IX

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"Tempus ad Tempus"



—¿No dirás nada? —preguntó bastante molesto al delgado saco de carne frente a él. Solo hubo más silencio. —¡Por el amor de dios, Flug! ¡Dime siquiera si lo lograste!

Ningún movimiento surgió de su cuerpo, solo más silencio. La bolsa seguía sobre su cabeza gacha, llevaba quince minutos como estatuilla. Estaba inmerso en su mundo de pesadillas, buscando una respuesta a su acto tan cruel.

Black Hat llegó al desespero, tenía que saber el porqué del silencio del doctor. Arrancó la máscara del rostro del joven, necesitaba ver su expresión, necesitaba saber qué pasaba por la mente del doctor. Necesitaba respuestas. Un par de esmeraldas al borde del llanto se mostraron, estaba hecho, Hakim había sido asesinado, ahora tenía que descubrir si sus órdenes fueron acatadas.

—¿De qué forma lo hiciste, Flug?

Esa pregunta colmó el vaso. Un gruñido profundo salió de la garganta de Flug, pero a pesar de la ira su cuerpo no se movió ni un milímetro, parecía que su cuerpo estaba muerto y solo su alma se manifestaba.

—¿No le ha bastado con especificarme la forma en que me deshiciera de él? —espetó— ¿No le basta con atormentarme? ¡Adelante! ¡Hurgue dentro de mis recuerdos, que para eso es en lo único que es bueno!

Black Hat atestó un golpe contra la mejilla de Flug. Su cuerpo siguió sin responder.

—Ten más respeto, animal. —bramó— Yo hago lo que se me pega la gana, no necesito que me digas qué debo hacer.

—Y es por eso que es un maldito infeliz.

Otro golpe estalló en la otra mejilla. Flug escupió un coágulo de sangre con orgullo, nada le complacía más que hacerle sentir basura a su jefe, justo como él le hacía sentir cuando trabajó para él.

—Más te vale que me respondas. ¿Cumpliste al pie de la letra mis órdenes?.

Flug soltó una corta risa lastimera, seguía con la cabeza gacha, sentado en la silla de metal, siendo rodeado por Black Hat. Estaba a su merced.

—Por su puesto, su alteza —dijo con sarcasmo— Si gusta le puedo dar lujo de detalle, pero basta con decir que lo hice sufrir de la manera más creativa.

Black Hat se posicionó frente a la silla y estampó sus palmas contra el respaldo. Estaba harto. El perfume de Flug invadió sus fosas nasales, y después de mucho tiempo pudo observar de nuevo de cerca el rostro del menor.

—Vuélveme a hablar de esa manera y olvídate de existir. —gruñó. Se alejó de la silla del doctor y se fue a sentar a la suya— Te puedes largar.

—No, no, no. Yo no me voy de aquí hasta que cumpla su parte del trato. —Black Hat soltó una carcajada sonora— ¿Qué le hace tanta gracia?

—¿Crees de verdad que cumpliré con mi parte de la forma en la que te estás comportando? No te mereces ni mi respeto, sabandija. —respondió devolviendo el juego de sarcasmo.

El científico estaba ofendido, había cumplido con su parte del trato, no le había puesto condiciones para que Black Hat cumpliera con su parte.

—Bueno... Tal vez pueda cumplir con mi parte a pesar de tus insultos. Pero será a cambio de un favor más. —sugirió con una sonrisa altanera.

Flug bufó. —¿Qué es lo que quiere que haga ahora?

Black Hat sonrió complacido. —Es simple, mi querido Flug. Quiero que me acompañe en mi escape, eso es todo. Quiero que trabaje de nuevo a mi lado.

ASYLUM [Revisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora