29 de Octubre de 2019

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 Allison Hains.
 
Miro la hora en la pantalla de mi celular, son las 8:30 de la mañana y estoy esperando a mi novio justo en el lugar menos indicado, así es, estoy de nuevo frente a la Avenida Der Todesfall y recargada sobre el barandal oxidado. Al principio pensé que sería una mala idea el hablar al respecto de la mudanza con este lugar de por medio, pero después de aquello que paso en el baño, además del asunto del muñeco y de aquel nombre siento que este lugar tiene algo que ver.

Tomo aire profundo antes de avanzar a pasos lentos hacia la entrada, observo como el letrero que ha remplazado al viejo se mueve mientras las palabras Avenida Der Todesfall están escritas con pintura negra y grata caligrafía.

¿Cómo es posible que la gente de este pueblo pase por tanto cada año?

Miro con atención los árboles, los cuales se mueven lentamente al ritmo del viento, algunas hojas secas se elevan y danzan antes de caer de nuevo. Me detengo al llegar justo al límite de la calle e inicio de ese lugar que para Sayded es especial, es entonces cuando ese olor familiar comienza a invadir mis fosas nasales, sin embargo, no sólo eso llama mi atención sino al dar un paso dentro de la Avenida puedo sentir como algún tipo de fuerza quiere arrastrarme.
 
—¿Qué crees que haces Allison? —comenta Javi al llegar a mí y tomarme del codo.

—¡Nada! —le grito al zafarme de su agarre.

—¿Nada?, el que estés aquí deja mucho que decir en vez de nada —estira su mano para tomar la mía—, anda, vámonos.

Javi empieza a avanzar mientras yo lo sigo a paso lento, no tengo idea de cómo iniciar de buena manera la conversación, seguimos avanzando en silencio hasta que el decide hablar primero.

—¿Qué ocurrió ayer?, apenas vi tu mensaje y salí corriendo de casa para ir a verte, no voy a negar que tu actitud no era el tipo de recibimiento que esperaba.

—Es algo… complicado Javi —aclaro mi garganta—, ayer que llegue a casa…

El celular de Javi suena lo cual interrumpe mis palabras, no puedo hablar así. Inesperadamente Javi se detiene para dejar de mirar el celular y enfocarse en mi con su ceño fruncido.

—¿Terry te escribió ayer?

—Un breve mensaje, nada más.

—¿Qué decía el mensaje?

Saco mi celular para mostrarle el dichoso mensaje cuando él me lo arrebata de entre las manos, se aleja de mi para buscarlo y leerlo.

—¡Oye, no hagas eso!

Javi me entrega el celular de mala gana y sigue avanzando, no tengo idea de que ocurre con él y porque tanto lio con Terry, se supone que son amigos.

—¿Ocurre algo?

—No —dice tajante y sin detenerse—, ahora, sigue caminando o llegaremos tarde a clase.

Me pongo los lentes oscuros cuando encuentro a varios compañeros del colegio en la calle.

La escuela de Sayded es algo especial, por suerte no cuenta con uniforme obligatorio, pero si vestir de manera pulcra y acompañarla con una bufanda roja sin importar el clima. Al menos yo hacía un intento por soportarlo no como los otros que parecían disfrutarlo. El lugar es demasiado amplio, con árboles por todos lados y algunos arbustos, incluso flores, los salones grandes son aquellos que sirven para los profesores, que da la casualidad todos son originarios en Sayded, mi madre intento educar aquí, pero ese era un requisito y le fue negada la oportunidad. Y aquellos que son pequeños los utilizamos los estudiantes, los cuales son pocos debido a la poca gente originaria de aquí.  

AVENIDA DER TODESFALL   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora