El Domingo había sido toda una mierda, como todos los Domingos. Llovía muchísimo y eso me deprimía aún más, por lo que la dieta se había ido al caño. Comer bombones y beber chocolate caliente eran unas de mis actividades favoritas, pero cuando se las combinaba con deberes de Matemáticas, Química y Biología, la cosa no era tan agradable. Mi teléfono zumbó varias veces ese día, los mensajes de Darren no dejaban de llegar. "En verdad no quise tratarte así." "Lo siento muchísimo, debí creerte." "Soy un estúpido, Sky." Y sí, era cierto, era un completo estúpido y no pensaba contestar sus jodidos mensajes. Que se pudra.
Los deberes estaban hechos, no quedaban chocolates y la lluvia no dejaba de caer. Miré un par de películas de amor que debían agregarle "cien porciento cliché" en los títulos, las cuales me deprimieron más y más. Chico malo que se enamora de chica buena con notas excelentes. Primero, mis notas no eran excelentes, pero no era tan mala después de todo. Me iba bien, aprobaba y eso era lo importante en el mundo. Segundo, el único chico arrogante que conocía era Blake y no era de ese tipo "conqueteo contigo en juego y luego me enamoro" porque lo pude ver la noche anterior, era desinteresado y no le gustaban los gestos de amor. Luego estaba esa película en la cual, el chico es un caballero y te dan ganas de molerlo a golpes por lo exasperante que se vuelve al notar lo lindo y perfecto que es, jodidamente perfecto que no la caga nunca y la chica es la que rompe su corazón. Principalmente, el único chico que conocía tan dulce e interesado en mí era Darren y la había cagado bien feo la noche anterior. Segundo, no había segundo pero la había cagado de maneras extraordinarias, lo que contaba como doce razones por la cual mi cliché de ensueños no pasaría nunca.
La noche se hizo presente y dormí como un bebé, escuchando la lluvia chocar contra el techo y The Fray de fondo.
La alarma sonó y mis ojos se apretaron con fuerza. Parecía que había dormido unos dos minutos nada más, quiero decir, no me sentía cansada pero quería seguir durmiendo como toda adolescente perezosa. Mi cuerpo estaba en contra de cualquier movimiento articular, muscular y/o esquelético. Estaba caliente bajo las colchas y sentí como la cama me arropaba y me hacía hundirme en ella más y más.
-No quiero ir al colegio.- Resoplé.
- ¡Skylar!- La molesta voz de mi madre hinundó la habitación, me hice más pequeña.- Arriba que vas tarde.
MENTIRA. Esa era su típica movida para que me levantara rápidamente, me duchara y me preparara en menos de quince minutos. Lo había deducido luego de varias carreras en las que me quedaba tirada en el sofá pasando el rato por unos veinte minutos más, pero cómo iba a saberlo si era ella quien me despertaba por las mañanas. Poner la alarma en mi móvil había sido una movida maestra.
Luego de cinco minutos de haber luchado conmigo misma para ver si me ponía de pie o iniciaba la tercera guerra mundial con mi madre, me metí en la ducha. No quería que otra "falta mía" la "obligara" a seguir con mi penitencia. Y eso había terminado, eso había terminado ayer por la noche. Era libre y la libertad se sentía exquisita, aunque prefería ir a gastarla en las películas o comprando zapatos en vez que en el instituto. Pero libertad era libertad y no pensaba ir directamente a la casa luego del estudio, saldría a una cafetería a leer, algo haría. No sabía qué, pero lo haría.
Caminé hacia el vestidor, ya con el cabello seco y mi cuerpo envuelto en una toalla poco convencional que tenía un lindo estampado de flores y corazones. Muy madura. Me vestí rápidamente, una falda azul marino, una camiseta manga corta color gris y unos tenis blancos. Me gustaba maquillarme, pero sinceramente me valía mierda lo que la gente del instituto pensara de mí, por lo que no ponía mucho esfuerzo en convertir mi cara en algo que no era. Apliqué solo una pasada de rímel a mis pestañas rizadas y bajé las escaleras hacia la cocina luego de tomar los trabajos que había echo la noche anterior.
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Sky
Мистика''Y acepté, no porque mi maldita conciencia lo decía, si no que era una gran forma de distraerme de todo lo malo que me había pasado. De los recuerdos y de las pesadillas que estos me traían. Quería volver a ser parte de ellos y divertirme. Iría a e...