Capítulo 3: "Cicatrices"

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Un extraño aroma se metió por mis fosas nasales, arrugué la nariz en forma de disgusto. Mi cabeza me dolía, la sentía palpitar, como si me hubiese dado un gran golpe en la cabeza.

- ¡Por fin!- Reconocí la voz de Donnie que era mas aguda de lo normal y retumbaba en mis tímpanos fuertemente.

-Shhhh.-Exclamé tomando mi cabeza entre mis manos. Me dolía, me dolía mucho.

Abrí mis ojos a duras penas mientras me sentaba sobre una estrecha cama en la que solo cabía una persona. Las sábanas eran de un color rosa pastel, las cuales contrastaban bastante comparadas con las cuatro paredes color cielo que se levantaban a mi alrededor. Los muebles eran blancos y estaban distribuidos de una manera uniforme y para nada funcional. Como aquel espejo de pie, el cual estaba en frente mío. Alejado, sobre la pared, pero aún así podía ver mis pintas. Mi cabello rubio estaba todo despeinado, mi máscara para pestañas y mi delineador para ojos estaba todo corrido. Agradecí no haber llevado ningún color llamativo en los labios para la fiesta... La fiesta. La maldita fiesta. ¿Qué había pasado?

- ¿Dónde estoy?-Mis palabras eran roncas y aclaré mi garganta varias veces mientras trataba de acomodar el nido de pájaros que tenía en la cabeza.

-En mi cuarto.- Giré la cabeza y una morena de piernas largas estaba parada a mi izquierda. Donnie llevaba puesto un pijama de ositos el cual la hacía lucir adorable. Tenía algo en sus manos, una cuenca que emanaba un olor putrefacto.-Estás en mi casa Sky.

Oculté mi rostro entre mis manos. Me sentía mal. Me dolía el cuerpo y estaba aturdida ¿Cómo había llegado aquí? Froté mi rostro con ambas manos, sentí a mi mente comenzar a trabajar y los recuerdos me golpearon como un camión. Recordé como había bailado y como había disfrutado estar allí con un chico al cual no conocía, como me tocaba y como había susurrado que debíamos ir a una cita juntos...si...si... ¿Sobrevivía? Sí. Era un maldito loco, un psicópata. Me había escapado de él pero finalmente me había encontrado. Traté de defenderme, lo enfrenté con un...cuchillo. Mi boca formaba una perfecta "o". Recorde cómo se había preocupado. Había visto mi herida que sangraba. Pero no, no era preocupación lo que sentía, era deseo y lujuria. Parecía...hambriento, si eso era posible. Pensé que moriría, pensé que no sobreviviría a esta, pero un muchacho alto y de ojos azules llegó para salvarme. Lo obligó a irse y lo amenazó con matarlo, prometió matarlo...y luego, me habló...con su voz aterciopelada y sus ojos serios. Me dijo que me vayase y todo se hizo negro. Pero aun así recordé sus manos en mi alrededor, como me había salvado la puta vida.

Blake. Blake. Blake.

Debía agradecerle, le debía la vida. Le debía todo.

-La borrachera te hizo mierda.- Unas risitas escaparon de la boca de Donnie. ¿Una borrachera? No había tomado ni una gota de alcohol. Yo me había desmayado.

-¿De que hablas?- Mis ojos perforaban los de la morena.- No estaba borracha.

-Oh, claro que lo estabas.

-No, no lo estaba.- Me defendí rápidamente.

-Mira amiga, te encontré en una habitación de la segunda planta mientras buscaba el baño. Estabas completamente pasada.

¿Sugundo piso? No, me había desmayado. En la cocina.

-No, mira, yo me desmayé.- Traté de explicarme mientras gesticulaba con mis manos.- Intentaron atacarme y me escapé. Fui a la cocina y...

Una fuerte carcajada salió de los labios de Donnie. No me creía, no me creía. Mis manos cayeron en mi regazo mientras trataba de controlarme para no mandarla a la mierda.

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