Capítulo 9

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-Ryūnosuke, sal de ahí. Llevas encerrado todo el día- Decía Gin dándole leves golpes a la puerta.

-¡No es cierto! ¡Hace rato fuí al baño!

-¡Eso no cuenta! ¡Ayer cuando llegaste te encerraste y no has vuelto a salir!

La noche anterior después de ser completamente rechazado, Akutagawa fue directo a su casa y se quedó en su habitación negándose a hablar con su hermana y apagó su celular para no recibir ninguna llamada. Pensaba en todo lo que había sucedido y sólo se deprimía más y más.

-Si no quieres hablar está bien, me lo dirás luego... Pero por favor sal, te hice la cena.

-No tengo hambre, Gin.

-No te estoy preguntando si quieres o no, te lo estoy ordenando. No puedes estar tanto tiempo sin comer.

-Al rato como...

-Qué al rato ni qué nada. Ven ahorita, quiero ver que si lo hagas. Tengo una misión con lagarto negro y no regresaré hasta mañana, tengo que estar segura de que si vas a comer.

-Si tanto quieres verme, te mando un vídeo y listo...

-Ryūnosuke no seas así.

-No voy a salir.

-Ay ya es tarde-murmuró para ella misma-¿Me prometes que sí vas a comer?

-Ajá.

-Voy a confiar en tí, no me desepciones... Ya me tengo que ir, te veo mañana... ¡No olvides que te quiero!

-Sí, yo igual te quiero.

La chica tomó sus cosas y salió de su departamento encontrándose a Chuuya en su camino.

-Nakahara-san que gusto verlo.

-Hola Gin ¿Se encuentra Akutagawa?

-Sí, está dentro, pero no se siente muy bien ahora.

-¿Qué es lo que tiene?

-Ah no lo sé, no a querido contarme nada desde que llegó.

-¿Crees que pueda pasar a verlo?

-Claro- volvió a abrir su puerta para dejarlo entrar- Discúlpeme que no me pueda quedar, tengo trabajo que hacer.

-No te preocupes.

-Bueno, se queda en su casa. Lo veo luego.

-Si, gracias, Gin.

Miró el lugar y con toda confianza se puso a abrir cada cuarto que pudo, hasta que se topó con uno cerrado. Dándose cuenta que seguro sería la habitación del azabache, golpeó la puerta de la habitación.

-Akutagawa sé que estás ahí, déjame entrar.

-¿Cómo entró a mi casa?

-Gin me dejó pasar... Ya ábreme.

-No.

Y eso hizo que la poca paciencia del ejecutivo se fuera a la basura. Pateó y pateó hasta que logró entrar- ¿No que no iba a pasar?- Vió la habitación en completa oscuridad y prendió el foco, logrando ver como el menor estaba hecho bolita en su cama y cobijado hasta la cabeza- ¿Qué haces ahí?

Estar a tu lado (Shin soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora