Pasaron días, semanas y todavía estaba castigada. Me sentía encarcelada en mi propia habitación, sentía la mirada de mi madre en mis espaldas todo el tiempo. Me llevaba al instituto y antes de que sonara la campana de salida, Anna ya estaba estacionada en la primera fila del aparcamiento. Su jodido sarcasmo e indirectas me tenían podrida, quería gritarle y explicarle que lo que había pasado no había sido mi culpa, pero ¿Quién me creería? Cada vez que intentaba de hablar con Donnie ella evadía el tema siempre que yo lo sacaba a flote y eso me hacía enojar mucho más. No había visto a Darren hace un largo tiempo ya, en excepción de esa vez que había llegado a casa con una sonrisa en el rostro y la muy educada de mi madre le negó el paso. Luego de esa noche me enfurecí muchísimo con ella, le grité que no podía hacer eso, que no podía maltratarlo de esa forma, que él había sido el chico amable que me había traído a casa. Pero no le importó y subió mi castigo a dos semanas más por haberle faltado el respeto. Recordé como me hervía la sangre y como quería irme de esa maldita casa. Esa noche me llegó un mensaje de Darren, supuse que le había pedido mi número a Donnie. "¿Cómo estás?" podía leer en la pantalla de mi móvil y así hablamos por días bajo el control de Anna y sus gritos. Parecía rabiosa y nada le venía bien, sentía que cada vez que hablaba ella me estaba criticando por mi tono de voz y mis palabras inapropiadas, me corregía todo el maldito tiempo. Yo solo quería salir de esta maldita casa y afrontar la mierda que me estaba sucediendo. Luego de haber visto esa cicatriz que se extendía por mi dedo, había entendido que no estaba loca. En realidad había pasado y necesitaba respuestas...necesitaba hablar con Blake. El me había salvado y sabía donde podía encontrarlo. En esa noche la cual recordaba como si fuese ayer, él había dicho que esa era su casa, lo que significaba que era un fundador. Y sabía que era mi única oportunidad, debía encontrarlo.
Un día en la escuela, le pregunté a Donnie si conocía a los fundadores del pueblo. Sus palabras retumbaban en mi cabeza, "La familia de fundadores...el señor y la señora Woods son los alcaldes del pueblo. Tienen mucho dinero, por si no lo habías notado..." Claro que lo había echo, vivían en una hermosa mansión victoriana la cual te dejaba sin aliento. "Son los dueños de casi todo el lugar, al igual que sus cuatro hijos." Mis ojos la habían mirado con curiosidad. "Bastian Woods es el mayor de ellos, creo que va a la universidad o algo así. Chuck Woods es el que le sigue, está en el último año de instituto." "¿Este instituto?" le pregunté. "Sí, este instituto Sky...al igual que sus hermanos menores Blake y Amber Woods." ¿Por qué no lo había visto antes? "Ya sé lo que piensas, son extremadamente guapos y con dinero. Estuvieron fuera de la ciudad desde hace semanas, a Europa creo. Volvieron y dieron la gran fiesta de bienvenida...pero no entremos en ese tema... " ¿Y dónde están ahora?" volví a hablar. "Talvez se fueron nuevamente...no lo sé. Cagan dinero Sky. Deben de estar en las Bahamas bronceando sus hermosos traseros..."
Estaba tirada en mi cama mirando el techo, proyectando imágenes y recuerdos. El rostro de Black Woods se encontraba fijo en en mi mente, sin importar que hiciera, no podía quitármelo de la cabeza. Su cabello obscuro y su mirada turbia no me dejaba pegar un ojo. Eran las dos de la mañana y seguía dando vueltas en la cama. Necesitaba hablar con él y agradecerle. Necesitaba volverlo a ver. Intenté ocupar mi cabeza por horas, días y semanas...pero todo volvía a él. Sentía que le debía algo y había querido hablar con él en la escuela por semanas pero nunca había podido encontrarlo. Sentía como se me revolvía el estómago y un nudo se formaba en mi garganta, al principio pensé que eso se debía por la horrible incertidumbre del loco que estaba suelto, pero las semanas pasaban y el miedo se había ido al caño. No se trataba de miedo, al menos no hacia él. Quería, tenía la necesidad de hablar con Blake.
Tomé mi rostro entre mis manos y me golpeé levemente las mejillas.
-Reacciona.- Susurré para mis adentros.-Haz algo...por una vez en tu puta vida corre un riesgo.
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Sky
Paranormal''Y acepté, no porque mi maldita conciencia lo decía, si no que era una gran forma de distraerme de todo lo malo que me había pasado. De los recuerdos y de las pesadillas que estos me traían. Quería volver a ser parte de ellos y divertirme. Iría a e...