porque le vio cara de lo que sea que fuera ¿Cuidador de cerdos? Lo suyo eran los perros.

-¡Oink oink! -soltó el cerdito feliz.

Kakashi suspiro, apoyando el peso de su rostro en su mano.

-Oink oink. -murmuró.

Cuando el sol estaba apunto de esconderse, Shikamaru le dio la señal de que era hora de salir de la oficina. Al menos que lo hiciera él, porque el joven Nara tenía planeado continuar con el resto de los documentos. Solo que está vez, Kakashi temía salir al exterior.

«Ve con todo hombre, tú puedes»

Era como si la voz de Gai tuviera su propio eco en su cabeza. Caminó decidido, apretando los puños, hacia la florería Yamanaka. Ino se le quedó mirando con una sonrisa que trato de ignorar, porque está vez hacia una compra diferente a la usual. Hizo un carraspeo con su garganta, evitando cualquier contacto visual, luego de salir del local.
Podía sentir los murmullos de la gente e incluso imaginaba como volteaban para seguir viendo tal cosa. Suspiró nervioso, avanzando hacia la figura que de forma casi rutinaria, caminaba hacia el único lugar donde vendían el ramen que amaba.
El plan era alcanzarlo ante de que hubiera más gente mirando.

-¡Iruka - Sensei! -dijo por fin. Las palabras sonaron diferente, al menos consideraba ese día diferente.

De forma rápida, el hombre moreno se volteó, alzando su mano para saludarlo. Sonriendo con esa simpleza que tanto le caracterizaba.
Sus pasos fueron rápidos, quedando al frente en un instante el uno del otro. La poca gente que pasaba por ahí iba muy ocupada en lo suyo también. Quizás y una chica iba corriendo en dirección opuesta, también sosteniendo un ramo de flores.

-Kakashi- San. -murmuró con un tono que no supo identificar. - ¡Me había estado evitando!

-Yo. Bueno sí, digo, un poquito. Pero eso no importa, tengo que decirle algo.

Iruka parpadeó, sosteniendo sus libros con fuerza contra su pecho al ver el ramo de flores sosteniendo de manera floja en una de las manos del Hatake.

-Oh no. No me diga. -su rostro se ilumino. - Al final se va a declarar. Aunque es muy feo que siendo amigos no me dijera, así le estaría ayudando. ¿Sabe?

Kakashi tragó saliva de forma lenta, ante la mención de "amigos". Bajo su mirada un poco, no sabía en qué parte había dejado al cerdito de Shizune, podía ir por él. Pero eso solo sería una excusa que estaba buscando para escapar de lo que ya había decidido. Su amor era real, cariñoso e intenso en los sentidos de allí abajo, quería demostrarlo y no ocultarlo más.

-Me gustas Iruka.

Pudo notar como la sonrisa amigable del maestro cayó a de a poco, soltó una risita tensa, de esas que son de pura incomodidad.

-Qué cosas dice.

Kakashi cerró los ojos un momento.

-Te amo Iruka. Es de ti de quién estoy enamorado. Ya no puedo ocultar.



Los ojos del maestro se agrandaron, viendo cómo Kakashi sostenía el ramo de flores al frente de él. La mano del Hatake temblaba un poco.

𝗔𝗠𝗜𝗚𝗢𝗦 𝗬 𝗡𝗢 𝗠𝗔́𝗦. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora