¡Oh Dios! Que alguien tenga compasión y cierre las ventanas que me hielan las venas. Dicen que no pueden cerrarlas que las has arrancado cuando te fuiste con ellas. Entre todo este tiovivo dónde no distingo realidad de ilusión me sonríe la oscuridad al fondo, qué mirada tan lasciva, siempre acechando. Cada recuerdo que saluda a mi memoria hace que caigan todos los alfileres al corazón, me estoy desangrando. Hago reverencia ante lo que no puede cambiarse, pero al agacharme se derrama la sal de mis ojos. Qué rojez tan viva, qué presión, qué dolor ¡¿Quién ingenió el desahogo del cuerpo a través de la blancura que envuelve mis iris?¡
No y mil veces no, y debo aceptar el sí que se impone. No puedo hacer nada y me gustaría hacerlo todo. Tomo las palabras del griego sobre la amistad: Un alma que viven en dos cuerpos, un corazón que habita en dos almas. ¡Si supiera que me quedé sin parte de mi alma y mi corazón se ha encogido y no respira!
Queda vacío y quedo huérfano, muchos intentado llenar el hueco y no comprenden que cada cual tiene su lugar. Te llevaste las ventanas, ¿por qué robaste los colores a las flores? ¿por qué escondiste el paso del tiempo? Ahora es denso y se amansa ¿Por qué cosiste mi sonrisa? Lo recuperaré espero con el paso del tiempo. No te olvido, ni ahora, ni luego, porque fuiste tú quién se llevó esas ventanas, y ahora solo siento frío y tu calor en mi memoria.
Ojalá vuelvas, aunque nunca te irás mientras guarde el recuerdo.
XVII/VIII/MMXX
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Líquido poético
PoetryParte de mí está en estos fragmentos, fragmentos que en su conjunto pueden formar todo lo que soy, espero que sea de tu agrado y valores lo más profundo de mi ser.