Hanami, esa ocasión especial en que los amigos, familiares o personas cercanas se reúnen a disfrutar de un tiempo al aire libre bajo los grandes y frondosos árboles de cerezo, y por supuesto esto no sería una excepción para Atomic Samurai y sus discípulos, quienes se reunirán en las cercanías de un lago próximo a Ciudad T para disfrutar de esta antigua tradición junto a Silver Fang, maestro de un popular dojo especializado en artes marciales, el cual venía acompañado de algunos de sus estudiantes.
El suave viento mecía el césped así como las distintas cabelleras de los allí presentes, quienes se encontraban sentados sobre grandes mantas color azul celeste, disfrutando de un ambiente tranquilo y ricos manjares o al menos eso hacían los discípulos, quienes rondaban entre los diez y diecinueve años de edad, mientras que sus maestros charlaban de forma amena y bebían sake.
Aún así no todo era armonía pues entre los jóvenes se apreciaba cierto distanciamiento, como si no tuviesen interés en socializar los unos con los otros.
En una zona un tanto alejada, pero a la vez cercana al lago, cierto dúo de amigos yacía tirado en el césped, observando el cielo y las nubes con algo de ocio, dejando que los árboles de cerezo les proporcionaran sombra.
—¿No crees que deberíamos intentar hablar con los demás?
Aquella pregunta terminó sacando de sus pensamientos al chico de cabellos marrones claros y ojos color avellana, quien se limitó a sentarse, abrazando sus rodillas en busca de mayor comodidad.
—¿Quieres intentar llevarte bien con ellos?
Sus palabras sonaron suaves, cargadas con cierto cariño.
—Creo que no fui el único en pensar así —aseguró imitando la acción de su amigo al escuchar pasos apresurados acercarse.
Ambos amigos giraron la cabeza hacia donde procedían, encontrándose a un chico bastante peculiar de cabellos negros el cual viste un suéter rosa y una falda azul oscura de pliegues.
—¡Hola! Mi nombre es Okamaitachi y tengo dieciocho años. —Se presenta muy animado y sonriente, pues de su grupo este es el más extrovertido.
—Yo soy Reiko y tengo once años —correspondió el de cabellos castaños.
—Mi nombre es Garou y tengo diez años.
Luego de esta corta presentación decidieron darle un espacio al nuevo chico y comenzar una conversación trivial pero a la vez divertida, pues cada quien contaba alguna extraña experiencia de su propio dojo o entrenamiento.
Y de esta forma, entre risas y charlas el tiempo fue pasando sin que apenas los susodichos se dieran cuenta.
—¿Entonces fuiste tú quien preparó toda esta deliciosa comida? —cuestionó casi sin podérselo creer el más extrovertido de los tres.
—Sí —respondió con cierta timidez el de ojos avellanas, pues se le hacía extraño recibir halagos de personas que no fuesen del dojo.
—Reiko es un gran cocinero —confirma Garou mientras le daba un mordisco a su sándwich.
—Espero que no cambies esa buena actitud en un futuro —murmura para sí mismo el pelimarrón, pues algo le decía que su amigo no siempre sería de esta forma.
Unos pasos aproximándose alertaron al grupo, provocando que los tres dirigieran la mirada hacia las personas que se acercaban con cierta lentitud, quienes habían resultado ser dos chicos.
—Con que aquí estabas —dijo el mayor de ellos, un joven de diecinueve años de cabello oscuro envuelto en un nudo, al estilo del típico samurai japonés del período Edo y una ligera barba.
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Bajo las flores de cerezo | Iaian |
FanficSipnosis Un primer encuentro, una primera impresión e incompatibilidad, eso fue lo que los caracterizó desde un comienzo. Varios años han pasado desde entonces pero ¿sus sentimientos seguirán siendo los mismos? ><><><><><><><><><><><><><><><><><> ...