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minho recogió a jisung, no estaba enojado, o bueno quizás si lo estaba y mucho. han estaba en un bar, borracho y con un acompañante en el mismo estado. ¿quería preocuparlo aun más?

trato de no enojarse con él, después de todo estaba tomado hasta la cabeza y sería irracional tratando de intervenir.

– min ¿estás enojado? – preguntó un poco dormido mirándole con esos pequeños orbes, le lastimaba haber pensado en gritarle por la estupidez que había cometido.

– no hannie, todo esta bien. solo me angustiaste mucho. – dijo en un tono suave sin retirar la mirada del camino.

– perdón, felix estaba triste y quería animarlo un poco. – su vocecita sonaba rota, desanimada.

– ¿qué paso con él? cuando llegué su mirada estaba un poco triste, trate de no entrometerme, es tu amigo no el mío. –

– su ¿novio? siempre se mantenía lastimandolo demasiado por su físico y su personalidad. le decía muchas cosas que a él le acomplejaban y le dolían, pero según el eso era parte del amor. – solto un suspiro sonando cansado. – ¿honnie tú alguna vez harías algo así? –

– jamás, sunnie, yo te amo demasiado como para lastimarte. – retiro la mirada algo angustiado viendo como los ojos del más pequeño se cristalizaban. – no llores lindo, por favor. –

– me duele y me molesta que lixie tuviera que pasar eso, el es un sol como para que alguien le lastimara de tal forma. – sollozo, minho trato de buscar el lugar más cercano para acomodar el auto y lo abrazó.

duraton un tiempo ahí, volvieron a casa y han se aferraba nuevamente a lee con todo su corazón. no quería sentirse perdido y dolido.

minho le mantenía apegado a el recibiendo el llanto del más pequeño, se le hacía extraño tanto dolor y la necesidad tan extraña del rubio por quedarse entre su pecho.

jamás le había permitido a nadie meterse tanto en su corazón, jisung merecía más de lo que era minho. un idiota de quinta que solo buscaba su beneficio personal o bueno así lo catalogaron sus padres luego de que se fue de casa.

minho venía de una buena familia, adinerada por decirlo, jamás le hizo falta nada material. solo ese mismo esfuerzo dejaba a sus padres totalmente alejados de él, creció solo, una nana pero que para ella minho también era una maldita carga y molestia.

en la escuela los niños le molestaban porque era torpe y no hablaba mucho con los demás. se burlaron y el solo se quedaba escondido por miedo a una represalia.

llego a la primaria y conoció a kim seungmin un pequeñín que era demasiado molesto, pero se preocupó por el cuando lo vió llorar luego de que un par de tontos rompieron su jueguete nuevo.

– ¿estás bien tú...? – su mirada trato de buscar alguna ubicación del nombre ajeno sin embargo fue en vano quedandose en blanco.

– minho, no lo tengo bordado. – levantó su mirada buscando averiguar el dueño de esa tierna voz.

– seungmin, un gusto minho hyung. – dijo con una tierna sonrisa sentándose junto a él.

– ¿qué haces aquí? no te había visto antes. –

– soy nuevo y vine aquí porque no encontré con quien sentarme. – hizo un puchero algo desanimado mirando con atención al contrario.

– entiendo, puedes sentarte conmigo... si quieres. – mencionó algo melancólico.

– ¡claro que si hyung! –

desde ese día habían mantenido una gran amistad siendo seungmin pequeñito trataba de defender al mayor contra las palabras de los demás, minho estimaba eso, pero sabía que nada cambiaría.

baby, you're toxic┊minsung. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora