VIII.

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“No era tu
intención”.

Kakashi suelta un quejido y tiene unas ganas enormes de saltar de la torre y encontrase con su antiguo equipo

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Kakashi suelta un quejido y tiene unas ganas enormes de saltar de la torre y encontrase con su antiguo equipo. Pero no, eso terminaría con él siendo regañado incluso hasta por su madre, así que se aguanta las ganas porque, tiene una aldea que depende, de manera tétrica de él. Trata de concentrar su mente lo mejor que puede en las letras en aquella solicitud, suspira de nuevo porque es demasiado aburrido y el trabajo como aquel no es lo suyo. Pero le había dicho que era un responsable a Iruka e incluso si nada termino como el quería, debe seguir puliendo aquella reputación. Pestañea un poco y comienza a leer las primeras líneas, concentración máxima y zas, funciona. Ahora tiene que seguir el mismo proceso con los cincuenta documentos de su izquierda y luego con los noventa de su derecha. Debió haberle dicho a Tsunade que buscará a alguien más para el trabajo.

Cuando la hora del almuerzo llega está listo para terminar comiendo alguna comida instantánea de la reserva, pero la puerta es tocada y Shikamaru se le queda mirando por un instante, en sus manos sostiene unas compras del ramen casero de Ichiraku, ramen que alguien compró y termino llevando para él.

—¿No cree que todo esto es muy raro? —preguntó Shikamaru dejando el almuerzo sobre el escritorio. Kakashi suelta un ¿He? — Ya sabe. Un día usted es demasiado feliz y al siguiente parece que el alma se le fue a otro lado. ¿Es por Iruka - Sensei? Porque los niños en la escuela dicen que anda muy distraído.

Kakashi alza una ceja, imposible. Iruka no se distrae con nada, es decir si es distraído, pero para perderse en clases, no es algo que pueda siquiera creer que es realidad.

—Seguro es el estrés. Han pasado muchas cosas, además. ¿Dónde está Shizune?

—Cumpliendo la misión que le encomendó hace unos días. Oiga, pero, ¿De verdad está usted bien? —agregó.

Shikamaru no lo va admitir, pero tiene sus formas de preocuparse por la gente que le rodea. Kakashi asiente, pero aquello solo hace que Nara confirme que las cosas están algo mal.
Aquella tarde, cuando Iruka sale de su salón de clase, el Sexto está parado afuera. Luciendo ahora su traje de Hokage, viéndose muy diplomático para luego señalar:

—Sea lo que sea que creas que me esté pasando, es cosa mía. No era tú intención.

Sus palabras suenan fuera de lugar a contraparte con su vestuario y lo que desea demostrar. Iruka agranda los ojos, sintiendo algo curioso al ver a Kakashi caminar por el pasillo. La voz del Hatake sonó diferente hacia él, más personal, muy personal.

𝗔𝗠𝗜𝗚𝗢𝗦 𝗬 𝗡𝗢 𝗠𝗔́𝗦. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora