Desperté vi el reloj, eran las 3:10 am, había despertado al no sentir a Itachi junto a mi, me levante de la cama y suspire, aún que no era la primera vez que lo hacia dolía de la misma manera.
Fui a mi pequeña la cocina por un poco de agua y prendí el televisor. Habían pasado aproximadamente veinte minutos cuando Itachi estaba frente a mi.
-¿Donde estabas?- Pregunté en un tono molesto, solo me miro y supuse que su respuesta seria la de siempre.
-No puedo decirte, sabes que si cosas que no puedo decir, nisiquiera a los muros- dijo mientras se ponía frente a mi.
Se veía un poco cansado, sabía que tenía una parte obscura, necesitabas obscuridad para ser un ANBU, pero aún que entendía esa parte no justificaba todas las veces que le había llorado al azabache.
Miraste molesta lo y lo aparte de mi - Lárgate- musite sintiendo dolor y hasta podría decir que un poco de odio hacia el mismo chico que me hacia sentir amor y placer... Pero siempre se dedicaba a hacerme sentir insuficiente cuando se iba.
-Ya hablamos de esto, no puedo quedarme y no debo quedarme, tu lo sabés, no importa cuando te ame, no puedo quedarme.-
-Tu no me amas, nisiquiera me quieres, solo soy una aventura para ti.- Dije y sentí las lágrimas comenzando a caer.
Iba a levantarme de mi sofá antes de hacer algún movimiento me abrazo y beso, sabia que estaba mal, sabia que el me hacia mal volver a caer en su juego y jamás lo entenderá. pero todas mis expectativas estaban puestas en el y lo único que salio de mi fue un pequeño -hazlo.- tomo mis piernas y me llevo hasta la cama quito cada prenda de mi cuerpo con tanta delicadeza como si nunca hubiera querido lastimarme, como si el mundo fuera yo, besaba mis pechos con lentitud y suavidad con una mano aparto el cabello que caía sobre mi cuello y pude escuchar -luego podemos hablar de esto, no es mentira desearía poder quedarme- y me recostó sobre la cama.
Con mis manos recorrí su torso y después con una sola mirada el sabia lo que quería, quite su pantalón, dejandolo desnudo, con cuidado se puso arriba de mi y comenzó a besar mi cuello, bajo a mis pechos y se quedó dándole la atención a ellos unos minutos mientras de mi salían sonidos gratulaes, fue bajando hasta que sentí como depósito un beso en el interior de mi muslo izquierdo, su boca fue directamente a ese lugar prohibido, haciendolo con calma.
-Itachi, ma-mas, por favor.- supliqué e introdujo un dedo en mi, haciendo que me retorciera del placer.
Cuando iba a correrme el paro y antes de poderme quejar, introdujo su miembro en mi , empezó a embestirme con fuerza, en el cuarto solo se escuchaban nuestros gemidos y sonidos de nuestros cuerpos chocando, estaba llena de placer, mis manos temblaban por su espalda y mis gemidos eran unos solo con los de el, con una de sus manos tomo las mías y las llevo arriba de mi cabeza.
-¿Aún piensas que soy un idiota?- pregunto justo cuando estuve a punto de llegar.
-Si- fue lo único que pudo salir de mi, antes de que comenzará a acelerar sus movimientos haciendo que los dos pudiéramos compartir el grandioso momento de el clímax.
Salió lentamente de mi, mientras sentía como sus fluidos salían de mi, el me abrazo mientras me abrazaba y mis ojos pesaban.
-Aun eres un idiota y siempre lo seras, pero no puedo evitar tener expectativas sobre ti- dije antes de quedarme dormida, pero al parecer el ya se encontraba dormido.
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Cuando desperté el ya no estaba.
