XII

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"Mi dependencia, mi verdugo"


—No entiendo...

El ente a su lado soltó una risa cansada.

—A mi parecer no es tan difícil de entender. Desde el principio sabías que yo nunca estuve aquí. —dijo desanimado— Pero siempre te ha importado más tener la razón, que el bienestar de los que te rodean.

Black Hat seguía reflexionando, no podía creer que Flug fuera un espejismo, de ninguna manera podía serlo. Cada vez que lo había tocado parecía real, podía sentir su piel, incluso olerlo. Podía sentir su sangre escurrir por sus manos.

Y todo era más difícil de comprender al recodar, que el mismo Flug, afirmó que no falleció en batalla, ¿entonces donde sino?

Por su cabeza, los recuerdos de su estadía, se proyectaban como una película vieja. Buscaba indicios que le mostrarán que era verdad, que Flug ya no estaba. Hubo demasiadas pistas, detalles que no notó, pero la incógnita seguía ahí; ¿dónde había muerto Flug?

A su lado, el científico pareció notar las dudas que aleteaban por su cabeza, sonrió de lado; seguía siendo un recuerdo bloqueado, al cual Black Hat, continuaba sin acceder.

Suspiró, a pesar de ser un alma atrapada, agradecía haber muerto. Solo la esencia, de lo que alguna vez fue el doctor, le permitía moverse con autonomía, por otra parte, su pensamiento y personalidad eran obra de Black Hat. Tenía los recuerdos de Flug, podía sentir su alma atrapada en ese recuerdo mortífero, pero por más que quería, no podía ser él, después de todo, Flug solo fue una marioneta.

—Slug hizo todo por salvarme, —respondió al aire— las heridas de batalla eran graves, especialmente el golpe final que me dio White; rompió mi cráneo. A duras penas pude sobrevivir la primera semana, pero parecía que realmente la muerte me quería con ella.

Flug se sentó sobre el pasto del jardín, con su mano invitó al mayor a sentarse a su lado para escuchar el relato.

—Mi mente no fue la misma. En la segunda semana comencé a ver los espectros que por aquí divagaban, entre ellos estaba Psique. White Hat y Slug se preocuparon y me encerraron, temían que hiciera algo malo. Un día los desvaríos empeoraron, cuando Psique me preguntó lo que sentía por ti, me desmorone, no podía creer que, por poco, habría sacrificado mi vida por alguien como tú.

Con un movimiento suave, dirigió su mano hasta uno de los bolsillos de su bata, de ahí sacó un pedazo de espejo roto, con manchas de sangre seca, jugó con el pedazo mientras seguía relatando.

—Por fin descansaba de ese secreto tan mortificante. Entendí que ya no tenía a donde ir, ya no tenía un propósito para regresar. Quise que mi secreto quedará enterrado, así que me lancé contra Psique. Ese fue mi peor y último ataque psicótico. Tenía un espejo en mi habitación, lo hice añicos y me dañé de la peor forma. Había creado una horrible co-dependencia, me sentía vacío, sin propósito alguno. Slug se esforzó demasiado en mantenerme vivo, pero era mi hora de partir. Te dieron la noticia, pero hiciste oídos sordos, solo querías asesinar a White Hat, por lo que creíste que me había hecho. Insistías en que estaba vivo y en tu empecinamiento creaste esta locura.

Un silencio melancólico cantó en el gran jardín. Black Hat seguía sin poder creerlo, no quería creerlo. Muchas más preguntas se amontonaron en su cabeza. Quería llorar, gritar, berrear, patalear; pero su orgullo era inmenso. Había un nudo enorme en su pecho que no le dejaba respirar.

—¿Por qué lo hiciste? —cuestionó abatido por la noticia.

—¿Hacer qué?

—¿Por qué te dañaste de esa forma? Tenías a Slug.

ASYLUM [Revisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora