Capítulo 22

269 14 0
                                    

Thomas

La noticia de mi nueva relación con Alyssa fue muy bien recibida por mis compañeros. Todos y cada uno de los chicos se encargó de darme mis correspondientes felicitaciones, mostrándose auténticamente contentos de mi decisión de estar con esa modelo que tanto me encantaba. Pero quien particularmente parecía orgulloso de que hubiese sido capaz de tomar la decisión correcta era Dylan, quien había tenido la oportunidad de conocer un poco más de cerca la realidad de mi historia con Aly, junto con mis pequeños momentos de confusión entre Evelyn y Aly. De cualquier forma, en esos momentos, todo eso parecía solamente haber sido parte del camino que había tenido que recorrer para finalmente ser capaz de decidir por la chica que era dueña de cada uno de mis pensamientos.

Por otro lado, había leído unos cuantos tweets refiriéndose a Aly como otra "modelo flacuchenta de pasarela", donde mis extremadamente entusiastas ¿fans? se preguntaban quién diablos se creía Aly como para venir a "alejarme" de ellas reclamando de vuelta a Evelyn.

Y vaya que me jodía que hablaran así de ella, sin embargo, mi chica ni se daba por enterada de la situación, por lo que tampoco veía realmente necesario pronunciarme frente a ello. Mientras no le hicieran daño, todo estaría bien, pero si alguna se atrevía a decirle algo, ahí la cosa se pondría fea.

Por otro lado, los que sí habían empezado a hacerse notar con descaro eran los fotógrafos y paparazzi. Si mal no recuerdo, Alyssa me había mencionado que un par de veces los había descubierto siguiéndola, aunque había preferido seguir como si nada e ignorarlos. Me tranquilizaba verla tomarse tan bien todo este asunto de la prensa era mucho más de lo que podría haber pedido.

Alyssa

Cuando acepté ser la novia de Thomas, siempre supe en qué me estaba metiendo. Que, en cosa de tiempo, un montón de adolescentes, cámaras y flashes estarían constantemente sobre nosotros y a cada segundo. Mas poco y nada me importaba. Mientras mi relación no influyera en mi trabajo, todo estaría bien. Y aparentemente, no lo había hecho, pues Anna Petrova lo único que hizo fue felicitarme, mas no sin antes advertirme que me mantuviese alejada de la prensa rosa. De cualquier forma, no pretendía hacerlo. Lo que menos quería era arruinar mi carrera como modelo, o ventilar mi relación con el mundo. No gracias, prefería pasar de los escándalos.

Estaba feliz, a pesar de las distancias con Thomas, me sentía bien ya por fin siendo su novia. Y aun así, no era capaz de darme cuenta ni de la mitad de lo bien que me hacía Thomas, y no solo emocionalmente, sino que físicamente. Por más que lo odiara, ese par de kilos que había recuperado en su estadía en Nueva York, me habían sentado perfectos. No estaba consciente de que mi rostro parecía tener más vida, incluso, más color. De cualquier forma, esto no duró demasiado, pues en cuanto mi chico se había marchado, retomé de inmediato mis malos hábitos alimenticios, o como yo le llamaba: "mi dieta".

La siguiente semana fue bastante tranquila. Lo único que me dedicaba a hacer era ir a realizar mi rutina en el gimnasio, salir a correr por las noches, y llegar al departamento para continuar con mis abdominales. Estaba obsesionada con llegar a esos treinta y cinco kilos. No quería que nada ni nadie me apartara de mi meta.

Físicamente, intenté de rendir al máximo. Mas traté de no ilusionarme demasiado cuando ese domingo trajo consigo el momento de subirme a la balanza.

Nerviosa, bajé la vista para encontrarme con el número que esperaba por mí... Estaba pesando cuarenta y tres kilos.

"Decente", pensé observando la cifra.

Alcé la mirada para encontrarme con mi reflejo en el espejo.

"Pero no es suficiente".

Y en el fondo, sabía que treinta y cinco kilos tampoco serían suficientes.

Hasta El Límite. (TBS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora