Estar a tu lado (Shin soukoku)

Capítulo 8

Ryūnosuke tenía un problema... Bueno, tal vez dos problemas... En realidad tenía muchos problemas.
Se sentía enojado, nervioso, feliz o preocupado, no lo sé, eso ni él lo tenía claro.

Si le hubieran preguntado hace dos meses qué pensaba sobre el chico tigre seguramente habría dicho algo como "Es un maldito bueno para nada y haré que muera pronto". Ahora sólo tenía una cosa clara: Ya no podría decir algo semejante.

¿Qué era lo que sentía por Atsushi? ¿A caso le gustaba? ¿Cómo se lo diría? ¿Y si lo rechazaba?... Estas eran sólo algunas de las preguntas que pasaban por su cabeza. Día y noche. Estuviera trabajando o en su casa. Siempre se distraía buscando una respuesta a sus dudas.

-Oye Akutagawa, por lo menos finge que me pones atención.

Y volvió a pasar. Se concentró tanto en sus problemas que olvidó su plática con Chuuya y sus subordinados, Hirotsu y Tachihara.

-Si lo estoy escuchando, Chuuya-san.

-A ver repíteme lo que dije.

-...

-¿Ya ves? Ni caso haces ¿En qué tanto piensas?

-¿Cómo se dió cuenta que le gusta Dazai-san?

Todos en la Portmafia sabían de su relación con el ex-ejecutivo. Chuuya no se molestaba en ocultar algo así, pues tenía el permiso de Mori y lo que opinaran los demás le importaba poco. Lo que de verdad sorprendió a todos es que fuera Akutagawa quien preguntara por algo así.

-¿Por qué preguntas eso?

-Por si acaso.

-Bueno...- Hizo una sonrisa que a los otros les pareció idiota- Creo que fue cuando empezé a disfrutar de su compañía. Pensaba en él todos el tiempo... Atesoraba cada sonrisa que me dedicaba... Sus bromas comenzaron a hacerme reír... Y no pueden negarme que es jodidamente hermoso.

-Ya quisiera, Nakahara-san.

-Tú cállate, niño virgen.

-Y... ¿Cómo le hizo para engancharlo?

-¿Engancharlo?

-Si ya sabe... Enamorarlo.

-Tienes una idea muy rara sobre el amor... No hice mucho, simplemente pasó. Él me gustaba, yo le gustaba nos declaramos y ahora, después de muchas peleas y discusiones, seguimos juntos y tan enamorados como la primera vez.

-Uyyy se nos puso sentimental el muñequito.

-¡Calla, cagada! Fíjate bien a quién le estás hablando así.

-¿Cómo se lo diré?- dijo en un susurro desanimado, dándose cuenta que su relación con Atsushi no es tan buena como la de sus superiores. Susurro que solo el mayor de los cuatro pudo escuchar, pues Chuuya y Tachihara discutían.

-Akutagawa-kun- Habló por primera vez en toda la conversación Hirotsu llamando la atención del azabache- No desesperes. No sé quién se ha ganado tus pensamientos, pero lo harás bien, solo sé tú mismo y dile lo que sientes.

-Hirotsu-san ¿Cómo sé que él  me rechazará?

-El amor es un riesgo, muchacho. Jamás sabrás lo que piensa si no tomas el riesgo.

-No puedo decírselo así como así, tengo que estar seguro y esperar el momento adecuado.

-No esperes el momento perfecto, creálo tú.

Ya no supo qué contestarle. El hombre tenía tanta razón, si se queda quieto esperando a que alguien llegue y le solucione la vida, no lograría nada.

-Ya sé lo que tengo que hacer- Se paró bruscamente de su lugar y salió de la pequeña sala donde estaban.

-Suerte, muchacho.

-¿Y ora a éstos dos qué les pasa?

Chuuya alzó sus hombros en señal de respuesta y siguió peleando con el más pequeño.

Se pasó toda la tarde pensando en la cita perfecta para por fin declararle sus sentimientos al albino.

Estaba esperando a un lado del edificio de la agencia. Ese día el turno de Atsushi termina a las siete, sería una buena hora para su encuentro. Ahora se daba cuenta que haberlo seguido todo este tiempo tenía sus beneficios, ya que sabía todos sus horarios.

La puerta se abrió dejando ver al de cabello blanco y a Kyouka.

-Jinko.

-Ho-Hola Akutagawa...

-¿Qué quieres?

-Nada que te importe, mocosa.

-Si tiene que ver con Atsushi-kun quiero saber.

-No seas metiche, consíguete una vida, niña.

-Ya, ya, tranquilos los dos- intervino Atsushi antes de que empezaran una pelea más grande- Kyouka-chan, Akutagawa viene en son de paz, ya nos habría hecho algo si no- La pequeña asintió, más no bajó la guardia- ¿Qué necesitas, Akutagawa?

-Acompáñame a caminar un rato, tengo que decirte algo importante.

-Está bien, te acompaño.

-¿Atsushi-kun estás seguro? No puedes confíar en él.

-No pasa nada, confío en que solo iremos a platicar.

-Si notas algo sospechoso escápate o llámame, llegaré en seguida.

-Sí, no tienes que preocuparte- Kyouka se despidió de él y se fue no sin antes lanzarle una mirada amenazadora al mafioso- ¿Nos vamos?

Caminaban por el puerto, mientras se comían una crepa cada uno. Akutagawa sabía que al albino le encantaban y qué mejor que consentirlo comprándosela.

La conversación fluía con normalidad. Cada uno hacía una pregunta y el otro la respondía. Querían conocer más del otro, como sus gustos y pasatiempos, aunque Akutagawa ya sabía la mayoría de las cosas, quería escucharlo de su propia boca.

-Akutagawa... ¿Qué es eso importante que querías decirme?

Se detuvieron frente al mar. El viento y la brisa despeinaban sus cabellos y el brillo de la luna le daba un aspecto más tranquilo al momento. Ryūnosuke le tomó de las manos y lo miró a los ojos.

-Atsushi...- El agente sintió como un escalofrío recorrió todo su cuerpo y como sus mejillas se tenían de rojo, su nombre se escuchaba tan bien dicho por el azabache- Sé que no te he tratado como te mereces, en especial cuando te arranqué la pierna, perdón por eso... También sé que no llevamos mucho de conocernos... Las pocas veces que hemos estado juntos es peleando entre nosotros o en misiones... Cuando estoy contigo, siento que nada importa más que tú... Cada palabra que me dices, cada gesto que haces, tú fuerza y voluntad para seguir adelante, todo en tí me parece lo más maravilloso que he visto... A lo que voy es que quiero que me des la oportunidad de crear nuevos recuerdos contigo, descubrir cada faceta tuya y convencerte de que no soy tan malo como crees... Quiero permanecer a tu lado hoy, mañana y siempre hasta el día de mi muerte... así que me gustaría saber si... ¿Quisieras salir conmigo, Atsushi?

-Yo... Lo siento... No puedo hacerlo- Huyó corriendo sin dar una explicación y sin dejar tiempo de reaccionar al otro, que solo se limitó a llorar en silencio.

Gracias por leer c: