Narra Lily.
– Mamá, ¿por qué tengo que entrar? Estaba hablando –me quejo.
– ¿Con quién? –ella pregunta.
– Su nombre es Tate –digo.
– Eso era lo que pensaba, mira he oído cosas malas sobre él, no puedes hablar con él nunca más –ella dijo.
– ¿Qué? Eso es muy estúpido, ni siquiera lo conoces –digo.
– No tengo que conocerlo. Él estaba siendo tratado por el doctor que vivía aquí y era muy problemático –ella dice.
– Lo que sea mamá – digo mientras entro en la cocina.
– Algún día me lo agradecerás –ella dice. La ignoro y abro la vitrina.
– Ah, y empiezo a trabajar esta noche –ella dice. Asiento, y agarro un vaso.
– Mamá esta casa me da mala espina –digo. Ella asiente en acuerdo y se sienta.
– A mí también. Pero no te preocupes, nos acostumbraremos. –ella sonríe -Bueno, voy a desempaquetar mis maletas antes de trabajar –mi madre sonríe mientras se levanta y deja la cocina. Echo agua en mi vaso y me dirijo arriba hacía mi habitación. Me siento en el suelo y empiezo a pensar.
¿Cómo sabían Tate y Violet mi nombre? ¿Cómo habían desaparecido? Todas estas preguntas y más corrían por mi mente.
– Lily, me voy a trabajar. Te veo mañana por la mañana cuando termine mi turno de noche –mi madre llama desde el fondo de las escaleras. Miro mi reloj, ya eran las 9:45 pm. Dios, había estado aquí sentada mucho tiempo.
– Vale, adiós mamá –grito de vuelta. Escucho la puerta cerrarse. Salgo fuera de mi habitación y bajo corriendo las escaleras hasta el salón. Miro por la ventana y veo a mi madre marchándose. Agarro mi paquete de cigarrillos, salgo de nuevo y enciendo uno. Me siento en el porche en la oscuridad a pensar en todo lo que ha pasado hoy. Después de unos minutos, empiezo a oír un sonido de explosión, como si alguien estuviera tirando rocas, o esas cosas explosivas que compras para las fiestas. Lo ignoré, hasta que empecé a escuchar risitas. Me puse de pie lentamente y tiré mi cigarrillo.
– ¿Ho…Hola? –pregunté. Escuché más risitas. Corrí dentro y cerré la puerta con llave. Agarré mi teléfono de la encimera y lo puse en mi bolsillo, sólo por si lo necesitaba. Retrocedí lentamente hasta que estaba fuera de la cocina, cerca de la escalera. Miré y vi una oscura figura andando hacía el sótano.
– ¿Qui… quién anda ahí? –pregunté. Escuché más risitas y el mismo sonido de explosión que había escuchado fuera. Corrí subiendo las escaleras hacía mi habitación, cerré y bloquee la puerta. Retrocedí lentamente, y me di la vuelta. Me encontré cara a cara con una enfermera cubierta de agua y sangre.
– Mira, lo que él me hizo. –ella dijo. Grité y corrí hacía mi puerta, agarré el pomo e intenté abrir, pero estaba cerrada con llave. Me di la vuelta y vi que ella ya no estaba. Caí de rodillas, me apoyé contra la puerta y empecé a llorar. ¿Qué está pasando? ¿Me estoy volviendo loca? Apoyé mi cabeza en mis manos y seguí llorando.
– Ahora cariño seca esas lágrimas. –alguien dijo. Miré hacia arriba y vi una mujer joven, rubia, con el pelo rizado, ella estaba vestida con ropa que se veían muy antiguas y era muy pálida. Ella paso su mano por mis mejillas limpiando mis lágrimas.
– La vida es corta para tanto dolor, ahora si ellos te molestan sólo cierra tus ojos, y diles que se vayan, y ellos se irán, ¿vale? –ella sonrió. Asentí y miré detrás de ella para asegurarme de que la enfermera no seguía ahí.
– ¿Quién eres? –tartamudeé.
– Soy Nora –ella sonrió.
– ¿Qué me está pasando? –pregunté. Ella suspiró, agarró mi mano y la sostuvo.
– Lily querida, esta casa está llena…bueno de mucha tristeza y dolor, puedo decir que tú tienes mucha tristeza y dolor dentro de ti. Esta casa sabe lo que hay dentro de ti, puede sentirlo. Esta casa te ha marcado. Este lugar es peligroso, Lily, se consciente todo el tiempo, algunos espíritus son buenos y nosotros son… malvados, ten cuidado. –ella dijo. Parpadeé y ella desapareció. Mire a mi alrededor, todo estaba en silencio. Me sente en el suelo, para relajarme. Después de unos minutos, me levanté y baje las escaleras. Fui hasta el sótano y lo abrí. Sentí que algo me estaba diciendo que bajara ahí. Bajé las escaleras y mire a mí alrededor.
– ¿Hola? ¿Hay alguien ahí abajo? –pregunté. Aunque sabía que nadie respondería. Empecé a caminar y me encontré con una habitación con una pequeña puerta de madera. Probablemente era elespacio para tuberías, agarré una silla y abrí la puerta. Me empuje dentro y empecé a gatear, dios huele muy mal aquí abajo. Me dirigí hacia la parte de atrás del espacio, y allí había una cornisa, salté desde ella, y apenas podía ver nada, estaba muy oscuro. Saqué mi teléfono de mi bolsillo y lo encendí para poder ver que había aquí abajo. Señalé hacia el suelo y grité.
– Oh, dios mío –grité mientras empezaba a llorar. Había un cuerpo de lo que parecía una adolescente aquí abajo. Subí arriba de la cornisa, y gatee lo más rápido posible para salir de allí. Salí y cerré la puerta de madera. Retrocedí y me choqué contra algo. Grité y me di la vuelta. Era Violet.
– Veo que lo encontraste –ella suspiró. No podía hablar, simplemente me quedé ahí de pie llorando. –Estaba muy triste entonces. Cometí una de las peores decisiones de mi vida –ella dijo mientras lagrimas caían por sus mejillas.
– ¿A-a qué te-te refieres? –tartamudeé.
– Me suicide –ella dijo mientras limpiaba sus ojos. Entonces me di cuenta de que Violet era un fantasma, y el cuerpo de ahí abajo era su cuerpo.
– Tengo q-que llamar a la po-policía –tartamudeé. Violet sacudió su cabeza y puso su fría mano en mi hombro.
– No por favor, no quiero que el resto de mi familia sepa que me suicide –ella dice.
– Vale, entonces no lo haré –dije mientras limpiaba mis ojos.
– Gracias –ella sonrió. Asentí y ella salió de la pequeña habitación, yo salí detrás de ella, y ella desapareció. Corrí hacia arriba de las escaleras y entre en el cuarto de baño. Cerré la puerta y me miré al espejo, pasé mis dedos por mi pelo y limpié mis ojos.
– ¿Estás asustada ahora? –miré hacia arriba y vi a Tate. Jadeé y me di la vuelta, pero él no estaba ahí.
Narra Ben.
– Vivien, ¿qué deberíamos hacer para asustarlos y que se vayan de aquí? –pregunté.
– No lo sé, Ben. Tal vez deberíamos dejarles que se queden, quiero decir Hayden no está molestando a nadie y la madre no está embarazada. A lo mejor es el momento de que dejemos que alguien se queden y descubran ellos mismos que este lugar no es bueno –Vivien dijo.
– Viv, este lugar es malvado, no podemos dejar que se queden –dije.
– Moira dijo que la inmobiliaria está diciendo que si esta gente se muda entonces ellos van a demoler la casa y construir una zona de parking, no podemos dejar que se vayan –dice Vivien. Suspiró, y le doy un trago a mi café.
– Tienes razón, Vivien. Si está casa de destruye quien sabe lo que nos pasará a todos –digo.
Narra Lily.
Abrí la puerta de cuarto de baño, y corrí hacia el pasillo. Empecé a buscar a mi alrededor.
– Tate –lo llamé. No obtuve respuesta. Saqué mi teléfono y vi que eran ya las 1:35 de la madrugada. Corrí a mi habitación y cerré la puerta. Me puse el pijama, y escalé hasta mi cama. Puse mi largo pelo castaño en un moño, y apagué mi lámpara. Me tapé hasta la cabeza y lloré.
No puedo hacer esto, ¿o si qué puedo?
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Hola, espero que os este gustando por ahora, aunque es muy poquito. Intento subir dos más antes del domingo :)
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A Beautifully Insane Four Letter Word (en español) [Fanfic de Tate Langdon]
FanfictionLibro 1. - Oh dios mío Tate, ¿qué has hecho? -grité. - Lo siento, no estaba pensando -Tate gritó de vuelta. - Bien, obviamente -grité de vuelta -Ahora va a parecer como si mi madre hubiera matado a un niño pequeño, no se ve muy bien que su cadáver e...