Capítulo 7: Estás de infarto.

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Llegué a casa y subí las escaleras al instante, necesitaba el cálido tacto del agua sobre mi piel gélida. Me desvestí con paciencia y me sumergí en mi tan esperado baño, donde tomé una larga y gozosa ducha caliente. Mis cabellos rubios goteaban todo el piso de mi cuarto una vez que me dispuse a enfundarme en una bata de seda negra e ir en busca de algo que usar, quería esforzarme y que me notaran. Ya no estaba de ánimos para seguir desapareciendo entre la gente que me rodeaba, y menos si eso se debía a mi poco contacto con las personas del instituto, todo por mis pensamientos y recaídas en los mismos tópicos: Blake Woods, Darren Murray...y la exitosa pero no tan satisfactoria y gloriosa sensación de saber que mi cerebro trabajaba bien y mis ojos no mentían, sabía lo que había pasado esa noche de Sábado y estaba dispuesta a dejarlo en el pasado, olvidarme de la escalofriante escena y de él. Blake Woods.

Busqué entre las diferentes perchas de color algo que usar, las opciones volaban por mis ojos mientras mis manos corrían las prendas y las inspeccionaban bruscamente sin mucha paciencia, con severidad. No quería usar jeans, no quería usar converse, no quería seguir con mi regularidad de hace semanas atrás. Había pensado que si había venido a un nuevo lugar, o mejor dicho, a una conocida pero nueva estadía debía volverme algo mas conservadora y entonante con el ambiente, pero eso no era algo mío y todas estas semanas utilizando cosas básicas y diferentes a lo que era usual en mí, era la gota que rebalsaba el vaso...o solo eran mis tontos pensamientos, que parecían muy convincentes cuando decían que abrumarme bajo mis conclusiones y una ropa camufladora entre alumnos no había conseguido un muy buen comienzo en Dead Woods. Tomé un lindo vestido púrpura y lo examiné con detalle, era ligero y pulcro, con un escote no tan profundo y unas mangas cortas que le daban un toque juvenil. Era el elegido, y el clima no era una barrera en el camino ya que alcancé a tomar unas medias largas negras y unos botines del mismo color. Me vestí con cuidado, evitando el frío tacto de mi cabello mojado sobre mi espalda luego de cepillarlo, el vestido era suelto y me llegaba un poco arriba sobre las rodillas. Perfecto. Sequé mi cabello con la secadora y las ondas naturales de mi pelo se formaron, cayendo sobre mi espalda hasta la cintura, apliqué una suave capa de brillo sobre mis labios y un poco de rímel en mis pestañas negras. Me sentía a gusto y siendo alguien que no había sido hace tiempo ya, alguien que parecía tener poder sobre sus deciciones y sus pensamientos, alguien que no era pasada por alto. Alguien que no tenía que esconderse de nadie, ni siquiera de Darren Murray y sus estúpidas palabras.

El teléfono zumbó sobre mi cama y lo tomé con prisa para contestar la llamada de Donnie. Se escuchaba muy ansiosa explicándome que ya se encontraba estacionada en la casa y que "este iba a ser un partido épico." Bajé las escaleras y me apresuré a dejarle una nota a mi madre en el estante de granito de la cocina: "Voy a salir, estaré en el partido de lacrosse del instituto. Cualquier cosa, llámame." Sabía que no iba a verlo, pero ese papel era mi seguro ante su larga explicación de que ella no tenía tiempo para ver mensajes de texto y que debía llamarla o escribir lo que pasaba en una piedra y arrojarsela en el rostro para llamar su atención si era necesario. Salí casi como una bala de la casa, no sin antes tomar una chaqueta que se encontraba colgada en el hall, me enfundé en ella y caminé hacía el coche que estaba justo en frente mío que llevaba una Donnie muy excitada dentro.

-Despampanante.- musitó la morena una vez que el coche había arrancado.

-¿Tú crees?- arreglé mi cabello detrás de mi oreja y sonreí dejando que un humo mínimo salga de entre mis labios debido al frío.

-Amo ese tapado tuyo.- me señaló aún con la mirada al frente.- Leí que los tapados blancos son lo nuevo en moda, diste en el blanco pequeña Sky.

-Me gusta a mí también.- metí mis manos en los bolsillos de mi cálido abrigo.- Me gusta como vistes.- intenté replicar el cumplido.

No podía decirlo aún pero estaba segura de que la piloto del coche llevaba puesto unos pantalones blancos ajustados que le quedaban de maravilla, aunque eso no había por qué comprobarlo ya que sus largar piernas quedaban delgadas y kilométricas en cualquier cosa. Una chaqueta de cuero negro cubría su torso, dándole calor y cerciorándose de que no pasara frío.

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